miércoles, 27 de enero de 2016

LA FRANCESA: Su historia
Gustavo A. Moreno Martínez moremar@prodigy.net.mx

Introducción
La Francesa era una mueblería tradicional que en Cananea terminó sus días ubicada en la Av. Juárez. Fue inaugurada en 1905, inicialmente vendía ropa como una sucursal de la matriz fundada en 1903 en Nogales, Sonora por Mr. B. Schwob, tienda que originalmente se dedicada a la venta de ropa y artículos para dama y caballero, además de mercería y muchas otras mercancías anunciadas coloquialmente como novedades. Posteriormente, en los 1940 incorpora la línea blanca y electrónica, hacia 1948 deja de vender ropa e incorpora a sus mercancías la línea de muebles, única línea que se vendería hasta el final de sus días, permaneciendo como una mueblería de gran prestigio en la región hasta que es vendida en 1987.




La Francesa en Nogales
A las 15 horas del miércoles 25 de noviembre de 1903 en la Calle Elías de Nogales, Sonora, Mr. B. Schwob propietario de la tienda La Francesa hace su inauguración, realizando una gran apertura y recepción, donde todos estaban invitados.
Panorámica de la Calle Elías en Nogales donde estuvo La Francesa entre 1903 y 1907 (Foto: www.delcampe.net).
Edificio en la Calle Elías en Nogales -1930- donde estuvo La Francesa entre 1903 y 1907 (Foto: F. A. Suárez Barnett).
En el periódico The Oasis de noviembre 21, se hace la invitación para que asista todo el pueblo a esta inauguración. La recepción de la inauguración fue todo un éxito por la presencia de lo más granado de la sociedad de Nogales y por la calidad y diversidad de los productos, para diciembre de ese mismo año anunciaba la variedad disponible para esa temporada navideña, encontrándose desde prendas de seda, perfumes franceses y joyería.
 
Invitación a la gran apertura y recepción de La Francesa (The Oasis, November 21, 1903).
 
Anuncio de La Francesa (The Oasis, December 12 y19, 1903).
La Francesa fue consolidándose como uno de las principales casas comerciales en esa frontera sonorense, donde el comercio se desarrollaba en una sana competencia, ya que se tomaban acuerdos donde se involucraban los comerciantes y empleados de ambos Nogales, como el acuerdo tomado, por petición de los empleados, a mediados de 1904 donde acuerdan los horarios de apertura y cierre de las tiendas en esa frontera.

Era tal el éxito de la tienda que a menos de un año, en septiembre de 1904, Mr. B. Schwob tuvo que ampliar la tienda que se encontraba muy cerca de la línea fronteriza, para poder absorber el rápido crecimiento que estaba teniendo el negocio. Como parte del crecimiento, el sábado 1 de octubre llega de Tucson Mr. Adolph Levy para hacerse cargo del departamento de caballeros que era una de las áreas de mayor crecimiento. Uno de los grandes éxitos de este departamento era la venta, en exclusiva, de ropa interior de lana marca Dr. Jaeger de origen inglés, que en esa época estaba teniendo mucho prestigio en todo el mundo. Para las ventas navideñas de ese mismo año se publicó el siguiente artículo.

“Los compradores navideños harán bien en visitar La Francesa antes de hacer sus compras de Navidad, la tienda de B. Schwob en el lado de sonorense de la línea fronteriza. Allí encontrará el surtido más completo de artículos adecuados para los regalos de navidad, para cualquiera de las ciudades de la línea fronteriza, incluyendo los productos elaborados por mexicanos en todos los diseños y tamaños, artículos de cuero tallado como cinturones, carteras, filigrana, pipas, novedades francesas, joyas, sedas, etc.
Un surtido completo y adecuado en todas las líneas de productos de mercería, ropa y artículos para damas, caballeros y los pequeñines, todos marcados a precios razonables concordantes con su calidad.
A través de un trato cortés y precios razonables en sus productos, Mr. Schwob ha acumulado un excelente prestigio en su tienda La Francesa y recientemente fue necesario construir otro edificio de dos pisos para manejar adecuadamente el aumento del volumen de ventas. Este edificio ha sido recientemente terminado y también está equipado con una fina línea de productos que se pueden encontrar en cualquier lugar en el suroeste.”

En 1905 ya enviaba mercancías a otros puntos del estado de Sonora, como Cananea, pero para julio de ese año, con la abolición de la zona libre, los costos de las mercancías procedentes de Estados Unidos se incrementaron, pero La Francesa tenía una reserva de mercancías por unos $100 mil dólares que fueron ofrecidas a muy buenos precios colgando anuncios en Magdalena, Santa Ana, Carbó y otros lugares de Sonora, con lo que obtuvo excelentes ganancias.

A principios de agosto, una gran remesa de mercancías llegó a Nogales, Arizona para La Francesa, estas habían sido pedidas antes de la abolición de la zona libre y de acuerdo con las disposiciones de la ley de abolición, las mercancías podían ser importadas bajo las condiciones vigentes en el momento en que estas se ordenaron; sin embargo, era necesario demostrar, a satisfacción del gobierno mexicano, que habían sido solicitadas antes de la abolición de la zona libre, y en la espera de la presentación de las pruebas los productos se almacenarían al norte de la frontera. Con esto, La Francesa seguía teniendo una gran reserva de mercancías que podían ofrecerse a precios muy competitivos, teniendo ventajas sobre sus competidores.

Mr. B. Schwob era una persona muy dinámica, que por motivos de sus negocios se mantenía viajando por los estados de Arizona y Sonora, también con frecuencia viajaba a Los Ángeles y San Louis, Missouri, y otras partes de los Estados Unidos.

La Francesa en Cananea
De esta manera, la tienda siguió creciendo y acumulando éxitos, fue tal su crecimiento que Mr. B. Schwob en julio de 1905 ya había decidido ampliar su negocio y desde mediados de ese mes estuvo viajando para poner una sucursal en la entonces pujante y principal ciudad del Estado que ya contaba con unos 22 mil habitantes: Cananea, sucursal que estaría bajo la dirección de Mr. Gaston Schwob, quien hasta poco antes era gerente de una tienda en Bisbee.

La apertura de la sucursal Cananea de La Francesa solo le llevo a Mr. Schwob poco más de dos meses, ya que el 16 de septiembre de 1905, durante los festejos del 95 aniversario de la Independencia de México fue inaugurada la tienda. Expendía los mismos productos que la matriz en Nogales y era dirigida, como ya se había mencionado, por Mr. Gaston Schwob. El día de la inauguración de la tienda, durante el baile del festejo de la independencia, se realizó un novedoso concurso patrocinado por La Francesa, que consistió en otorgar premios a las damas mejor vestidas que asistieran al baile, para lo que se nombró un comité imparcial como jurado, ganando el primer lugar la señorita Celia Sánchez que visitaba Cananea procedente de Nogales, el segundo y tercer lugar fueron para la señoritas Concha Flores y Matilde Rubio, respectivamente, ambas de Cananea.

Se ignora en dónde estaba ubicada originalmente la tienda, pero debido al gran crecimiento del negocio, como reflejo del “boom” económico que estaba teniendo Cananea, para mayo de 1906 ya había empezado a construir un edificio de piedra con dos plantas y decía que pronto tendría la mejor tienda de mercería y ropa de todo Sonora, comentaba Schwob que el negocio había mejorado sustancialmente desde la prohibición y cierre de las casas de juegos de azar en Sonora. 

No se sabe si la tienda estaba en esta misma calle, pero de haberse construido el nuevo edificio en 1906, este se ubicaba en la Av. Sonora casi esquina con 2da Oeste (zona conocida posteriormente como la cuesta de La Gruta). Durante muchos años en la banqueta de enfrente estuvo grabado el logotipo de La Francesa. En una foto de 1908 tomada desde el Banco de Cananea en el cruce de la Av. Juárez y 3ra Oeste hacia la Cuesta de La Gruta, se puede observar el edificio que ocupaba La Francesa en la Av. Sonora, con un gran letrero en la parte superior identificando a la tienda. En otra foto, probablemente del mismo año, tomada desde muy cerca del Mercado de Cananea, también conocido como mercado de los chinos, se puede observar parcialmente, sobre el techo del mercado, el letrero de La Francesa.
 
Vista de La Francesa (~1908) desde el cruce de la Av. Juárez y 3ra Oeste, tomada desde el techo del Banco de Cananea (Foto: Archivo de J. A. Durazo).
Vista parcial del letrero de La Francesa (~1908) tomada casi desde el puente a Cananea Vieja (Foto: Archivo de J. A. Durazo).
Después de conseguir que la sucursal de Cananea tuviera un extraordinario crecimiento y se convirtiera en un gran establecimiento mercantil, para junio de 1907 Mr. B. Schwob decide cerrar La Francesa en Nogales y mueve sus mercancías a Cananea. El motivo de estas decisiones era que Mr. Schwob había reunido una considerable fortuna que le permitiría vivir cómodamente, pensaba construir una casa en Los Angeles a donde se iría a vivir permanentemente con su esposa e hija, desde donde estaría viajando para cuidar sus intereses en Cananea. Antes de llegar a Nogales, donde trabajaron muy duro durante 18 años, la familia Schwob residía en Tucson. En Nogales y Tucson eran muy apreciados y tenían un amplio círculo de amigos, quienes fueron a despedirlos cuando abandonan la ciudad.

Era tal el éxito de La Francesa, que no solo permitió cerrar la matriz en Nogales y establecerla en Cananea, sino que para junio de 1909, Mr. B. Schwob se estaba organizando para abrir una sucursal en Guaymas. La nueva tienda ocuparía un edificio de nueva construcción frente al Hotel Almada en la calle del Muelle. Para diciembre de ese mismo año, La Francesa de Guaymas ya era uno de los establecimientos mercantiles más atractivos y elegantes de Sonora por la variedad y características de sus mercancías.

Calle del Muelle en Guaymas -1905- a la derecha se observa el Hotel Almada, enfrente se construiría La Francesa en 1909 (Foto: California Historical Society).
En Cananea, la tienda probablemente seguiría hasta finales de 1909 o principios de 1910 en la Av. Sonora, porque para el 16 de septiembre de 1910, en una foto de los festejos del centenario de la Independencia de México, La Francesa ya se encontraba en la Av. Juárez, sitio donde permanecería hasta su desaparición.
 
Desfile del 16 de septiembre de 1910, atrás se puede observar La Francesa en la Av. Juárez entre 2da y 3ra Oeste (Foto: Archivo de J. A. Durazo).
Al igual que las 4C y los principales comerciantes de Cananea, La Francesa se integra al comité organizador de los festejos conmemorativos del centenario de la Independencia de México, participando en el desfile del 16 de septiembre de 1910 con un bello carro alegórico en forma de canasta, todo en blanco, incluyendo los caballos que jalaban la carreta, mostrando el logotipo de la tienda en un costado.


Carro alegórico de La Francesa en el desfile del 16 de septiembre de 1910, atrás se puede observar el Parque Juárez (Foto: J. A. Durazo).
Aunque no se conoce la fecha, hay un momento en que E. R. Félix, quien había llegado a Cananea en 1904 e instalado una tienda, se hace socio minoritario de B. Schwob y se queda como gerente, aprovechando la experiencia que había adquirido en la tienda de su hermano en Tucson y en su propia tienda en Cananea. Es probable que haya sido antes, pero es hasta agosto de 1913 es que aparece como gerente de la tienda, realizando un viaje de negocios y de vacaciones a Los Ángeles, donde residía desde 1907 Mr. Schwob.

Tampoco está muy claro en qué fecha la tienda de Cananea pasa totalmente a manos de Ernesto R. Félix, pero probablemente fue en 1919, ya que en septiembre de 1918 en su registro consular todavía aparecía como empleado de Schwob, pero en el registro de marzo de 1920, ya aparece como comerciante con negocio propio desde octubre de 1919. La Francesa aún seguía en manos de Mr, Schwob a principios de marzo de 1910, en esos días había contratado a Fred Becker de Tucson como empleado de la sucursal de Guaymas.


Parece ser que el motivo que impulsó la venta del resto de las acciones de la tienda a E. R. Félix es que Mr. Schwob era ya una persona mayor y solo tenía una hija y su esposa, quienes ya vivían en Los Ángeles desde 1907, por eso cuando enfermó traspasa todas las acciones de la tienda de Cananea a su gerente y socio minoritario. Poco después de traspasar la tienda muere y los pagos de la tienda se le hicieron por años a su viuda e hija. 

De la sucursal de Guaymas no se sabe si se cerró o si fue traspasada, aunque parece ser que también fue vendida, ya que existe evidencia de la existencia de una tienda La Francesa a nombre de otra persona, pero esta se encontraba localizada en otro sitio.

A partir de que E. R. Félix, se quedó como gerente y dueño de La Francesa, con cierta frecuencia viajaba a Los Ángeles para ver a Mr. Schwob y en busca de mercancía, aprovechando para disfrutar vacaciones con la familia. Para visitar a sus familiares también viajaba con frecuencia a Tucson. Se ha encontrado evidencia periodística de estos viajes desde 1913, donde se relata que duraba hasta un mes en esa ciudad. Al respecto Martha Félix, su nieta, hace el relato siguiente:

“El abuelo iba a Los Angeles cada verano a hacer las compras. Mi papá recordaba que ponían a la abuela en el tren y los demás se iban en un carrito, atravesando el desierto de Yuma en pleno verano, el camino estaba hecho de tallas de ferrocarril y cabía solo un carro a la vez. Si llegaban a encontrarse 2 carros, había cada cierta distancia un tramo más ancho y el que estaba más cerca tenía que dar reversa. Las tallas eran para que no se hundiera el carro en la arena del desierto. Las llantas se ponchaban y a cambiar llantas, allí mismo parcharlas y a inflarlas con una bombita manual. La mercancía se la enviaban por tren.”

No se tiene certeza de cuando inició, pero en el sótano de la tienda por muchos años hubo una fábrica de pantalones de mezclilla, aunque también se menciona que hacían trajes de vestir. Traían la tela de Los Angeles y aquí se fabricaban, ya que eran muy populares entre los trabajadores de las minas y los rancheros. Durante el periodo de Lázaro Cárdenas como presidente de México, el 30 de diciembre de 1938 se publica el Código Fiscal de la Federación, donde se incluye el capítulo que prohibió la importación de telas de Estados Unidos y al no poderse conseguir la tela en México, tuvieron que cerrar la fábrica en 1939.
Aparadores de La Francesa en la Av. Juárez (Foto: Martha Félix).
Ernesto R. Félix enseñó a sus hijos y a los empleados a tratar al cliente con mucho respeto: “El cliente siempre tiene la razón,” les decía. En la tienda tenían un sistema muy original para marcar el costo de la ropa con letras. Las letras eran tomadas del nombre del hijo menor: oscarfelix: o=1, s=2, c=3 etc. De esta manera, los dueños y empleados, sabían cuánto podían negociar en caso de que algún cliente solicitara un descuento.

En 1940, mientras los dos hijos menores de E. R. Félix se encontraban en el ejército de Estados Unidos (Héctor y Oscar) peleando en la Segunda Guerra Mundial, el Sr. Félix enferma ya que sufría de úlceras gástricas, Eduard William (Billy), su segundo hijo, tuvo que dejar la Universidad de Arizona para ayudarle con la tienda de ropa.

Ernesto, el mayor de los hijos, después compra el edificio vecino hacia el oeste de la tienda y abrió la mueblería, donde siempre vendieron en abonos, a los mineros les quedaba la tienda en la pasada, así que les era fácil comprar y llegar a hacer sus pagos.

La Francesa, además de seguir vendiendo ropa y los demás productos que tradicionalmente vendía, incluye línea blanca y electrónica, como lo demuestra este poster de fecha desconocida (1940-1948), pero que muestra claramente la transición que estaba sufriendo la tienda hacia la línea de mueblería.
 
Poster de La Francesa donde anuncia ropa, línea blanca y electrónica -1940-1948 (Imagen: J. A. Durazo).
El patriarca de la familia Félix Arnold, muere el 3 de febrero de 1944 y en 1945, cuando terminó la guerra, regresa Héctor a Cananea y se hizo cargo de la mueblería. Hacia 1947, La Francesa se estaba consolidando fuertemente como mueblería y ya se había convertido en distribuidora exclusiva para Sonora y Sinaloa de varias marcas de línea blanca y electrónica, por lo que se decide quitar la sección de ropa y vender parte del edificio. Para 1948 venden la mitad del edificio a la Cooperativa de Consumo Sección 65 y compraron Automotriz del Norte a la familia Vázquez Gudiño. La mueblería la cambiaron a la parte donde se vendía la ropa y Héctor se quedó con La Francesa, desapareciendo la venta de ropa y quedando únicamente como mueblería. Billy, al dejar de venderse ropa, se hace cargo de la agencia de carros y Ernesto se va a Nogales donde se encarga de Nogales Automotriz otra agencia. Oscar, el más pequeño de la familia, se fue a trabajar a Sinaloa con un sobrino de su mamá, que también tenía mueblerías.

Hector Félix propietario de la mueblería La Francesa entre 1948-1987 (Foto: Martha Félix).

Sobre membretado de la Francesa fechado en noviembre 11 de 1947 (Imagen: J.A. Durazo).
La Francesa cuando todavía vendía ropa y muebles -1947 o 1948- (Foto: S/D).

La Francesa cuando ya se había vendido el departamento de ropa a la Cooperativa de Consumo Sección 65, después de 1953 (Foto: Marcia Félix).
Héctor Félix Arnold en 1978 no era una persona muy grande (61 años), pero un desafortunado accidente viene a trastornar su vida, ya que sus dos hijas más pequeñas (Leticia y Clarisa) mueren en el cruce de East Sixth Street y North Highland Avenue en Tucson, cuando les cae encima un avión de la fuerza aérea de Estados Unidos el 26 de octubre de 1978, este golpe moral fue terrible para él y su esposa, ya que casi pierden la razón. Este hecho y la edad, probablemente, fueron lo que motivó que perdiera interés por la mueblería, ya que la perdida de sus hijas lo sumió en una profunda depresión, lo que hizo que envejeciera prematuramente.

La Francesa siguió funcionando como mueblería de gran prestigio hasta 1987 o 1988 cuando a la edad de 70 años vende el edificio, y aunque se instala otra mueblería allí mismo, el nombre comercial era diferente, perdiéndose para siempre el nombre de uno de los comercios de más abolengo en Cananea, ya que desde su fundación en 1905, después de la Cananea Store (Tienda de Raya de la 4C) era la tienda de mayor tamaño y prestigio que permaneció por alrededor de 82 años al servicio de los cananenses y la región.

De acuerdo a la narración de su sobrina Martha Félix, Hector era un hombre excepcional que vivía para su familia y su trabajo, dice:

“    de su casa al trabajo y del trabajo a su casa; era gran esposo y padre, por eso le afectó tanto la muerte de sus hijas menores. Sobreviven Marcia la hija mayor y Héctor, su segundo hijo.”

Otros aspectos de La Francesa

Entre los empleados de La Francesa estuvieron Alberto Durazo que llegó de Magdalena en 1939 (antes de trabajar en las 4C, vivió un tiempo en unos cuartos detrás de casa de los Félix Arnold), Berta Díaz (que se casó con Alberto, al parecer allí se conocieron), Belia Peralta, quien después trajo a su esposo Lito, persona que trabajó muchos años en La Francesa, convirtiéndose en el empleado de confianza que se quedaba a cargo de la mueblería cuando Héctor salía fuera de la ciudad. Alejandro “El Gordo” Rodríguez fue otro de los empleados de confianza que trabajó muchos años en la mueblería. Las hermanas Germán que vivían en la bajada de la cárcel eran costureras en la fábrica, probablemente en tiempos de la fábrica de pantalones fue cuando llegaron a tener más empleados. Por supuesto hubo muchos empleados más, pero es difícil recordarlos a todos, solo se mencionan los que probablemente sobresalieron por diferentes circunstancias.

La Francesa prácticamente desde que se inaugura, patrocinaba diferentes tipos de eventos y se anunciaba en los distintos periódicos durante los 82 años que se mantuvo abierta en Cananea (1905-1987). El día de la inauguración en 1905 patrocina un concurso de elegancia. Los Félix Arnold patrocinaron en 1938, durante la construcción de la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, el vitral de la Virgen Inmaculada. También, al menos desde 1949 patrocinaban el periódico oficial de la Iglesia: Stella, lo mismo se hace cuando el periódico cambia de formato y se le llama Cumbres.
 
Vitral de la Virgen Inmaculada donado por la familia Félix Arnold a la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en 1938 (Foto: Martha Félix).
Periódico Stella de marzo de 1949, órgano de difusión mensual de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, patrocinado por La Francesa (Imagen: G. A. Moreno).
De la misma forma que la familia Félix Arnold patrocinaba las actividades de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, también patrocinaban equipos de béisbol. Durante la primavera de 1956 inició la liga infantil de béisbol en Cananea, formándose tres equipos, de los cuales, uno fue patrocinado por la 4C, otro por la  Cooperativa de Consumo Sección 65 y otro por Automotriz del Norte (Eduard William)/La Francesa (Hector). Este último se llamaba FORD-PHILCO y los juegos de desarrollaban en el campo de sofbol en la colonia Los Pinos. Los "pitchers" del equipo FORD-PHILCO fueron Ernesto R. Félix (nieto), Eugenio Velazco y Luis Littlewood. Francisco (Chico) Rodriguez jugaba la tercera base y era cuarto “bat”; Aurelio (El Güerito) Rodríguez era jardinero derecho y primer “bat”; Isidro Escobosa jugaba la segunda base y Augusto Ruiz el "short stop". Este equipo terminó la temporada en primer lugar. El manejador del equipo durante 1956 fue Alfredo (El Chachi) Bustamante. A partir de la temporada de 1957 el manejador fue Aurelio (El Güero) Rodriguez (papa) y cuando menos por un par de temporadas adicionales, el equipo permaneció en primer lugar. Los uniformes los fabricaron en casa de las hermanas Germán, quienes habían sido costureras en la época de la fábrica de pantalones en La Francesa.

Anécdotas de La Francesa

A principios de noviembre de 1915, Villa toma Cananea después de ser derrotado en Agua Prieta, y una partida a cargo del Coronel Beltrán entra a Cananea a exigir a la Cananea Consolidated Copper Company (4C) un pago por impuestos y otros suministros, también al Banco de Cananea le fue “solicitado” otra cantidad de dinero; pero el Coronel Beltrán no satisfecho con esto, se dedicó a saquear las principales tiendas de Cananea, arrestando a los que se oponían, principalmente turcos, libaneses y chinos. La Francesa no escapo a estos saqueos y de ella robaron ropa y un caballo negro con una estrella en la frente que era montado por Laura Arnold, esposa de E. R. Félix, quien alcanzó a esconderse en el sótano de la tienda donde existía una pared falsa en la parte trasera de un cuarto grande.

El viernes 9 de Mayo de 1919 una banda de 22 bandidos asalta el Banco de Cananea y después se dedicaron a saquear cuatro tiendas, entre ellas estaba La Francesa, donde se cambiaron de ropa, dejando la ropa vieja y sombreros abandonados. Una vez que asaltaron las tiendas permitieron la entrada de las personas que pasaban por la zona para que tomaran lo que quisieran y les repartían del dinero que robaron en el banco y en las propias tiendas. Se dijo que la tienda La Francesa fue despojada de mercancías por un valor de $5,000 dólares. El miércoles 23 las autoridades declararon que cada vez se estaban acercándose más a la identificación de todos los bandidos, ya que han estado arrestando a varias personas que se cree pertenecen a la banda de forajidos, declararon que las pistas las obtuvieron de la ropa vieja que dejaron los bandidos cuando se cambiaron en La Francesa, ya que en los bolsillos de esa ropa se encontraron 60 discos metálicos de identificación emitidos por la Cananea Consolidated Copper Company y los números de los discos establecían la identidad de los empleados, además los sombreros que dejaron llevaban la marca de una tienda local, por lo que las autoridades concluyeron que se trataba, principalmente, de gente de la localidad.

El miércoles 24 de mayo de 1922 a eso de la 11:00 p.m. se incendia el Teatro Lírico que se encontraba a un lado de La Francesa y aunque no se supo cuál fue la causa del incendio, es probable que haya sido un corto circuito en el cableado eléctrico, solo se supo que comenzó en la parte trasera del teatro. Las llamas rápidamente invadieron gran parte del edificio y bloqueaban el acceso al interior del edificio, se estaba tratando de romper la puerta principal del teatro para introducir las mangueras para combatir las llamas cuando una gran cantidad de películas y negativos de fotos estallaron (Las películas eran rollos de celuloide enlatadas. El celuloide es el nombre comercial de un material plástico de nitrato de celulosa altamente inflamable). La explosión esparció el fuego a los edificios colindantes y durante seis horas, ya que el incendio pudo ser controlado hasta las cinco de la mañana del siguiente día, voluntarios lucharon contra lo que parecía ser un resplandor que destruiría toda la zona comercial de la ciudad. Al amanecer, seis edificios estaban reducidos a cenizas o con las paredes derrumbadas. La mayoría de los edificios comerciales que se quemaron no tenían seguro y los que tenían era de muy bajo nivel. La estimación de las pérdidas se calculó en un monto de $200,000 dólares, que para muchos era una cifra conservadora, ya que las pérdidas en uno solo de los edificios que se quemaron, propiedad de un comerciante chino, se calculaban en unos $50,000 dólares. Las crónicas no mencionan específicamente los daños que sufrió La Francesa, pero seguramente fueron importantes, ya que era vecina del teatro.

En 1954 cuando empezó la señal de televisión de Tucson, Billy puso una antena gigante en su casa y alcanzó la señal de televisión, la primera imagen que recibieron estaba hablando de Eisenhower el presidente de los Estados Unidos. Era una imagen con mucha nieve en blanco y negro. Después, Hector puso una televisión en el escaparate de La Francesa y en la noche la gente se amontonaba en el exterior  para verla. Esto seguramente funcionó como una gran publicidad, lo que permitió la venta de muchas televisiones en abonos. Un señor de apellido Dávalos, técnico de radios, era quien instalaba las televisiones en los hogares.

BIBLIOGRAFÍA
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