miércoles, 23 de mayo de 2018




LA AV. CHIHUAHUA Y HOTEL SONORA
Gustavo A. Moreno Martínez moremar@prodigy.net.mx


AVENIDA CHIHUAHUA: SUS INICIOS

En septiembre de 1901 el Bisbee Daily Review describía a Cananea de la manera siguiente:

“Hace dos años no había suficiente trabajo de desarrollo en el distrito de Cananea para ocupar una mula y no había suficiente maquinaria para moler el café en el desayuno. Ahora es un campo minero de aproximadamente cuatro por siete millas propiedad de la empresa Cananea Consolidated Copper que está repleta de actividad humana.”

Cananea se está construyendo rápidamente y para diciembre de ese año, había contratos para 350 edificios pendientes en espera de la llegada de los materiales. Los lotes se vendieron rápidamente. La empresa a cargo de la planeación y desarrollo estaba a cargo del Col. John B. Breathitt, ex comisionado ferroviario en Missouri.

Para principios de 1902, junto con El Ronquillo, la construcción de la Nueva Cananea o La Mesa como finalmente se conoció, estaba en todo su apogeo y la Av. Chihuahua (hoy Av. Obregón) era uno de los frentes de esta frenética actividad urbanística en este nuevo barrio de la ciudad. Los diversos contratistas y constructores estaban muy ocupados, cada quien en su especialidad. A cargo, como gerente de la urbanización y venta de lotes en La Mesa por parte de la 4C estaba, como ya se mencionó el coronel Breathitt, quien supervisaba que la urbanización se llevara de acuerdo a lo planeado y para finales de abril declaraba:

………….muchos están llegando rápido, y muchos edificios nuevos se están construyendo. La intención es hacer de la Nueva Cananea la parte residencial del gran campamento minero. Una gran cantidad de tiendas y salones ya se han abierto allí.

Para principios de junio, O'Brien y Harrison informaban que recientemente habían terminado en la Av. Chihuahua una gran estructura para ser utilizado como almacén de granos y establo de alimentos para Fields & Wilson; además, estaban por terminar la estructura de un edificio para una lavandería a vapor y estaban construyendo un edificio de adobe para ser utilizado por la tienda La Moda (Av. Chihuahua y 2ª Este) de Leon Horvilleur un judío de origen francés proveniente de Naco, Ariz. También se estaban construyendo la estructura de un edificio para Ben Goldman también de Naco.
Por esas fechas, el contratista H. R. Morse había terminado un edificio de adobe para Aubrey & Hamm en el distrito intermedio, entre El Ronquillo y La Mesa, además de otro edificio de adobe para el Dr. Martínez en El Ronquillo. También estaba construyendo un edificio para una cantina de John Crossman en Porteritas -Puertecitos?-. Para S. Porpina se estaba construyendo un gran edificio de dos plantas de adobe en el distrito intermedio y tenían contrato para la construcción de otro edificio en la misma zona para ser alquilado a F. W. Brown & Co. de Los Angeles para una farmacia.

Por otra parte, el terreno que ocupaba una manzana propiedad de William C. Greene, donde construiría un moderno centro comercial de ladrillo de dos plantas en La Mesa, se estaba limpiando y nivelando rápidamente, un pequeño ejército de hombres con máquinas se encontraba trabajando en el lugar. El sitio era uno de los más adecuados y de mayor dominio. Probablemente se trataba de los terrenos que se encuentran frente a la casa de Greene que duraron muchos años desocupados, por lo que es probable que este proyecto no se haya llevado a cabo.


Terrenos frente a la casa de Greene divididos por la Av. Chihuahua en La Mesa, donde probablemente Greene pensaba construir un centro comercial. A la izquierda apenas se alcanza a observar La Moda de Leon Horvilleur (Foto: D.P.).


También, Frank Proctor, el suegro de Greene, estaba construyendo otro edificio de adobe en la Av. Chihuahua para ser utilizado como establecimiento de venta de licores al mayoreo, edificio que para ese entonces estaba por terminarse. Así como éste, la Av. Chihuahua se estaba poblando con edificios para todo tipo de comercios y prestadores de servicios como licenciados especialistas en asuntos mineros, ingenieros, ensayistas, tiendas, hoteles, la maderería y aserradero de la 4C. Para 1903 la Av. Chihuahua tenía el aspecto de un pueblo del viejo oeste americano, donde las cantinas y restaurantes no podían faltar, con la diferencia que la avenida era muy amplia y bien planeada. Así como estos ejemplos, la construcción de edificios de todo tipo de repetían en la Av. Chihuahua desde la Calle 1ª hasta la Calle 8ª Este, donde termina la avenida y se encontraba la maderería de la 4C. Es de notarse que ya había alumbrado público frente al hotel.

Aspecto general de la Av. Chihuahua probablemente desde la Calle 4ª o 5ª Este tomada hacia el poniente, c1907 (Foto: J. A. Durazo).
Aspecto general de la Av. Chihuahua desde la Calle 5ª Este tomada hacia el oriente, a la izquierda el Hotel Sonora y al fondo la maderería de la 4C, c1907 (Foto: J. A. Durazo).

HOTEL SONORA

Por supuesto, el coronel John B. Breathitt no se quedaría atrás y también aprovecharía para adquirir un lote y construir un hotel de primera clase, edificio que había iniciado su construcción a principios de 1902. El hotel se ubicaba en una esquina de la Av. Chihuahua y Calle 5ª Este, era una estructura de adobe de dos pisos y tenía cincuenta habitaciones, cinco baños, bar, barbería, 101 luces a base de gas de acetalina tan buenas, se decía, como la electricidad. Las luces fueron colocadas por Flewelling y Buss, bajo la supervisión especial de este último; además, el equipamiento era de primera clase. El comedor tenía 30x58 pies y estaría, al menos inicialmente, bajo la dirección de la Sra. Purdy, quien en ese momento dirigía el restaurante Delmónico que se encontraba a un costado. El coronel Breathitt inauguró el hotel el 1 de agosto de 1902 bajo el nombre de Hotel Sonora y su inauguración vino a cubrir, sin dudarlo, una de las necesidades más apremiantes del mineral, ya que era, por mucho, el mejor hotel de su época y vino a cubrir la falta de hospedaje de primer nivel para los visitantes, esencialmente extranjeros.


Hotel Sonora en la Av. Chihuahua y Calle 5 Este, c1903, donde actualmente se localiza la Central de Autobuses Norte de Sonora (Foto: J. A. Durazo).

El coronel Breathitt, para mediados de agosto ya tenía el hotel con una gran ocupación y se mantenía lleno de americanos, sus principales clientes. Para entonces, también Greene tenía en proyecto la construcción de otro hotel de primer nivel, que costaría unos 200 mil dólares y según lo planeado tendría 100 pies de ancho y 282 pies de largo, y sería un magnífico edificio de tres pisos. Fifield y Gallagher se encargarían de la construcción, según el proyecto, sin embargo esto nunca se llevó a cabo.

Ante la falta de hospedaje de primer nivel, el Hotel Sonora era la única opción para la gran diversidad de personas que arribaban a Cananea en busca de empleo o hacer negocios de todo tipo. El hotel estuvo operando bajo la administración del Col. Breathitt hasta diciembre de ese 1902, ya que para enero del siguiente año, el hotel había sido rentado por 5 años por una renta de $1,250 dólares mensuales y quedaría bajo la administración de J. P. Taggart como "mine host". Taggart era de Jerome, Arizona y desde su viaje a Cananea se había interesado también en algunas propiedades mineras, además trabajaba para la 4C. Es de mencionar que aunque en los anuncios aparecían como propietarios, la realidad es que solo eran personas que rentaban o eran gerentes contratados por el Col, Breathitt hasta finales de 1908 cuando vende el hotel.

Primer anuncio de Hotel Sonora que se publica en la prensa americana donde se anuncia como el mejor hotel de Sonora (Bisbee Daily Review 02/05/1903).

Conforme el hotel se acreditaba y ofrecía mejores tarifas por mes, muchos comerciantes y prestadores de servicio permanecían hospedándose por largas temporadas, como Sam Kraft quien provenía de Hermosillo, era joyero y desde el hotel hacía negocios, de esa forma había quien vendía ropa.

Sin embargo, todo parecía que las cosas no andaban bien en la administración del hotel, ya que a pesar de estar rentado por cinco años, solo nueve meses después, el primero de octubre del mismo año el Col. Breathitt se hizo cargo de nuevo de la administración del hotel y la primera declaración que hizo fue:

“.…….el primer movimiento será renovarlo e instalar un gerente capaz y experimentado que llegará pronto, arrendará la parte del restaurante y el bar será atendido por John Donlevy y Billy O'Brien, que durante mucho tiempo han sido populares de ese departamento del negocio.”

El nuevo encargado del hotel fue A. P. Strother, quien provenía del estado de Missouri y era esposo de la sobrina preferida del Col. Breathitt, a quien habría criado y educado en su estado natal. El hotel inició 1904 con bastante trabajo y había ocasiones en que se encontraba al cien por ciento, dándose el caso que el mismo Col. Breathitt tenía que ceder su habitación particular para hospedar clientes distinguidos. Pero por supuesto, tampoco podían faltar los jugadores de póker que en busca de posibles clientes de alto nivel se hospedaban en el hotel, el cual para entonces había cambiado su ‘slogan’ y ahora se anunciaba como “Hotel de primera clase”.

Anuncio del Hotel Sonora después del cambio de administración donde se anuncia como hotel de primera clase (Bisbee Daily Review 12/04/1904).

P
ara finales de junio se estaba organizando en Cananea el festejo del 4 de julio, fecha en que se festejaba la Independencia de Estados Unidos de América y el Hotel Sonora era el cuartel general para la organización del evento, donde participaba el Col. Breathitt como parte del comité de finanzas.

El hotel estaba teniendo tanto éxito que llamó la atención de los ladrones y el miércoles 29 de junio de 1904, José Martínez, un ladrón mexicano abrió la caja fuerte del hotel llevándose $1000 oro, quien fue atrapado la tarde del día siguiente en Naco, Sonora por el policía Clark y fueron recuperados $600 del dinero robado. Se supone que tenía cómplices con quienes compartió el botín, pero se negó a implicar a otros en el robo. Martínez era un renegado fronterizo profesional que hizo un burdo intento de escapar después del robo en Cananea, pero atraparlo fue una tarea muy fácil.

El gerente Strothers del Hotel Sonora, el hotel más grande del norte de México, la noche del robo, se acostó poco después de la medianoche y cuando despertó por la mañana, encontró la caja fuerte abierta y sin dinero, aunque no había escuchado ningún ruido. Todo parecía ir bien con el plan de Martínez, después del robo se dirigió a Naco pero no pudo resistir y se puso a tomar mezcal hasta que bebió demasiado y cayó en manos del agente Clark cuando estaba a punto de cruzar al lado estadounidense. Cuando fue capturado a Martínez se le encontró un libro de contabilidad con el nombre de J. B. Breathitt, quien en esos momentos se encontraba en St. Louis, Mo. A donde había asistido a la convención nacional. El ladrón fue entregado a los rurales al mando de Emilio Kosterlltzky, quien, decían, tenía un método rápido para tratar a los viejos renegados de la frontera (La ley fuga o los colgaba).

Todo parece indicar que aunque A. P. Strother lo había  traído desde finales de 1903 para dirigir el hotel, compartía estas obligaciones con el Col. Breathitt y es hasta octubre de 1904 en que aparece como gerente en los anuncios de la prensa americana.

Anuncio del Hotel Sonora después de otro cambio de administración donde se anuncia de nuevo como el mejor hotel de Sonora-Plan Europeo (Bisbee Daily Review 21/10/1904).

El hotel seguiría siendo administrado por A. P. Strother cuando mucho hasta finales de marzo de 1905, ya que para el primero de abril los anuncios en la prensa anunciaban como administradores a J. E. Brown y W. P. Nimmack.

Anuncio del Hotel Sonora después de otro cambio de administración donde se anuncia como Plan Europeo y Americano (Bisbee Daily Review 01/04/1905).

Por otra parte, el hotel seguiría siendo el centro de muchas reuniones de clubes y grandes bailes por su excelente salón que se preparaba para todo tipo de eventos, como el baile que se realizó el 13 de mayo de 1905 cuando se hizo una gran reunión de la hermandad de los Elks de Bisbee y Cananea donde el restaurant del hotel fue ricamente decorado con los colores de la hermandad. Fue un gran evento donde además de baile, comidas y convivios, hubo día de campo a Puertecitos siendo los invitados transportados en el tren de vía angosta.

Casi 8 meses después, para finales de noviembre, el hotel de nuevo cambia la administración, donde además de J. E. Brown y W. P. Nimmack (Brown) aparece Roy Brown, probablemente esposo de W. P. Nimmack quien cambia su apellido por Brown. En el anuncio del 30 de noviembre de 1905 por error el hotel aparece con dirección en la Av. Sonora, pero como se mencionó al inicio, este se encontraba en la Av. Chihuahua y Calle 5ª Este.

Anuncio del Hotel Sonora después de otro cambio de administración donde se anuncia como excelente localización, excelente alojamiento, precios razonables y excelente restaurante (Bisbee Daily Review 30/11/1905).
Hotel Sonora y parte de la Av. Chihuahua, en primer plano el Parque Juárez, c1906 (Foto: G. A. Moreno).

Bajo la dirección de estas tres personas el hotel se mantendría hasta finales de enero de 1906, cuando el coronel Breathitt regresa de un prolongado viaje por el este de los Estados Unidos y retoma la dirección del hotel, declarando que lo someterá a una profunda renovación y una considerable remodelación. También, el Coronel le entraría con mayor empeño a las actividades mineras y quizás esto justificaría que en este año el hotel empezaría a servir a múltiples empresas mineras como centro de reunión para realizar las asambleas de accionistas. De la misma manera, el hotel empezó a utilizarse por empresas mineras como cuartel u oficina para atender asuntos relacionados con sus actividades, como lo demuestra este anuncio de la Cananea &Duluth quien era propietaria de la Luz Cananea y La Catalina.
 
Convocatoria para realizar asamblea de accionistas en el Hotel Sonora (La Constitución 02/05/1906).

Anuncio de la empresa minera Cananea &Duluth utilizando el Hotel Sonora como oficina (Bisbee Daily Review 01/02/1906).

Como lo había declarado el Coronel Breathitt desde que se hizo nuevamente cargo del hotel, todavía para mediados de abril de 1906 se encontraba ocupado renovando el edificio y poniéndolo en una condición más confortable y de primera clase. Cada habitación estaba siendo cuidadosamente revisada y acondicionada con esmero. Se agregaron cuartos de baño y sanitarios para una mejor atención de los huéspedes, también, de nuevo se abriría una peluquería moderna. Para realizar los trabajos de remodelación contaba con una gran fuerza de hombres que realizaba todo tipo de trabajos para terminar lo antes posible.

Dado que el Col Breathitt era muy activo políticamente, tanto en Missouri como en Arizona, ya que había sido comisionado ferroviario de Missouri y, más tarde, miembro del Comité Nacional Democrático de Arizona, a partir del 21 de julio fue nombrado Consul General de los Estados Unidos en Cananea por el Presidente Roosvelt en sustitución del Dr, Galbraith quien abandonaba la ciudad y se trasladaba a Los Angeles. A partir de esta fecha el consulado que desde su establecimiento se encontraba en el Hospital de El Ronquillo, ahora se trasladaba al Hotel Sonora, agregando una función más a las múltiples que ya realizaba el hotel como centro de reunión de empresarios, comerciantes y asociaciones civiles. Con motivo de la instalación del consulado en el hotel, se instaló en la esquina poniente un asta para izar la bandera de Estados Unidos.

Hotel Sonora donde se observa el asta del Consulado Americano, c1907 (Foto: J. A. Durazo).

Conforme el hotel se afianzaba como el mejor de la ciudad y uno de los mejores del norte de Sonora, la Av. Chihuahua y por supuesto Cananea ya se habían consolidado y para finales de 1906 la ciudad contaba con alrededor de 22 mil habitantes, de estos, poco más de 7 mil eran empleados de la 4C.

Para mediados de marzo del año siguiente el hotel contrataría un nuevo gerente, Frank E. Myers procedente del Hotel Santa Rita de Tucson. Habría sido contratado probablemente debido a que el Col. Breathitt seguía consolidándose políticamente y además sus ocupaciones como cónsul y propietario de minas le demandaban mayor tiempo. Sin embargo, probablemente el coronel era muy exigente o la paga no era buena, ya los gerentes no le duraban y para principios de agosto de ese mismo año se mencionaba a D. T. Greene como gerente del hotel.

En 1907 se publicó un estuche de cartón con 22 fotograbados plegados en forma de acordeón, con imágenes de los edificios, paisajes y habitantes de Cananea. Ideado y hecho por Tom Jones; titulado “Miniatures Cananea, México”. Hecho exclusivamente para el Hotel Sonora News and Curio Stand y publicado por Scenic Souvenirs Cincinnati, en el cual se incluyó una fotografía del propio hotel. Entre los fotograbados incluidos se encuentran: "View of Ronquillo and Plant", "Residence of Col. W.C. Greene, the man that made Cananea", "A corner in downtown Cananea", "La Mesa, Cananea, Mexico", "Typical Mexican Laborer", etc.

Estuche de cartón con 22 fotograbados plegados en forma de acordeón 1907 (Foto: Morton).
Portada del estuche de fotograbados en miniaturas de Cananea (Imagen: J. A. Durazo).
Fotograbado en miniatura del Hotel Sonora 1907 (Imagen: J. A. Durazo).

Para finales de 1907 la actividad en Cananea había disminuido considerablemente, mucha gente había abandonado la ciudad debido al cierre de la 4C, ya que Greene había perdido el control de la empresa y había entrado en una etapa de remodelación que se prolongaría hasta mediados de 1908 y aunque el Hotel Sonora seguía siendo la mejor opción de hospedaje, su actividad había disminuido un poco.

Después que se terminó de modernizar todo el proceso de beneficio de metales en la 4C y reinició operaciones a mediados de 1908, el hotel de nuevo tuvo un repunte y para finales de 1908 el hotel se anunciaba como uno de los mejores hoteles a lo largo de la frontera con buena cocina y servicio de primera clase. 

Anuncio del Hotel Sonora en 1908 (The Oasis 19/12/1908).

T
raduccion:
“Los viajeros que visiten Cananea encontrarán el Hotel Sonora como uno de los mejores conservados y más confortablemente ubicados a lo largo de la frontera. Buena cocina, servicio de primera clase y atención cuidadosa a todos. Transporte conectado con todos los trenes.”

El Col. Breathitt a finales de 1908 fue nombrado Inspector del recién inaugurado Southern Pacific Railroad con base en Empalme, Sonora, debido a sus conocimientos en la materia adquiridos en su natal Missouri. Como consecuencia de esto habría renunciado a su puesto como Cónsul en Cananea y habría vendido el Hotel Sonora a la empresa McDaniel Bros., cuyos propietarios eran  J. T. and S. E. McDaniel con lo que inicia una nueva etapa en la administración del hotel. Aunque había vendido el hotel desde finales de 1908 y el Col. Breathitt y su esposa tenían su residencia en Empalme, para mediados de 1909 todavía mantenían su departamento en el hotel, debido a los constantes viajes que tenía que realizar a Cananea.

Anuncio del Hotel a principios de 1909 mostrando el cambio de propietario (The Oasis 13/02/1909).

Como nunca, desde la construcción del hotel, en febrero de 1909 como inicio de la cuaresma, por primera vez en Cananea se realizó un carnaval con desfile donde todo fue muy colorido y divertido, donde participaron casi todos los extranjeros asentados en la ciudad y visitantes y, como cierre de los eventos, se realizó un gran baile en el espacioso comedor del Hotel Sonora que fue adornado para la ocasión, mientras que la música estaba a cargo de músicos de todo Cananea, la comida y las bebidas fueron servidas abundante. Todo mundo se divirtió en grandes hasta las 10 de la mañana del día siguiente, por lo que este baile fue considerado como uno de los más grandes eventos de la ciudad.

Sin embargo, el hotel estaba condenado a cambiar constantemente de administración, ya que para finales de julio de este mismo año McDaniel Bros. vende sus intereses en el hotel a M. C. Spires, quien se comprometió a mantener la alta reputación que el Hotel Sonora había mantenido desde su inauguración. El hotel, aunque siempre había sido racista, ahora lo publicitaba, ya que además de anunciarse con una cocina al frente de un chef francés, también se anunciaba que el lugar era atendido por camareras blancas, lo que vino a resaltar el racismo que se vivía en el hotel que estaba diseñado exclusivamente para huéspedes extranjeros. Probablemente debido a un error o que había dos socios de apellido igual, en el primer anuncio mostraba a S. L. Spires como propietario  y solo un par de semanas después el anuncio cambió de periódico y se anunciaba de una manera totalmente diferente y mostraba como propietario a M. C. Spires.

Anuncio del Hotel mostrando el cambio de propietario y hace más evidente el racismo que se practicaba en sus instalaciones (The Oasis 14/08/1909).
Anuncio del Hotel mostrando el cambio de propietario y anunciándose de manera diferente (Bisbee Daily Review 01/09/1909).

Como se había mencionado al inicio que el hotel era utilizado como local de ventas por muchos comerciantes foráneos, 7 años después de su inauguración seguiría siendo utilizado con los mismos fines como lo demuestra el anuncio siguiente:

Anuncio de un vendedor de ropa para dama utilizando el Hotel Sonora como centro de ventas (Bisbee Daily Review 17/10/1909).

Durante los últimos meses de 1909 el hotel había dejado de anunciarse en periódicos de Nogales , Arizona, pero iniciando 1910 volvería a tener anuncios en esta frontera, pero ahora en el periódico The Border Vidette y en The Oasis, increíblemente en este último periódico seguiría anunciándose como propietario a S. L. Spires y no a M. C. Spires, pero además seguiría con el slogan racista de: atendido por camareras blancas.

Anuncio del Hotel Sonora en un periódico de Nogales, Az. (The Border Vidette  26/02/1910).
Anuncio del Hotel Sonora en The Oasis de Nogales, Az. con el mismo slogan racista (The Oasis 12/03/1910).

Para finales de noviembre de 1910, aunque la revolución no se mostraba con toda su violencia como en Chihuahua y otros estados del noreste y del sur; el noreste de Sonora empezaba a temer sobre esa posibilidad y, por supuesto, el hotel Sonora al igual que muchas otras empresas empezaron a resentir la ausencia de muchos americanos que venían a realizar negocios o de placer a Cananea.

Probablemente debido a que para febrero de 1911 la revolución ya se había manifestado en el noreste de Sonora con la entrada de Juan G. Cabral desde Arizona a Sonora con el primer grupo revolucionario y, meses después, con la toma de Cananea el 13 de mayo de ese mismo año, el hotel había resentido la falta de huéspedes por miedo a la violencia y M. C. Spires decide vender el hotel a Gus Rohrer el dueño del Hotel Almada de Guaymas, Sonora, quien era un empresario de origen holandés/alemán que toma posesión del hotel a partir del 1 de septiembre de 1911 y declararía que el edificio sería sometido de nuevo a una remodelación y reacondicionamiento para continuar manteniendo su bien ganada reputación de hotel de primera clase. Posteriormente, Gus Rohrer también se involucraría en actividades mineras en Cananea como lo demuestra su solicitud del 6 de septiembre de 1912 publicada en el Diario Oficial del Estado de Sonora.

Anuncio del Hotel mostrando el cambio de propietario y anunciándose de la misma manera (The Oasis 16/09/1911).

Para principios de octubre de 1912, George Hahn sería contratado para hacerse cargo de la gerencia del Hotel Sonora, quien anteriormente había estado a cargo de la gerencia del Hotel Almada en Guaymas.

A pesar que la revolución se encontraba en pleno desarrollo, el hotel seguía trabajando normalmente, incluso cuando se estaba desarrollando la batalla que inició el 24 de marzo de 1913 en la que el Gral. Obregón ataca a los huertistas atrincherados en el cuartel de la Mesa Sur y alrededores. Durante el desarrollo del primer día de batalla el hotel y sus huéspedes y refugiados entraron en pánico cuando una bala de cañón disparada por los huertistas pasó justo encima y cayó detrás del edificio pero no explotó.

Otro incidente sucedió al día siguiente cuando el entonces Col. Bracamonte, quien había llegado el día 25 de marzo procedente de Naco, había desarmado a varios norteamericanos en el Hotel Sonora, lo hizo, según crónicas, para su propia protección y evitar se metieran en problemas, dado el estado de excitación que había en la ciudad.

Meses más tarde, a principios de agosto, cuando Cananea estaba en manos de los constitucionalistas, el hotel sería testigo de la visita del entonces gobernador de Sonora, Gral. Ignacio L. Pesqueira, a quien recibiría como huésped acompañado de sus colaboradores. El Gral. Pesqueira fue recibido en la estación por una gran multitud encabezada por la banda Municipal, él y su equipo fueron escoltados por la multitud a la plaza y luego al Hotel Sonora donde se hospeda. Finalmente, antes de partir fue agasajado con un baile celebrado en el amplio comedor del hotel.

Prácticamente desde octubre de 1911, el hotel ya no se publicitaba en los periódicos y muy poco se menciona en los medios de comunicación, es más, durante 1914 no hay una sola mención del hotel. A diferencia de años anteriores, ahora al hotel llegaban constantemente los líderes de la revolución en Sonora, pero no está claro si el hotel fue tomado o intervenido por los revolucionarios, ya que el nombre del dueño también se menciona muy poco en los periódicos desde 1911 hasta 1913 y durante 1914 y la mayor parte de 1915 no se menciona ni el hotel ni el propietario y es hasta mediados de septiembre de 1915 que hay una referencia del hotel, pero ahora se menciona como propietario a Charles Reinbold un prominente minero del estado de Sonora. Probablemente el dueño anterior lo vende debido a la problemática de la baja afluencia de huéspedes durante los primeros 3 o 4 años de la revolución o a que el dueño anterior tuvo desavenencias con alguno de las facciones revolucionarias en pugna.

Para finales de octubre Pancho Villa había ingresado a Sonora cruzando la Sierra Madre Occidental a través del Cañón del Púlpito y después de atacar y cercar Agua Prieta del 1 al 3 de noviembre y, tras fracasar en su intento de apoderarse de esa ciudad, se traslada a Naco donde permanece un par de días para después trasladarse a Cananea a donde ingresa el día 6 de noviembre y después de saquear la ciudad y permanecer hasta el día 20 de ese mismo mes, abandonan Cananea y cuando las primeras personas entran a la ciudad detrás del ejército al mando del Gral. Obregón, se dan cuenta que los daños en la ciudad no fueron tan grandes como se esperaba. Los edificios en la ciudad no estaban en óptimas condiciones, pero estaban bien, el daño real fue muy poco y solo dos casas de americanos fueron saqueadas. Todos los caballos y otros animales domésticos fueron robados y no se dejó comida en la ciudad. Pero el Hotel Sonora fue el que mayor daño sufrió, ya que al parecer los villistas, según los testigos:

      celebraron un baile en el hotel y durante el festejo empezaron a disparar y los agujeros de bala se encontraban en todas las direcciones imaginables.”

Después, un día antes de abandonar la ciudad, el hotel fue saqueado y los administradores tuvieron que salir huyendo saltando por una ventana para después correr y refugiarse en casa de unos amigos.

No se sabe cuándo cambia de nuevo de propietario, pero para principios de marzo de 1916 el hotel aparece a nombre de William A. Julian el Cónsul americano en Cananea por lo que el hotel volvía a ser sede de la agencia consular.

Anuncio mostrando el cambio de propietario y anunciándose como el cuartel o sede de los mineros (Bisbee Daily Review 09/03/1916).

Como consecuencia del ataque a Columbus, New Mexico realizado por Villa y seguidores el 9 de marzo de 1916, Estados Unidos manda la expedición punitiva en persecución de los villistas por el estado de Chihuahua, expedición que penetra en territorio mexicano el 15 de marzo en persecución que no fue autorizada por el gobierno de México lo que ocasionó serias fricciones entre ambos países, al mismo tiempo, en la opinión pública nacional se engendró un fuerte sentimiento anti-gringo por el abuso cometido por la invasión extranjera. Mientras el Gobierno Constitucionalista negociaba con el de los Estados Unidos sobre este problema internacional, la Secretaria de Gobernación giró la circular a los gobernadores de los estados, con el objeto de aplacar dicha agitación interior. El ambiente anti-gringo estuvo muy tenso en todo el país y, especialmente en Sonora, los americanos habían estado abandonando el país, esencialmente de los grandes centros mineros, como Cananea y Nacozari. Tanto se había tensado el ambiente en contra de los gringos que en Cananea después de un encendido discurso del gobernador interino Adolfo de la Huerta, donde llama a defender el país de una posible invasión americana, la bandera que ondeaba en el Hotel Sonora, sede del consulado americano, fue balaceada la noche del 17 de junio. Sin embargo, a pesar de que para entonces había civiles, hombres y mujeres, entrenándose para defender México de una posible invasión americana, esta solo se limitó a la fracasada expedición punitiva dirigida por el Gral. Pershing y las relaciones entre ambos países pronto retomaron su cauce. Aunque después de este incidente el hotel dejó de publicitarse a partir del 1 de julio en la prensa de Arizona.

Para finales de noviembre de ese mismo año, W. A. Julian había dejado de ser el agente consular en Cananea, pero el hotel seguía siendo la sede del consulado, aunque para enero de 1917 aparecía de nuevo como cónsul en Cananea.

Debido a las fuertes lluvias que cayeron el domingo 21 de enero, una pared del Hotel Sonora se desplomó en la noche para amanecer el lunes. Al principio se difundió la noticia de que habían muerto varias personas, pero después rectificaron la información y se dijo que Gastón Mendoza de 22 años fue el único muerto, rescatándose su cadáver el lunes por la mañana. Varios huéspedes, incluyendo algunos americanos, resultaron ligeramente heridos. El dueño del hotel salió ileso ya que dormía en un cuarto al lado del que se derrumbó.

Después del incidente las autoridades locales iniciaron una investigación para determinar las causas del derrumbe, ya que se pensaba que pudiera haber sido por defectos de construcción en la cimentación; sin embargo, después de remover los escombros se determinó que había sido por que se remojaron los adobes por falta de mantenimiento.

W. A. Julian seguiría siendo el cónsul en Cananea hasta el último día del año de 1917, ya que a principios de enero del siguiente año se publica que había dejado de funcionar como agente consular y que era sustituido por J. M. Gibbs.

Probablemente W. A. Julian al dejar su cargo como cónsul, abandona Cananea, no se sabe si inmediatamente o poco más de un año después, pero para septiembre de 1919 aparece Robert Green como propietario del Hotel Sonora.

Seguramente para abril de 1920 todavía seguía siendo el mejor hotel de la ciudad, ya que con motivo de la campaña de proselitismo político que estaba haciendo el Plutarco Elías Calles en favor de Álvaro Obregón para alcanzar la presidencia de la república, Elías Calles llegaría a Cananea y se hospeda en el hotel, pero después de esta fecha y hasta el 17 de marzo de 1923 no se encontraron referencias del hotel, hasta el día 18 de marzo de ese año, cuando anuncia que además de ser: El mejor atendido de la población, cuanta con apartamentos para familias, lo que nos indica que el hotel había sido reacondicionado, al menos parcialmente, para la renta de departamentos.

Anuncio del Hotel Sonora mostrando el cambio de giro, dirección y teléfono (El Intruso 18/03/1923).

Desde finales de 1923 hasta febrero de 1926, no fue posible encontrar menciones sobre el hotel, aunque seguramente siguió operando normalmente ya que a partir de este año y hasta 1942, las menciones que se hace del hotel son para utilizarlo como punto de reunión para realizar las juntas del consejo de administración de compañías mineras, haciendo honor al slogan que había retomado W. A. Julian en marzo de 1916: el cuartel de los mineros.

En 1933 el hotel vuelve a publicitarse de nuevo, pero ahora solo en el periódico local El Intruso y lo hace por unos 9 meses. Al año siguiente la publicidad desaparece y vuelve aparecer hasta 1936, cuando el hotel ya era de Roberto Elzy Torres.

Anuncio del Hotel Sonora en 1933 mostrando la dirección pero ahora como Av. Obregón (El Intruso 03/07/1933).
Anuncio del Hotel Sonora en 1936 publicitándose de la misma manera (El Intruso 26/03/1936).

Sin embargo, a pesar de las escasas menciones del hotel durante estos 16 años, este seguiría operando normalmente y en 1937 el hotel serviría de sede de la histórica estación de radio XEFQ de Cananea, cuando Pedro L. Díaz y su socio Ernesto Félix Arnold después de obtener la concesión para trasmitir, solicitan permiso a Roberto Elsy Torres, propietario del hotel al menos desde 1936, para colocar la antena de trasmisión en la azotea del hotel, y así, a las 8 de la noche del día 1 de julio de 1937 desde dos habitaciones de la planta baja del hotel, la XEFQ “La Voz de la Ciudad del Cobre”, inicia trasmisiones con un trasmisor de 50 watts de potencia desde el Hotel Sonora, donde duraría instalada hasta el año de 1942, cuando se traslada a la Av. Juárez No. 91.

Roberto Elzy Torres permanece como dueño del hotel probablemente hasta 1954, cuando lo vende junto con el Hotel Plaza, que también le pertenecía, para después comprar en enero de 1955 el Hotel Alameda quien lo amplía y remodela para darle la fachada actual.

Aunque no con el brillo y renombre que lo caracterizaron las primeras tres o cuatro décadas de vida del Hotel Sonora, este seguiría operando y en 1953 todavía seguía dando servicio como hotel de hospedaje por día y rentando departamentos cobrando por mes, como lo testifica el siguiente recibo donde le cobran a un huésped $50 pesos por el alojamiento del mes de agosto de 1953. El restaurante, todavía con algo de su elegancia de antaño, seguía siendo la nostalgia de algunos comensales fieles como Madam Cecil de Vaujours, una maestra de piano de origen francés, quien hasta meses antes de morir en 1954, desayunaba casi a diario en el restaurante del hotel.

Recibo del Hotel Sonora en 1953 (Imagen: C. A. Robles).
Vista parcial del Hotel Sonora, cerca de 1960 (Foto: C. A. Robles).

Para el inicio de la década de los 1960’s la brillantez y prestigio del sexagenario hotel que antes lo caracterizara, ya había empezado a declinar y al vetusto edificio de adobe ya se le notaba el paso del tiempo y la falta de mantenimiento era evidente. Ya su espacioso restaurante hacía mucho tiempo que había dejado de usarse para grandes eventos y bailes que desde su inicio eran origen de gran orgullo para los muchos propietarios que tuvo durante sus primeras dos décadas. Los políticos y personajes importantes buscaban hospedarse en el Hotel Alameda, el cual, pertenecía a Roberto Elsy Torres, y había desplazado por su modernidad al Hotel Sonora.

Aunque parezca increíble, conforme pasaba el tiempo y la mayoría de los americanos abandonaban Cananea, hasta reducirse a un mínimo después de terminada la revolución, la información referente a la historia de barrios y edificios de Cananea se va perdiendo y lo que ocurría en ellos quedaba solo en la memoria colectiva popular, paradójicamente entre más cercana es la fecha a la desaparición del hotel, existe menos posibilidades de encontrar información.

De esta manera, poco a poco, la buena estrella del Hotel Sonora fue declinando hasta desaparecer y para el año de 1978, según información verbal, dejo de operar quedando abandonado, pues su estructura de adobe complementada con madera, había terminado su vida útil y era incosteable seguir manteniéndola y ya representaba un riesgo el estado del edifico.

De la misma manera que empezó la vida del hotel, con muchos gerentes y propietarios, así transcurrirían los últimos años de su vida. Antes de desaparecer el penúltimo propietario del hotel fue Roberto Santacruz, quien vendería posteriormente a Gabriel Rosas Rivera y este a su vez vendería a Alfonso Dagnino en 1979 y ese mismo año fue demolido con lo que termina la historia de un edificio de 77 años de antigüedad y, junto con otros edificios, ícono de Cananea por muchos años.

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