viernes, 6 de septiembre de 2024

LÁZARO YLDELFONSO GUTIÉRREZ DE LARA SALAZAR: “Caballo Negro”. Parte IV.

LÁZARO YLDELFONSO GUTIÉRREZ DE LARA SALAZAR: “Caballo Negro”. Parte IV.

Gustavo A. Moreno Martínez geogariki@prodigy.net.mx

INTRODUCCIÓN

Una vez iniciada la revolución en México, Lázaro se traslada a El Paso para unirse a las fuerzas revolucionarias, primero los hace con los liberales-anarquistas, pero después se une a Madero por lo que los magonistas los acusan de traidor, al igual que Antonio I. Villarreal. Una vez en las tropas maderistas participa en la desastrosa batalla de Casas Grandes donde es acusado de cobarde y estuvo a punto de enfrentar un Consejo de Guerra, pero fue perdonado por Madero y lo envía de regreso a El Paso, donde en uno de sus acostumbrados eventos callejeros es puesto en la cárcel acusado de desorden público. Sale de la cárcel la tarde en que había iniciado la toma de Juárez por los maderistas, pero logra cruzar el río un día después, unas horas antes de que concluya la batalla por lo que no participó en ella. Con Juárez en poder de los maderistas y con la renuncia de Díaz a la presidencia de la república, mientras Madero organiza la ciudad y su viaje a la Cd. de México para la toma de la presidencia provisional, Gutiérrez de Lara se dedica a dar discurso y a organizar el Partido Liberal de México viajando entre Juárez y Chihuahua. Con el mismo propósito se sigue moviendo hacia el sur con la intención de llegar a la capital del país y a finales de agosto es encarcelado en Torreón después de un discurso en el que ofendió a los dirigentes de tres países, cuyos representantes diplomáticos presentaron una queja oficial. Después de permanecer poco más de dos semanas en prisión, es liberado permaneciendo unas tres semanas más para esperar la visita de su esposa.

CON MADERO

Solo era cuestión de tiempo para que el llamado de la revolución hiciera efecto en Gutiérrez de Lara, pues para principios de enero de 1911 la prensa ya lo ubicaba en El Paso dando conferencias públicas callejeras. Según las crónicas las oratorias versaban sobre los movimientos revolucionarios que ha sufrido México, aunque no proporcionaba detalles, sus narrativas eran muy elocuentes y amenas.[1] Las conferencias callejeras eran casi a diario y, por supuesto, no podía faltar el llamamiento a los mexicanos a integrarse a la rebelión que ya había iniciado en varios lugares de México.[2]

Después de la separación de Lázaro Gutiérrez de Lara del grupo de los liberales de Los Angeles para unirse a la revolución, en febrero la deserción más importante fue la de Antonio I. Villarreal, pero pronto se les unirían muchos más; algunos llegarían a tener rangos militares durante la revolución maderista. Cuando llegó a El Paso, Antonio reclutó a 160 hombres, un número importante para un jefe liberal. También llegaron simpatizantes del grupo de Douglas y Los Ángeles que se unieron a Antonio a pesar de los magonistas.[3] Para finales de febrero Ricardo Flores Magón anuncia la expulsión de Villarreal como miembro de la Junta Organizadora del PLM; además lo acusa de traidor a la revolución netamente liberal, mientras que a Madero lo llama traidor a la causa de la libertad.[4]

En la publicación de Regeneración de febrero 25 de 1911, Flores Magón acusa a Gutiérrez de Lara de interesado y de aprovecharse de los trabajadores liberales, dice en esa columna que Lázaro estuvo explotando en Los Angeles unas “vistas”, diciendo que el producto lo invertiría en su marcha para México a donde iba a tomar parte en la Revolución. Y dice, que en efecto, con ese dinero marchó hacia El Paso, donde estuvo dando conferencias de paga, haciendo entender que los productos Iban a ser destinados a la Revolución. Los liberales ayudaron a Gutiérrez de Lara porque como aparecían sus artículos en Regeneración lo creían ligado a los trabajos del Partido Liberal, como en efecto fue así en lo que respecta a la propaganda de los principios del partido. Nadie podía sospechar que como había recibido dinero de los liberales, que había obtenido dinero del Grupo "Regeneración" de Los Angeles para  sus gastos de viaje, que hablaba en El Paso a favor del Partido Liberal y que, en todos sus actos se mostraba como partidario de los principios de emancipación económica del proletariado, se pasara con armas y suministros al bando de Madero.[5] Por esto, a Gutiérrez de Lara le dio el epíteto de "transfuga de la verdadera revolución popular". La esposa de Lázaro molesta fue con Flores Magón a reclamarle el por qué tildaba a su esposo como traidor, aunque Ricardo admitió a Hattie que su versión del incidente no correspondía con los hechos, nunca se disculpó o se retractó de su afirmación.[6]

Madero, quien se encontraba en El Paso desde mediados de enero, determinó mandar a José de la Luz Soto en calidad de Jefe para que se hiciera cargo de las fuerzas de Pascual Orozco. Soto sería ayudado por un Estado Mayor constituido por: Eduardo Hay, José Garibaldi, Raúl Madero, Rafael Aguilar (ingeniero ex-federal) y Roque González Garza. Soto y su Estado Mayor atravesaron el río el día 9 de febrero a las diez de la mañana y se dirigieron a donde se reunirían todos los que los acompañaban y los revolucionarios que esperaban al otro lado del río.[7] Orozco los recibió y enterado de las decisiones y condiciones no acepto y otro día, 10 de febrero, levantó el campamento y dijo a su gente que lo siguiera el que quisiera acompañarlo. Casi todos marcharon con él, excepto unos 80 hombres que regresaron al mando de Máximo Castillo y se pusieron a las órdenes de Madero, y esperaron a Soto y su Estado Mayor para protegerlos en el cruce del río de regreso.[8]

Roque González Garza, Garibaldi y otros cuando cruzaron la línea divisoria, febrero 9 de 1911 (Foto: Serrano, T. F. pp260).

Miembros de la comisión enviada por Madero para negociar con Orozco: Giuseppe Garibaldi (centro con sombrero y gabardina negra), Mariano Hernández, Eduardo Hay y Raúl Madero; Máximo Castillo y algunos orozquistas que se unieron a Madero, febrero 10 de 1911 (Foto: Tomada de P. Siller V. y M. A. Berumen pp68-69).

En preparación a una generalización de la lucha revolucionaria, Gutiérrez de Lara en compañía de otros revolucionarios cruzó la frontera por el Valle de Juárez. Pasó el día 12 de febrero y se llegó al poblado de Guadalupe ubicado unos 55 kilómetros al sureste de Cd. Juárez, Previamente, unos días antes, el liberal Prisciliano Silva con unos 150 hombres tomaron el poblado sin disparar un solo tiro, ya que fue abandonado por los 30 guardias fiscales que lo resguardaban. El jefe político de la población abandonó su casa inmediatamente y fue convertida en el alojamiento de Lázaro.[9] Al respecto de su llegada a Guadalupe, Ricardo Flores Magón comenta que recibió una carta fechada el 13 de febrero cuyo remitente era Prisciliano G. Silva, donde le comenta:[10]

“Me es grato comunicarle que hoy en la mañana regresó el Capitán Segundo compañero José A. Álvarez, jefe del segundo grupo de la Confederación de Grupos Revolucionarios del Norte del Partido Liberal Mexicano, a este Cuartel General, trayendo cuarenta compañeros dispuestos a afiliarse a esta Confederación de Grupos del Ejército Liberal. Desde luego procedí a organizar un nuevo grupo que se llamará Tercer Grupo de la Confederación de Grupos Revolucionarios del Norte del Partido Liberal Mexicano. Entre los compañeros se presentó el Licenciado Lázaro Gutiérrez de Lara con 28 americanos, y en vista de la protesta que hizo este compañero de ser del Partido Liberal, le encomendé el mando del Tercer Grupo y puse en sus manos el nombramiento de Capitán Primero. Desde luego procedí a equipar al nuevo grupo de caballos, armas, parque suficiente y víveres.”

El día 13 Abraham González se presentó en Zaragoza en la margen mexicana del río Bravo, acompañado de Manuel García Vigíl, exteniente del Ejército Federal: Octavio Morales exalumno del Colegio Militar de México había pasado ya con Rafael Aguilar. Don Abraham modificó los nombramientos en esta forma: Jefe del Estado Mayor, Eduardo Hay; Jefe de la Vanguardia a petición propia, José Garibaldi; Oficiales de organización, ingeniero Rafael Aguilar, Manuel García Vigil y Octavio Morales; Proveeduría Roque González Garza, Juan Figueroa y Eleuterio Hermosillo; Secretario y Tesorero Raúl Madero y ayudante del Secretario Salvador Gómez. Todo esto ocurría al frente de los federales que se mostraban pasivos, pero en una ocasión recibieron aviso de que se acercaban los federales en su persecución y tuvieron que prepararse para entrar en combate, aunque no llegó a realizarse porque no se acercaron los federales.[11]

El día 14 pasó Madero y fue recibido por una escolta de 20 hombres emprendiendo la marcha rumbo a San Agustín. Se vio precisado a pasar porque había orden de arresto en su contra, debido a las frecuentes reclamaciones del gobierno del dictador y por una carta que decomisaron las autoridades de El Paso al Lic. Casillas, al arrestarlo en la orilla del río.[12] De San Agustín marcharon a Guadalupe encontrando allí a Gutiérrez de Lara quien estaba con Prisciliano G. Silva un magonista y anarquista, quien era el jefe de aquel lugar.

En una carta fechada el 14 de febrero en Guadalupe enviada por Prisciliano G. Silva a Ricardo Flores Magón, le comenta lo siguiente: [13]

“Esta mañana se presentó a este Cuartel General un oficial con una comunicación firmada por el General en Jefe del Ejército maderista, con Cuartel General en Zaragoza, en que me suplica ese jefe maderista le facilite algunos carros y caballos, pues no puede continuar su marcha por falta de esos elementos y por el mal estado en que se encuentra su columna y teme caer en manos de los federales. Desde luego le envío ocho carros, un coche, veinte caballos ensillados y dos carros cargados con toda clase de provisiones, aparte de suficiente pastura para la caballada. En dicha columna viene el Sr. Francisco I. Madero. El encargado de conducir este convoy es el Capitán Primero Lázaro Gutiérrez de Lara, a quien di dicha comisión, He indicado al compañero de Lara que imparta todo tipo de auxilios a la columna maderista como lo exige la hospitalidad y el compañerismo, pues es notorio el mal estado en que se encuentra esa columna al grado de que se ha estado varios días para recorrer una distancia que se hace en un día. Nuestra bandera roja flota en las azoteas de nuestros cuarteles ostentando nuestro querido lema: Tierra y Libertad.”

Un día después de su llegada a Guadalupe, Madero el 15 de febrero firma como Presidente Provisional de México una nota que sería entregada a los diplomáticos de las naciones amigas de México con representación en el país y en los Estados Unidos.[14] Con esta nota Madero trataba de calmar a los gobiernos diciéndoles que durante su mandato provisional o eventualmente constitucional, nada cambiaría en cuestión de tratados y acuerdos comerciales oficiales o particulares establecidos en el país hasta antes del 30 de noviembre de 1910, siempre y cuando se reconociera al gobierno provisional.

El día 15, según carta de Silva a Flores Magón, en la tarde le dio instrucciones a Gutiérrez de Lara para que ordenara a su grupo para que al día siguiente marchara hacia San Ignacio, unos 10 kilómetros al sureste de Guadalupe, con todos los elementos de guerra para proseguir la campaña.[15]

Dice una versión que Silva cometió algunas arbitrariedades con los vecinos y estos se quejaron con Madero, quien lo llama y le ordenó que acatara sus órdenes; pero Silva se negó a obedecer y lo insultó delante de todos los presentes. Madero viendo su insubordinación y altanería mandó que lo desarmaran y lo incomunicaran encerrándolo en un cuarto, pero Silva se negó a todo y no hubo quien pudiera someterlo. Madero habló a la gente de Silva invitándolos a que le siguieran y todos convinieron menos seis o siete individuos que se quedaron con Silva y fueron llevados, junto con él, a la orilla del río para que cruzaran al lado americano.[16]

Según la versión de Flores Magón, Madero traicionó primero al magonista Gabino Cano denunciándolo a las autoridades estadounidenses en El Paso donde fue arrestado cuando llevó unos heridos para ser atendidos; después, dice que Madero envió un correo ordenándole a Silva que asumiera el cargo de jefe maderista, propuesta que no aceptó porque al ser magonista y anarquista no creía en el maderismo. Dice Ricardo, que entonces Madero se presentó amigablemente con 500[17] hombres en Guadalupe y fingió abrigar los mejores deseos a los liberales y brindó su amistad a Silva, que le propuso que se unieran por el momento para resistir un ataque de los federales que ya se dirigían hacia ese poblado. Silva confiadamente acepta para resistir el ataque de un enemigo común, pero, dice Flores Magón, que al atardecer del día 16 de febrero se disponían a descansar cuando Madero anunció que los federales estaban cerca, que se dio la orden de que las fuerzas de Silva se dividieran en cuatro columnas y se intercalaran entre las filas maderistas. Cuando las columnas se habían alejado, con el pretexto de estudiar el plan de resistencia, Madero manda llamar a Silva y lo hace prisionero, dice que atado codo con codo, Silva solo alcanza a ver la columna de polvo levantado por la marcha de la tropa. Una vez neutralizado Silva, dice que Madero y su estado mayor cabalgaron hasta alcanzar la columna, le marcaron el alto y le habló a los liberales que no aceptaron su jefatura ni sus propuestas, entonces los hizo prisioneros, les quitó las armas, provisiones, caballos, carros de transporte y vestimentas, todo lo que habían obtenido cuando tomaron Guadalupe. Solo ocho lograron escapar. Después del arresto de Silva, narra Flores Magón que Gutiérrez de Lara mandó a sus americanos a que obedecieran a Madero, y él mismo se puso a sus órdenes, traicionando así, al movimiento liberal.[18]

Otra versión narra que Madero declaró a Silva prisionero gracias a un acuerdo previo con Gutiérrez de Lara de aliar sus nuevas fuerzas del PLM al maderismo. Gutiérrez de Lara no era anarquista y representaba el ala socialista del PLM que sentía resentimiento contra la mayoría de la junta directiva anarquista por haber acordado mantener en secreto los planes de revuelta ante socialistas como Antonio I. Villarreal y Manuel Sarabia. El repudio al PLM por parte de Lázaro, fue seguido por el de Villarreal, luego por Eugene V. Debs y los socialistas estadounidenses. Los socialistas repudiaron el anarquismo del PLM y su insistencia de mantener autonomía respecto de Madero.[19]

Dado que ya no podían tomar Juárez por el fracaso de la batalla de El Bauche donde salió derrotado Orozco, habían decidido marchar hacia el noroeste del estado de Chihuahua buscando protección, reunir hombres y tomar Casas Grandes y después Janos para establecer un corredor seguro y tener acceso a la frontera. El día 17 todos, incluido Lázaro y sus gringos, marcharon hacia el sur para cruzar la sierra por el cañón del arroyo Bandejas, avanzando unos 35 kilómetros hasta el Rancho de las Tinajas (Tinajas de Cantarrecio) donde descansaron. El día 18 avanzaron aproximadamente otros 35 kilómetros hasta el Rancho Los Charcos de Grado (Charcas). Probablemente aquí descansaron, porque después de avanzar unos 25 kilómetros llegaron el día 20 al Rancho Papalotes cerca de la vía del Ferrocarril Central. El día 21 llegaron hasta el Rancho San José y allí abordaron un tren hasta Villa Ahumada. Eran cerca de 300 hombres. Partieron nuevamente el 23 rumbo al suroeste y llegaron al Carrizal, de allí el 24 siguieron con el mismo rumbo y avanzaron unos 30 kilómetros hasta Álamos de Peña. Siguieron avanzando hacia el suroeste hasta llegar a San Lorenzo donde hicieron alto y descansaron unos días a orillas del Río Santa Clara, que aguas abajo cambia su nombre a Río del Carmen. Después de dos jornadas finalmente llegaron a San Buenaventura el día 1° de marzo, poblado que estaba en poder de unos 200 revolucionarios. Fueron recibidos con mucho gusto y hubo fiesta, discursos y mucho entusiasmo. Allí se acordó y planeó el asalto a Gasas Grandes y hacia allá se dirigieron capitaneados por Madero.[20]

LA BATALLA DE CASAS GRANDES.

A las cinco de la mañana del día 6 de marzo, cuando aún no amanecía, un grupo como de 300 hombres maderistas dirigió un ataque vigoroso por el sur de la ciudad, siendo contenido y no causaron daño. Al mismo tiempo, por el noreste otro grupo como de 200 hombres, atacaba la trinchera norte, Después de más de hora y media de combate, fueron rechazados por el sur en sus dos intentos para apoderarse de la entrada al pueblo. Igualmente fueron rechazados por el norte y el oriente. El ataque a Casas Grandes fue un desastre para los revolucionarios, porque no lograron su intento de tomar la plaza y porque perdieron cerca de cien hombres entre muertos, heridos y prisioneros, y se retiraron en total desorden.

Lázaro Gutiérrez de Lara como revolucionario, sin lugar y fecha (Foto: de la red)

Alarmantes fueron las noticias que llegaron a El Paso, se decía que habían muerto todos los integrantes del Estado Mayor de Madero, versión que era falsa. Después se supo que habían pagado cara la novatada en la revolución, por la falta de experiencia no hubo orden alguno por parte de los maderistas, no hubo reserva ni vigilancia para impedir que llegase García Cuellar con su columna o para saber, al menos, si estaba cerca y si representaban un peligro, como en efecto sucedió. Se supo que Gutiérrez de Lara que estaba convenientemente parapetado, vio pasar a tiro de piedra a la tropa de García Cuellar y en vez de hacer fuego e impedir que llegaran a la población donde estaba el combate en curso, ordenó a su gente que no disparara, porque todos eran hermanos.[21]

Otra versión, al respecto de la actuación de Gutiérrez de Lara, publicada en Regeneración narra lo siguiente:[22]

“Exterminadas las columnas de Alanís y de Hay, se le ordenó al Capitán Lázaro Gutiérrez de Lara que entrara a la ciudad. La Compañía de De Lara se componía de mexicanos y americanos. El fuego era nutridísimo. De Lara cayó al suelo desde luego y todos creyeron que había muerto. Uno de los americanos gritó: "Dios mío, el pobre de De Lara ha sido muerto!"; pero en realidad lo que sucedió fue que de Lara al oír el silbido de las balas se, dejó caer para no ser blanco de los federales, pues poco después se le vio levantarse bueno y sano, dar media vuelta y lanzarse hacia donde podía resguardarse de las balas. Después explico que no tenía corazón para matar a sus semejantes y se dedicó a servir de enfermero en el Hospital de sangre. La columna, de De Lara, abandonada por él, fue completamente destrozada por los federales, 15 prisioneros de su columna fueron fusilados en el acto.”

……

Uno de los soldados americanos de la Compañía, que mandaba Lázaro Gutiérrez de Lara y que se: encontró en la batalla de Casas Grandes, dice que cuando apareció la fuerza del esbirro Cuéllar De Lara habló a sus soldados de esta manera: ‘Muchachos, es mejor que enarbolemos bandera blanca, porque no tenemos salida de aquí’. Los insurgentes le contestaron en seguida: ‘Vaya Ud…….... al infierno; nosotros estamos resueltos a morir aquí."

Después del combate algunos exigían un Consejo de Guerra contra Lázaro y que fuera fusilado; Madero se opuso y lo envió para El Paso diciéndole que no servía para la guerra.[23]

Más tarde, Gutiérrez de Lara negaría enfáticamente los informes de que actuó cobardemente y de que arrojó el arma en la batalla de Casas Grandes. Dice que un estadounidense le dictó durante la lucha y que él circuló ese informe por despecho. Lázaro cuenta cómo se retiró después de la llegada de los refuerzos de Cuellar y de su vergüenza al retirarse hasta que se enteró de que todos los hombres de Madero hicieron lo mismo o peor. Dice que Madero habló con él y así lo narra:[24]

“Yo estaba durmiendo en el suelo después de la batalla cuando Madero me despertó y, estrechándome la mano, me dijo que lo había hecho bien y que había observado el fuerte fuego de mi compañía. Le dije que me avergonzaba tener que retirarme y me explicó que todo el comando se había retirado en muy mal orden.”

Dos meses y medio después se publica otra versión de la conversación con Madero. De acuerdo a El Paso Herald del 23 de mayo, dice que Lázaro más tarde, gimiendo y retorciéndose las manos, buscó a Madero y le dijo:[25]

“No podía disparar ni ordenar a mis hombres que dispararan. Eran federales, pero también eran mis hermanos. ¡No podía, no puedo derramar su sangre! ¡Tengo valor para que me maten, pero no para matar! ¡No podría ver morir una flor! ¡Despídanme!"

Y Madero lo despidió. Una revolución saca a la superficie todo tipo de cosas y personas raras, comentaba el periódico.

Sin embargo, después de ser regañado en la Hacienda de San Diego a donde se habían replegado inicialmente la mayoría de la tropa restante que acompañaban a Madero después de la batalla, Lázaro no abandonó las filas maderistas inmediatamente, los acompañó hasta Galeana, y cuando se sintió seguro, en compañía de otros hombres siguió al norte rumbo a la frontera de Palomas.[26]

DE NUEVO EN EL PASO

Gutiérrez de Lara llegó a El Paso vía Columbus, N.M., con un grupo de 10 hombres entre mexicanos y americanos, varios de ellos casados que tenían permiso para visitar a sus familias en El Paso. Dijo que dejó la columna de Madero en Galeana y que los rebeldes continuaron su marcha hacia el este,[27] aunque en realidad siguieron hacia el sur, a San Buenaventura, y después a la Hacienda de Bustillos, donde Madero se reunió con Villa y Orozco para ponerse de acuerdo y planearon regresar a Cd. Juárez y tomar la ciudad.

En El Paso, de nuevo, Lázaro se dedicó a dar conferencias callejeras y entrevistas a los medios de información. y en una de esas conversaciones con un periódico local a principios de abril, vaticinó que no pasarían más de dos meses para que Díaz renunciara y poner fin a esa revolución. Decía que los grandes intereses comerciales estaban culpando a Díaz y sus "científicos" del estado de cosas en el país; que estos mismos intereses comerciales que estuvieron con Díaz mientras mantuvo el orden, cuando llegó la insurrección se alejaron de él y exigían que hiciera un cambio. Comentaba también que los cambios en el personal del gabinete presidencial se debían directamente a esa presión. Los empresarios de México exigían que el propio Díaz se retirara. Además, un Lázaro entre soñador y realista, comentaba:[28]

"Las revoluciones ya no son como antes, en aquella época, un hombre era independiente y podía ir a luchar y sufrir y luego volver a asumir su carga con relativamente pocas pérdidas. Ahora es diferente. Los ricos, los millonarios, regulan las cosas. Cuando su negocio se ve afectado, se ve afectado gravemente. Millones se pierden de un solo golpe. Esto los impulsa a la acción y exigen inmediatamente un cambio, una mejora de las condiciones. Eso es lo que ha sucedido en México y eso es lo que está haciendo que el presidente Díaz reconozca los derechos del pueblo."

De cualquier forma, de acuerdo a sus declaraciones no tenía mucha fe en las negociaciones de paz que se empezabas a llevar a cabo en un primer nivel, entre los representantes de Madero en Estados Unidos y los del porfirismo, éstas discurrían  lejos de donde estaban los conflictos.

Por esos días había caído una tormenta que bajo bastante la temperatura y al no tener un abrigo, Lázaro se agenció un zarape muy pintoresco y llamativo que llevaba sobre los hombros y atraía mucha la atención en los vestíbulos de los hoteles y en las calles, sobre todo con gente que acostumbraba a verlo siempre vestido impecable, como un dandy. Comentó también que iba a partir esa misma semana hacia Los Ángeles para visitar a su esposa antes de volver al campo.[29] Aunque sus múltiples compromisos, conferencias y mítines no permitieron, al menos por el momento, visitar a su esposa.

El lunes 10 de abril en la noche la policía impidió que se efectuase una manifestación que, sin permiso, había sido organizada por Gutiérrez de Lara y otros simpatizantes. Como se impidió la manifestación, se efectuó un mitin, pero la policía hizo callar a Lázaro cuando empezaba a hablar contra Díaz frente al Palacio de Justicia. Después del mitin declaró que hablaría en otra parte de la ciudad y entonces fue arrestado con dos de sus compañeros: Santiago Cázares y Antonio Sáenz. Dos mil personas siguieron a los arrestados hasta que llegaron a la cárcel.[30]

A las 7 de la noche en las calles Cuarta y Stanton, se llevaría a cabo el mitin y desfile masivo con el previsto alboroto de los residentes mexicanos. Se tenía contemplado que los simpatizantes de la causa revolucionaria se congregarían en esa esquina, además tenían invitados algunos amigos estadounidenses y se tenían contemplado cuatro oradores animados y ruidosos. Sin embargo, de nuevo, el alcalde Kelly no había dado su permiso para realizar el evento, Dijo muy temprano que no habrá un desfile insurreccional y, si se intenta, se detendrá. Declaró:[31]

"No creo que intenten realizar un desfile, pero si lo hicieran, lo impedirían. Tenemos una fuerza policial y la utilizaremos si es necesario, aunque no prevemos que vaya a ser necesario. Los mejores ciudadanos mexicanos de El Paso están conmigo para impedir este desfile y lo haré".

Gutiérrez de Lara fue liberado a las 9:15 de la mañana del martes 11 de abril, después de entregar una fianza firmada por Lee Pollard y Enrique Esparza en la estación de policía y su caso sería tratado en la sesión de la tarde. Después de que Lázaro entregó la fianza el jefe Ben Jenkins le preguntó si era ciudadano estadounidense y él respondió:[32]

"No soy ciudadano de los Estados Unidos. No he tenido tiempo suficiente para investigar si este es un buen país para mí o no".

Sin embargo volvió a ser encarcelado. Según los políticos de El Paso, se le debía decir a Lázaro que abandonara la ciudad tan pronto como terminaran las elecciones municipales que estaban muy próximas. Todo esto sucedía porque desde su regreso de Casas Grandes había sido declarado como persona non grata en esa frontera, pero los políticos temían que si le ordenaban dejar la ciudad tendría efectos negativos sobre el voto mexicano, ya que tenía mucha e inquietante influencia entre los simpatizantes de los insurrectos.[33]

Como los ánimos estaban muy caldeados por lo que ocurría localmente y al otro lado de la frontera, el alcalde de El Paso se vio en la necesidad de publicar un largo desplegado explicando la actuación de la policía del día lunes 10 de abril, decía:[34]

“Considerando la intención de los oradores incendiarios de despertar los sentimientos de la población de habla hispana mediante una manifestación el lunes por la noche, y la presencia de casi 20,000 mexicanos en esta ciudad, es verdaderamente notable que el incidente transcurriera tan silenciosamente. Las elecciones municipales debían celebrarse el martes; en el último momento, algunos socialistas locales (el grupo es muy pequeño) decidieron hacer una pequeña aparición en las urnas. La manifestación del lunes por la noche se convocó ostensiblemente para promover el movimiento político socialista; pero nadie se dejó engañar por la excusa, y era sabido por todos que la manifestación estaba realmente dirigida contra el gobierno de México y tenía como objetivo amargar a los mexicanos locales contra el gobierno con vistas a obtener ayuda financiera y reclutas. De acuerdo con este plan, el orador principal de la velada fue L. G. de Lara, uno de los agitadores mexicanos más violentos, que se llama a sí mismo socialista y que recientemente ha estado en armas contra su gobierno, liderando una banda de hombres en el campo contra la autoridad establecida.

Se trataba de una situación que podía poner en peligro la paz de la ciudad, y la importancia internacional de una manifestación insurgente en la mayor ciudad fronteriza de Estados Unidos habría sido muy desfavorable para la continuidad de nuestras amistosas relaciones comerciales y sociales. El alcalde dio amplio aviso de que no se permitiría un desfile, pero no se interfirió en la reunión del pueblo para discutir cuestiones públicas de manera moderada. El alcalde, al cumplir su promesa de impedir un desfile y una manifestación insurgente, sólo estaba cumpliendo con su deber y su conducta merece la aprobación general. Esto es cierto cualquiera que sea el motivo exacto de su acción, y a pesar del hecho de que fue un poco brusco en su forma de hablar, lo que no contribuyó a la dignidad oficial. El trabajo de conservar la paz pública y promover la amistad internacional tenía que hacerse, y el alcalde lo hizo con éxito. Al hacerlo, no perjudicó a ningún hombre ni a ningún partido; no prohibió la "libertad de expresión" y no privó a nadie de su libertad a menos que el hombre estuviera involucrado en actos cuyo resultado natural fuera perturbar la paz pública. El hecho de que se dieran siete falsas alarmas de incendio durante la noche y que los bomberos fueran apedreados mientras hacían sus recorridos, muestra cómo se había apoderado el espíritu de maldad y cuán graves eran las posibilidades de problemas serios. Pero la policía manejó a las multitudes con discreción, no hubo ataques de los oficiales a los ciudadanos y sólo hubo que hacer unos pocos arrestos durante la noche.

Hay que reconocer a la población hispanoamericana el gran mérito por la manera ordenada y moderada en que actuó en circunstancias que podrían haber resultado en cierta amargura. Las masas atraídas por los discursos y la excitación se negaron a dejarse llevar a los excesos por los exaltados, y la gente de habla hispana mostró un grado aún mayor de autocontrol que sus asociados estadounidenses. Se habría necesitado muy poco para organizar una redada en la cárcel de Juárez con la certeza de un conflicto sangriento, si se hubieran atendido las exhortaciones de unos pocos. Los oficiales de Juárez durante los últimos meses no siempre han sido tan considerados como podrían serlo con los derechos y la conveniencia de los estadounidenses; Han realizado algunos arrestos falsos, se han negado a renunciar a la regla de incomunicación, han tenido muchos espías trabajando en El Paso y han alojado a sospechosos estadounidenses en lugares inadecuados para su detención, de modo que hay algún fundamento para las expresiones de desaprobación que a veces se escuchan de este lado. Pero hasta ahora no ha habido nada más allá de la posibilidad de ajuste a través de los canales oficiales regulares, nada que justifique un resentimiento general.

La acción del alcalde y la policía el lunes por la noche fue sabia y conservadora, y tienen derecho a ser elogiados por la forma efectiva en que mantuvieron el orden público.”

De esta manera, su tranquila estancia en El Paso duraría menos de dos semanas después de regresar de Casas Grandes, ya que aunque se supone que había salido de la cárcel el día 11 de abril, fue reaprehendido inmediatamente, pues los funcionarios de la ciudad están decididos a que no diese más discursos en El Paso. Para hacerlo, al igual que en Los Angeles, se inició una persecución judicial, tan pronto como consiguió su libertad por un cargo, fue arrestado nuevamente por otro. El jueves 13 de abril por la tarde, a las 5:30, Lázaro consiguió su liberación por un cargo de incitación a un motín cuando presentó una fianza de $750, pero nunca salió de la cárcel. Inmediatamente después de haber pagado la fianza y estar a punto de irse, el agente de policía J. W. Brown lo arrestó nuevamente por un cargo de perjurio y ahora se encuentra detenido en la cárcel del condado por este cargo. La denuncia fue presentada en el tribunal de justicia E. B. McClintock por el policía F. L. Williams, quien afirmó que Gutiérrez de Lara, al testificar en el estrado de testigos durante su juicio en el tribunal policial el martes por la tarde, juró que no dijo "Vengan conmigo amigos" en su discurso del lunes por la noche. Pero una persona llamada W. W. Rose testificó que si había hecho esta declaración a la multitud.[35]

Para finales de abril, Lázaro todavía permanecía en la cárcel de El Paso, a donde llegaría su esposa procedente de Los Angeles. Hattie era una mujer del tipo agresivo e intelectual. Al igual que su marido era una socialista radical y estaba muy interesada en voto de la mujer. Llegó para ver qué se podía hacer para liberar a su marido, pues estaba detenido bajo la acusación de perjurio y no ha sido sometido a juicio. Ella estaba decidida solicitar la ayuda de los habitantes de El Paso, como se hizo en Los Ángeles hacía unos años cuando Gutiérrez de Lara fue arrestado por decir lo que pensaba. Cuando se formó la "Liga de Defensa de De Lara" constituida por socialistas, sindicalistas, hombres de negocios y profesionales de diversas ideologías. Hattie decía firme y enérgicamente a los medios de comunicación:[36]

"¿Depende la libertad de un hombre de la caridad de unos pocos políticos sucios?". "Mi marido no ha hecho nada que yo sepa para quebrantar ninguna ley. Me han dicho que ha ofendido a los jefes políticos de la ciudad. ¿Qué clase de lugar es El Paso?".

Finalmente de Gutiérrez de Lara fue presentado a comparecer ante el tribunal el día 4 de mayo y su juicio sería iniciado otro día en el tribunal del condado por el cargo de atraer a una multitud e incitar a un motín.[37]

Fue uno el caso de apelación en el tribunal de corporaciones en el que fue condenado por el cargo de atraer a una multitud, pero otro caso es el de motín que se presentó más tarde ese día 5 de mayo. El jurado no logró llegar a un veredicto a las 2:30 y el juez Eylar dejó que continuaran sus deliberaciones y emitieran un veredicto secreto, y dijo que comenzaría a las 5 en punto de ese mismo día.

Por fin, mientras una lluvia de plomo revolucionario caía sobre los tejados de Juárez, cediendo a la presión de Hattie, el juicio se pospuso para julio y Lázaro obtuvo su liberación bajo fianza saliendo de la cárcel el día 8 de mayo a las cinco de la tarde cuando la batalla de Juárez estaba en pleno desarrollo. Inmediatamente que salió de prisión expreso su deseo de cruzar el río para unirse a las fuerzas de Madero. Estaba desesperado e intentó hacerlo temprano al día siguiente, pero el río estaba demasiado crecido, aunque de momento no pudieron hacerlo, por la noche lo logró en compañía de otras personas. Su esposa lo acompañó hasta la orilla del río al amparo de la oscuridad y no lo ha visto desde entonces.[38]

Después de la batalla en la que fue capturada Ciudad Juárez por los insurrectos, su esposa en vano visitó la ciudad capturada y buscó entre sus ruinas el cuerpo de su esposo. Preguntó a los rebeldes en Juárez y a las autoridades en El Paso y 5 días después de la batalla todavía no se tenían noticias de su paradero. En una carta a su hija Eunice Elliot, que estaba en un internado para niñas en Los Ángeles, Hattie le escribe:[39]

"Han sido días emocionantes, a Lázaro lo metieron en la cárcel cuando la batalla de Juárez era inminente. La batalla no empezó hasta el lunes por la mañana y él no salió de la cárcel hasta las cinco de la tarde.

Fui a Juárez para encontrarlo, pero no estaba allí. Lo he buscado en El Paso, pero no está aquí. Me preocupa su seguridad.

"No dejan entrar a nadie a Juárez ahora. Hay miles en la ciudad. Está abarrotada. Hay música por todas partes. Todos son insurrectos. Aunque los revolucionarios tienen el control perfecto y todo está ordenado. Las tiendas están cerradas, pero llenas de soldados. Todas las ventanas están rotas y las paredes están perforadas por balas y cañonazos.

"Todos hablan de la valentía de los hombres. Orozco es el héroe del momento. Las acciones de Madero han caído y ya no se oye “Viva Madero".

Todo parece indicar que se tuvo noticias de Lázaro el día 15 o 16 de mayo, pues su esposa declaró a los medios de comunicación que viajaría a Los Angeles el jueves 18, entre tanto su esposo se encontraba en el campo por la causa revolucionaria.[40]

JUÁREZ Y CHIHUAHUA

Mientras Madero y todos los jefes revolucionarios trataban de ordenar la ciudad y hacían planes para tomar la presidencial provisional, pues Porfirio Díaz había renunciado y abandonado el país, Lázaro el 28 de mayo pronunció un discurso desde la base del monumento a Benito Juárez en Ciudad Juárez en el que denunció las corridas de toros, el juego y el consumo de ginebra. Al final de su discurso, desplegó una petición dirigida al gobernador provisional Abraham González de Chihuahua exigiendo que se suprimieran esas actividades, que fue firmada por unas dos mil personas. Era una lucha local contra el juego de azar librada durante muchos años por la sociedad juarense contra las casas de juego, pero se interponían muchos intereses políticos y comerciales.[41]

Lázaro Gutiérrez de Lara con mujeres y hombres revolucionarios en el Monumento a Benito Juárez, Cd. Juárez, Chih., mayo 1911 (Foto: Tomada de Lomnitz pp98).

También, Lázaro seguía dando discursos donde podía o donde lo contrataban, como la conferencia sobre el socialismo que ofreció la tarde del 5 de junio en el Fraternal Brotherhood Hall de El Paso.[42]

Después de esta conferencia, mientras Madero viajaba a la Ciudad de México, Lázaro viaja a Los Angeles a visitar a su esposa, donde pasa el resto del mes y regresa a principios del mes de julio para responder por el juicio que tenía pendiente desde mayo en la corte de El Paso.[43]

Todo parece indicar que Gutiérrez de Lara no tuvo mayor problema durante el juicio y todo quedó en la multa que ya había pagado como fianza, pues él siguió con normalidad en los suyo, y para el 10 de julio se encontraba en Chihuahua Capital ofreciendo una conferencia sobre La Historia de las Revoluciones en el Teatro de los Héroes de esa ciudad.[44] Durante la conferencia Lázaro dijo que la Iglesia era responsable de todas las revoluciones que han tenido lugar en México, palabras que alteraron a los seguidores de la iglesia. Uno de los oradores, miembro del personal del periódico "El Monitor", fue desarmado al entrar al edificio, y le quitaron su arma y municiones. Los oradores creyentes del catolicismo cuando intentaron presentar pruebas contrarias a las acusaciones lanzadas por Gutiérrez de Lara, se sintieron confundidos y fueron objeto de burlas por parte del público. Lázaro que todavía estaba presente, fue vitoreado y obligado a subir al escenario y sacado del edificio en hombros por algunos de sus partidarios.[45]

Con el triunfo de Madero y la renuncia de Díaz, los obreros se sentían envalentonados y empezaron a reclamar sus derechos, incluso se iniciaron huelgas como la realizada el 16 de julio por los trabajadores de una fábrica de ropa en la capital de Chihuahua, donde cerca de mil oreros exigían aumento de salario y reducción de la jornada laboral recorriendo las principales calles de la capital chihuahuense y visitaron la redacción de al menos dos periódicos. Gutiérrez de Lara aprovechó para dirigirles un discurso e hizo una colecta de dinero, aunque no se menciona cual sería el destino del dinero reunido.[46]

Con todas estas conferencias, discursos a los obreros y colectas de dinero, se decía, aunque era falso, que Lázaro está haciendo una gira por algunas partes del estado de Chihuahua para hacer proselitismo a favor del partido de Madero y que probablemente sería candidato al congreso nacional de México por el Distrito Bravos, que incluye a Juárez, en sus discursos decía que Juárez era su hogar.[47] Sin embargo, la realidad era que se había anotado en una larga lista de aspirantes a candidatos a la Gubernatura de Chihuahua en las elecciones extraordinarias que se llevaron a cabo el 20 de agosto donde solo obtuvo 8 votos, saliendo electo Abraham González con 48,474 votos.[48] Decía en sus discursos que las boletas electorales o las balas decidirían las condiciones políticas en México; así mismo, expresaba que los porfiristas desplazados estaban haciendo todos los esfuerzos posibles para provocar la intervención estadounidense y tomar de nuevo el poder.

Gutiérrez de Lara más bien estaba enfocado muy activamente en la formación o revivir, como quiera verse, del Partido Liberal Mexicano o Partido Liberal de México como se conocería después. Con este objetivo regresó a Juárez la tercera semana de julio y, mantuvo conferencias secretas con los líderes socialistas para organizar los distritos del norte para la nueva causa. Los fondos estaban siendo proporcionados por sus amigos socialistas de Los Ángeles.[49]

Mientras tanto los magonista de la región fronteriza de Chihuahua, principalmente de Juárez y El Paso, se estaban reorganizando con Prisciliano Silva al frente, realizando continuas reuniones en al norte del Río Bravo, mientras mantenían su campamento en Guadalupe, donde se mantenían alerta a las persecuciones de los maderistas En El Paso ya les había confiscado armas en uno de cuarteles locales de la junta magonista y se les estaba vigilando de cerca para detectar violaciones de las leyes de neutralidad El propósito de los anarquistas era obtener seguidores de la misma forma que la causa revolucionaria de Madero ganó sus adeptos. La condición de inquietud que existía en México, particularmente en el norte donde Madero había perdido credibilidad muy rápido, estaba siendo utilizada por los magonistas para reunir gente para su causa atacando y ridiculizando la revolución maderista, pero pronto, en parte, serían neutralizados al ser atrapado su líder Silva.[50]

TORREÓN

Para principios de agosto Lázaro todavía se encontraba en Chihuahua, donde ofrece un discurso en la plaza principal el día 4.[51] Para finales del mes se encontraba en Torreón donde el día 27 fue arrestado por hablar del socialismo, criticar a las autoridades locales y haber insultado a los líderes nacionales de España, Alemania y Estados Unidos en un discurso. [52] Las crónicas dicen que habló muy duramente contra del rey Alfonso, el emperador Guillermo y el presidente Taft. Las acusaciones contra estos gobernantes las dijo en un discurso que pronunció en la carpa de Cine Pathé, Denunció al presidente Taft como un hombre que no hacía nada más que comer y dormir, que toleraba el tráfico de esclavos, que convertía a los negros en esclavos y no pensaba en nada más que en sus beneficios económicos personales, y lo caracterizó por tener las dimensiones de un cerdo. Al rey Alfonso le dijo que era un mono tísico no apto para gobernar una nación, de igual forma llenó de adjetivos calificativos denigrantes al rey de España. Debido a que había despertado un gran interés entre su numerosa audiencia, donde comenzó afirmando que sabía que la policía de Torreón lo buscaba y que buscaría su arresto e hizo un llamamiento al pueblo o a la clase baja de la gente para que lo protegiera incluso hasta el punto de golpear a los oficiales hasta la muerte si fuera necesario. Debido a esto, se consideró prudente no arrestarlo durante la reunión y más tarde ese mismo día, disfrazado y de incógnito, huye de la ciudad sin pagar la pensión donde se hospedaba. Sin embargo, la policía lo seguía a pesar de su disfraz y armados con órdenes de arresto emitidas por el jefe de policía Catarino Salinas Pérez, dos hombres del servicio secreto, Alberto Rodríguez y J. Cardona, lo siguieron hasta San Pedro, donde fue puesto bajo arresto y fue llevado a Torreón por el jefe de policía de San Pedro y una escolta, fue encerrado y mantenido inicialmente incomunicado. Después de su arresto el agente consular norteamericano Carothers, el vicecónsul alemán Hahn y el vicecónsul español Sainz hicieron una protesta conjunta ante el presidente de Torreón, Manuel J. Oviedo, contra las declaraciones Gutiérrez de Lara, pero les dijeron que ya estaba bajo arresto.[53]

Días después se levantaron algunas voces solicitando que Lázaro fuera tratado como preso político y se tuvieran algunas consideraciones, como el evitar que, después de estar aislado en calabozo de castigo, estuviera revuelto con los presos del fuero común; además de otras consideraciones como no maltratarlo ni hacer vejaciones a su persona, también exigían información sobre su situación dentro de la prisión, por supuesto, además de su liberación pues se argumentaba que estaba en pleno uso de su derecho de expresión, que se suponía ahora si había esa libertad de expresar sus puntos de vista.[54]

Como en un principio se creyó que Emilio Madero, hermano de Francisco, por ser jefe de las Fuerzas Rurales en Coahuila y Durango con sede en Torreón estaba involucrado en el encarcelamiento de Lázaro, había recibido algunos señalamientos, entre ellos el del periódico Diario del Hogar a quien el 8 de septiembre le contesto:[55]

“Torreón, Septiembre 8 de 1911.

Señor Director del Diario del Hogar,

México.

Estimado señor mío:

En el número correspondiente al 6 del actual de su estimable diario, y al darse la noticia del arresto del Lic, Lázaro Gutiérrez de Lara, se me dedica un párrafo diciendo que yo, como jefe de la fuerzas rurales de esta División, tengo acusado al señor de Lara por insultos al ejército.

Es cierto que presenté acusación en contra del Sr. Gutiérrez de Lara, pero convencido de su inculpabilidad, la retiré en el acto, procurando después ayudarle en lo que me ha sido posible.

Anticipo a Ud. las gracias por la publicación de la presente y me subscribo su afmo. amigo.

Atto. S.S.

Emilio Madero

Jefe de las Fuerzas Rurales de Coahuila y Durango”

También le llegó una petición de Antonio I. Villarreal para tener información de primera mano, a quien telegráficamente le contestó un día después de la manera siguiente:[56]

“Torreón, Septiembre 9 de 1911.

Sr. Antonio I. Villarreal.

Refiriéndome a su carta fecha 6, manifestándole que Lic. Gutiérrez de Lara no se encuentra preso por orden mía, sino de autoridades civiles. Estoy gestionando su libertad, la que espero tendrá en breve. Los fondos que por mi conducto se sirvió Ud. enviarle, le han sido entregados.

Emilio Madero”

Finalmente Lázaro fue puesto en libertad el 17 de septiembre y pasó su primera noche en el hotel Salvador, para entonces ya se tenía claro que la orden de arresto fue emitida por autoridades locales por las críticas que había hecho del presidente y otras autoridades.[57]

Para principio de octubre Lázaro todavía permanecía en Torreón a donde lo había ido a visitar su esposa Hattie.[58]

REFERENCIAS

[1] El Tiempo, Enero 18, 1911; El Paso Herald, January 19, 1911; El Paso Herald, January 20, 1911.

[2] La Iberia, Enero 29, 1910.

[3] Lomnitz, Claudio pp192-193

[4] Regeneración, Febrero 25, 1910.

[5] Regeneración, Febrero 25, 1910.

[6] Lomnitz, Claudio pp275.

[7] Serrano, T. F. pp260.

[8] P. Siller V. y M. A. Berumen,pp73-74.

[9] El Paso Herald, February 15, 1911.

[10] Regeneración, Marzo 04, 1911.

[11] Serrano, T. F. pp263.

[12] Estrada, Roque, pp395-396; Serrano, T. F. pp263.

[13] Regeneración, Marzo 04, 1911.

[14] Estrada, Roque pp398-401.

[15] Regeneración, Marzo 04, 1911.

[16] Serrano, T. F. pp263-264.

[17] Un número muy exagerado porque cuando salieron de Guadalupe las crónicas indican que eran cerca de 300 hombres.

[18] Regeneración, Febrero 25, 1911.

[19] Cockcroft, James D. pp182.

[20] Serrano, T. F. pp264-265.

[21] Serrano, T. F. pp266.

[22] Regeneración, Marzo 18, 1911.

[23] Serrano, T. F. pp266.

[24] El Paso Herald, March 29, 1911.

[25] El Paso Herald, May 23, 1911.

[26] El Paso Herald, March 29, 1911.

[27] El Paso Herald, March 29, 1911.

[28] El Paso Herald, April 04, 1911.

[29] El Paso Herald, April 04, 1911.

[30] El Heraldo Mexicano, Abril 11, 1911; El Tiempo, Abril 11, 1911; Los Angeles Herald, April 11, 1911; San Diego Union and Daily Bee, April 11, 1911.

[31] El Paso Herald, April 10, 1911.

[32] El Paso Herald, April 11, 1911.

[33] El Paso Herald, April 11, 1911.

[34] El Paso Herald, April 12, 1911.

[35] El Paso Herald, April 14, 1911.

[36] El Paso Herald, May 01, 1911.

[37] El Paso Herald, May 05, 1911.

[38] Los Angeles Herald, May 16, 1911.

[39] Los Angeles Herald, May 16, 1911.

[40] El Paso Herald, May 17, 1911.

[41] El Paso Herald, May 29, 1911; El Paso Herald, May 30, 1911.

[42] El Paso Herald, June 05, 1911.

[43] El Paso Herald, July 04, 1911.

[44] La Opinión, Julio 11, 1911.

[45] El Paso Herald, July 15, 1911.

[46] La Opinión, Julio 17, 1911.

[47] El Paso Herald, July 19, 1911.

[48] Periódico Oficial del Estado de Chihuahua, Septiembre 21, 1911.

[49] El Paso Herald, July 22, 1911.

[50] El Paso Herald, July 22, 1911.

[51] La Opinión, Agosto 4, 1911.

[52] Lomnitz, Claudio pp372.

[53] El Paso Herald, August 28, 1911; El Correo Español, Agosto 29, 1911; El Diario, Agosto 29, 1911; Los Angeles Herald, August 29,1911; San Antonio Light, August 29, 1911.

[54] El Diario del Hogar, Septiembre 03, 04 y 06, 1911.

[55] El Diario del Hogar, Septiembre 14, 1911.

[56] El Diario del Hogar, Septiembre 10, 1911.

[57] El Paso Herald, September 18, 1911.

[58] El Paso Herald, October 03 y 04, 1911.

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