CANANEA EN LA HISTORIA (HASTA LA
COLONIZACION).
Y
en tanto que media ciudad duerme, la otra sigue laborando en el fondo de las
minas y entre el fuego […] y así pasan las horas y nunca el alba sorprende a la
ciudad durmiendo toda [...] Y cuando las sombras de la noche han sido
arrolladas por los rayos del sol –que desciende por las montañas a los campos y
a la ciudad–, los trabajadores de la noche salen de las bocas de las minas y de
los talleres y van a recuperar las fuerzas perdidas al dichoso y honrado hogar,
en tanto que sus compañeros, los que descansaron con el día, siguen funcionando
en esta interesante y gigantesca empresa minera.
García (1905-1907)
Introducción
El terreno de Sonora y Arizona ha sido a lo largo de
decenas de miles de años, testigo del desarrollo de culturas que se han
distinguido por su persistencia, por su notable habilidad para adaptarse a un
medio ambiente agreste, hostil y demandante. Alejada por mucho tiempo de los
reflectores que reciben las culturas mesoamericanas, las de Sonora han sido, de
unas décadas hasta nuestros días, objeto de diversas investigaciones, que
paulatinamente han traído a la luz su complejidad y su importancia para
comprender el desarrollo histórico del Norte de México y el Suroeste de Estados
Unidos, sus múltiples formas de supervivencia, su variabilidad cultural e incluso
sus relaciones con los pueblos situados al sur. Las culturas de la región han
dejado evidencia de su movilidad y evolución en el transcurso del tiempo, al
menos en los últimos 12,000 años, aunque hay algunas evidencias que pueden ser
mucho más antiguas.
Tradición Paleoindia (10,000 a 6,000
a.C.)
De acuerdo a los estudios
arqueológicos, los primeros seres humanos en la cuenca del Río San Pedro y del
Río Sonora fueron cazadores de grandes mamíferos (mamut, bisonte, caballos) que
dejaron evidencia de su estancia en la región con antigüedad del orden de los 10
a 12 mil años al norte de Cananea, en yacimientos arqueológicos donde se han
encontrado huesos de mamut mezclados con artefactos de caza, principalmente
grandes puntas de flecha conocidas como puntas Clovis. Estos habitantes corresponden a lo que se conoce como Tradición Paleoindia
que probablemente inicia hace unos 40 mil años y termina hace unos 8 mil años.
Depósitos similares se han encontrado en el sitio Fin del
Mundo en el municipio de Pitiquito, en pleno Desierto de Sonora, donde se han
encontrado puntas Clovis, restos de mamuts y otras evidencias que pueden
alcanzar mayor antigüedad, lo que demuestra que los primeros pobladores
conocidos del norte de Sonora, llegaron a la zona por lo menos hace 12.000 años
cerca del final del período Pleistoceno (la Edad de Hielo), cuando el clima era
más frío y húmedo que el actual, y la región fue poblada por grandes mamíferos como
los mamuts.
El mamut o mastodonte americano es la especie más
reciente y conocida del género proboscídeos de la familia Mammutidae. Se piensa
que desaparecieron de América del Norte como parte de una extinción en masa de
la mayoría de la megafauna del Pleistoceno, como consecuencia de un rápido
cambio climático, aunado a la sofisticación de las armas de piedra usadas por
los cazadores Clovis, que podría haber causado una gradual reducción de la
población de los grandes mamíferos, incluido el caballo y el búfalo.
No se ha encontrado evidencia esquelética de este antiguo
pueblo Clovis, y la información acerca de su vida doméstica y social es mínima.
Como cazadores nómadas sus pertenencias habrían sido pocas y fáciles de
transportar de un campo a otro. Probablemente, se movían en pequeños grupos de
veinticinco a treinta personas en un territorio que podría extenderse a varios
miles de kilómetros cuadrados.
Tradición Arcaica (6,000
a 2,000 a.C.)
La cultura del Desierto, estuvo influida por componentes
de las culturas Clovis y Folsom, aunque en contraste a ellas su medio de vida
no era la caza mayor; se basaron en la recolección de alimentos, para
posteriormente evolucionar a una agricultura incipiente. Dentro de esta
tradición una de sus culturas más importantes fue la Cochise, y es a la que
pertenece la zona de Cananea. En esta cultura se distinguen tres fases:
Sulphur Springs (6000-4000 a. C.).-
Caracterizada por el hallazgo de piedras talladas para moler semillas y algunas
azadas (Instrumento de labranza).
Chiricahua (4000-500 a. C.).- Se
documenta la invención del arco, hacia el año 1000 a. C., lo cual indica un
mayor interés por la caza y una primitiva forma de maíz que indica el inicio de
la agricultura. Los instrumentos incluyen una variedad de puntas de flecha y
muchos artefactos para moler semillas.
San Pedro (1500 a. C.-100 d. C.).- Las
piedras trabajadas se substituyen por morteros, y aparecen casas-pozo, hechas
con palos y tierra. Se hallan las primeras cerámicas. Está caracterizada por
puntas del proyectil grandes. Para estas fechas, la población Arcaica parece
haber crecido con grupos que explotan una variedad más amplia de zonas
ambientales y a veces viven en sitios más grande y quizás más permanentes,. Algunos
sitios de San Pedro contienen casas-pozo que se excavaron aproximadamente 0.5 m
bajo el nivel del suelo, y sin duda, algunas comunidades de San Pedro
cultivaban el maíz y otros cultivos.
En el transcurso de los siglos, las prácticas culturales
y las condiciones del medio ambiente propiciaron en algunas zonas el desarrollo
de la agricultura como fuente principal de subsistencia y con ello, se
definieron alrededor de 2,000 a.C., dos grandes áreas o superáreas culturales:
Aridoamérica y Mesoamérica, donde la cultura Cochise evoluciona hacia las
culturas Mogollón y Hohokam.
Cultura Mogollón (150
a.C. a 1350 d.C.)
Desde hace más de 4,000 años, la mayor parte del
territorio se encontraba habitada por grupos totalmente sedentarios, dentro de
la superárea denominada Oasisamerica, donde se dedicaban a la agricultura, a la
caza y recolección de frutos para complementar su dieta. Debido a que la zona
se encuentra en una región semidesértica, la agricultura se desarrollaba en las
márgenes de los ríos San Pedro y Sonora, o donde había manantiales, ya que no
existían condiciones para la agricultura de temporal.
Oasisamérica es el nombre de una
superárea cultural de la América del Norte pre-colombina. Se extiende desde el
territorio de Utah, en los Estados Unidos hasta el sur de Chihuahua, en México,
y desde la costa sonorense del golfo de California hasta el valle del río
Bravo. Debe su nombre a su posición como área intermedia entre las altas
culturas mesoamericanas y las culturas de los nómadas del desierto Aridoamericano.
En el territorio abarcado por Oasisamérica se desarrollaron tres grandes
culturas: la Anasazi, la Hohokam y la Mogollón, que convivieron con otras
culturas vecinas, con las que compartían rasgos culturales: Freemont, Pataya y
Trincheras. Incluso algunos autores incluyen Trincheras dentro de la Cultura
Mogollón.
La zona de Cananea pertenece a la cultura Mogollón que se
localiza en las estribaciones de la Sierra Madre Occidental, desde donde se
extiende hacia el norte sobre una parte del territorio de los actuales estados
de Arizona, Nuevo México y Texas, en los Estados Unidos. Algunos autores
prefieren distinguir en esta área dos grandes tradiciones culturales: la
Mogollón, propiamente dicha, y la cultura Paquimé, que habría sido una derivación
de la primera. De cualquier modo, los pueblos que habitaron el área en cuestión
se adaptaron muy bien a un entorno geográfico marcado por la presencia de bosques
de pinos y escarpadas montañas y barrancos que flanquean grandes planicies
desérticas y semidesérticas. Algunos arqueólogos sostienen que la Cultura Mogollón
comienza en el 1.000 a. C. sobre la base cultural de la Tradición del Desierto
dada por la Cultura Cochise.
Lo cierto es que la transición de una sociedad arcaica a
otra de agricultores sedentarios con cerámica introducida desde el sur, se
completó alrededor del 300 d. C. Su principal fuente alimenticia provino de la
domesticación y cultivo de especies como: yuca, cactus, maíz, girasol, hierbas
y nueces. En un primer momento, sus asentamientos se caracterizaron por un gran
número de casas-pozo de dimensiones pequeñas.
A partir del 1.000 d. C. comenzaron a construirlas sobre
el nivel del suelo y por influencia Anasazi, aparecieron los complejos
ceremoniales y, en algunos casos, residencias de varones conocidas como
"kivas", sobrevivientes de las casas-pozo. Florecen varios asentamientos
en el valle del río Mimbres y alcanza su esplendor la Cultura de Casas Grandes
(Paquimé) entre el año 1,060 y el 1,350 d. C. Crearon todo tipo de ornamentos,
brazaletes de concha, pendientes de madera, cuentas tubulares de hueso y
herramientas: metales, morteros, trampas, arcos y flechas. También fabricaron
elementos textiles, cestos, elementos de madera y cerámica como espátulas,
tablillas, flautas y pipas.
Hacia el 1,100 d. C. comienza su decadencia, colapsando
definitivamente para el 1,350 d. C. Quizá la más sobresaliente de las
tradiciones cerámicas Mogollón es la que se desarrolló en el valle del río
Mimbres, en Nuevo México. La producción alfarera en ésta región tuvo su mayor
desarrollo entre los siglos VIII y XII de nuestra era. Se caracteriza por el
color blanco de sus piezas, decoradas con representaciones figurativas sobre la
vida cotidiana del pueblo que las creó. Es pues, un caso excepcional en el
contexto de una superárea cultural donde predominaban los diseños geométricos
sobre los figurativos.
La zona de Cananea se localiza cerca del
límite norponiente de la región ocupada por la cultura Mogollón, prácticamente
en el parteaguas de tres corrientes como son los ríos Sonora, San Pedro y
Magdalena, muy cerca del límite con la Cultura Hohocam, quizás por eso también recibía
influencia de esta cultura, de donde evolucionaron los Pimas. Todavía hay
controversia si evolucionaron de los Hookam o Mogollón, ya que en estudios arqueológicos
recientes se han encontrado evidencias de cerámica Mimbres al norte de Cananea,
en la cuenca del Río San Pedro.
Evolución cultural de
Oasisamérica y culturas vecinas
CULTURA
|
EVOLUCION
|
Anasazi
|
Pueblo (Tanoanos y Keresanos)
|
Hohokam
|
Pimas
|
Mogollón
|
Zuni
|
Trincheras
|
Pápagos
|
Pataya
|
Yumanos
|
Pimería Alta
El término Pimería Alta nace cuando los
misioneros, con fines jurisdiccionales, dividieron el territorio Pima en dos
regiones: la llamada Pimería Alta que se extendía de sur a norte desde la misión
de Nuestra Señora de los Dolores hasta la confluencia de los ríos Gila y Colorado,
comprendiendo los actuales municipios de Cananea, Caborca, Nogales, Imuris, Altar,
Magdalena, Bacanuchi y Bacoachi en Sonora y una gran parte del sur del estado
de Arizona. La Pimería Baja, incluía desde el río Yaqui hasta la propia misión
de Nuestra Señora de los Dolores,
abarcando los hoy en día municipios de Hermosillo, Ures, Yécora y Guaymas. Ambas pimerías formaban la provincia
de Sonora dependiente, hasta 1734, de la Nueva Vizcaya. Hablando de la Pimería
Alta, el vocablo Pima designa al grupo étnico y lingüístico que habita en la
cuencas de los ríos San Miguel y Sonora se extiende al Desierto de Sonora en
México (Pápagos) y hasta Arizona (Tohono Oótam), a la cuenca de los ríos San
Pedro (Sobaipures o Sobaipuris) y Sonora (Pimas), colindando al sur con los
Pimas Bajos y al este y sureste con los Ópatas, y al suroeste con los Seris.
La frase pi'ma significa "no hay”, "no
existe", "no tengo", o probablemente "no entiendo", vocablo
con el que los indígenas respondían a los españoles cuando les preguntaban
algo. Fueron éstos quienes los llamaron con la forma castellanizada de ese
término que implica negación.
A finales del Siglo
XVII, en las fronteras septentrionales de la Nueva España, en las poco conocidas
tierras de la Pimería Alta, los grupos Oótam que vivían en sus rancherías en los
valles y afluentes de los ríos Santa Cruz, San Pedro y Altar, tenían muy poco
que ver con los grupos intrusos que los estaban rodeando.
Durante los siglos XV a XVII, los Pimas al parecer vivían
una especie de estancamiento, después de haber aprendido a manejar la agricultura
de riego mediante la construcción de canales, aunque los que vivían en rancherías
alejadas de las corrientes principales, que eran pocos, seguían dependiendo de
la caza y la recolección de frutos y semillas. Hasta antes de la llegada de los
españoles, su mayor preocupación era los ataques de los apaches, sobre todo, en
épocas de sequía cuando escaseaba el alimento y las rancherías agrícolas era el
blanco de los grupos belicosos ubicados al norte y noreste de la Pimería Alta.
Plano
de la Pimería Alta y sus vecinos.
La Colonización
Ya más tardíamente, en el siglo XVI, los primeros españoles
que pasaron por lo que ahora es el territorio del municipio de Cananea, fueron
Fray Marcos de Niza en 1539 y meses después Francisco Vázquez de Coronado en
1540, en su travesía hacia el norte de Nuevo México en busca de las siete
ciudades de Cíbola. En esta travesía Vázquez de Coronado pierde una manada de
caballos que serían el origen de los caballos salvajes que después merodeaban
las praderas de la región y serían principalmente aprovechados por los apaches tiempo
después. El caballo había evolucionado en Norteamérica y emigró a Asia a través
del Estrecho de Bering, pero hace unos 10 o 12 mil años se extinguió en Norteamérica,
quizás después de la última glaciación, cuando los rebaños de todos los grandes
mamíferos quedaron diezmados por escases de alimento, y después siguió su
cacería por todos los grupos sobrevivientes hasta su extinción. De esta manera,
literalmente hablando, el caballo se fue por el norte y regreso a la región por
el sur, después de 10 o 12 mil años, atravesando Asia, Europa, el Océano
Atlántico y México.
Por casi un siglo en la zona no se supo de más
incursiones de españoles, y es hasta el siglo XVII cuando como resultado de las
capitulaciones celebradas en marzo de 1637 entre el general Pedro de Perea y el
virrey de Nueva España, para colonizar los terrenos comprendidos al norte del
río Yaqui, con absoluta independencia del alcalde mayor de Sinaloa. Perea dio a
la región el nombre de Nueva Andalucía, en honor de la provincia española de
donde era originario; pero acabó por imponerse el nombre regional de Sonora que
correspondía a una de las tribus que habitaban la comarca. Cuando llegaron los
primeros españoles por la zona e inicia la evangelización y colonización de la
cuenca del Río de Sonora, Cananea era una aldea o ranchería habitada por Pimas
que dieron obediencia a las autoridades españolas a través de Pedro de Perea.
Cananea era una aldea sin importancia para los
evangelistas, esto se infiere por qué no se construyó ninguna misión. Las
menciones más antiguas que se han encontrado de Cananea con este nombre, datan
de cuando José Romo de Vivar, en Bacanuchi fue varias veces teniente de alcalde
mayor y a partir de 1680 tuvo bajo su jurisdicción las rancherías de Cananea,
Cocóspera, Huachuca y otras de la Pimería Alta. Probablemente fue entre 1660 y
1680 cuando Cananea es bautizada con este nombre.
Cuando el Padre Eusebio Francisco Kino llega a la zona en
1687 e inicia la evangelización de la Pimería Alta, Cananea apenas es nombrada,
por lo que es probable que haya sido un sitio que era habitado por temporadas,
como sucedía con otras aldeas Pimas de la cuenca media y baja del Río San Pedro.
Cananea, probablemente por primera vez, aparece en un plano de la región
elaborado por Adam Gilg en 1692, después aparecería también en planos
elaborados por Kino en 1695-1696 y 1707, aunque es probable que puedan existir
otros planos anteriores donde se le ubique.
Desde la llegada de los españoles a la región, empezaron
los problemas entre los Pimas y estos, por el trato despótico al que fueron
sometidos, además del despojo que se hacía de los terrenos de cultivo y el
sometimiento a trabajar en las minas, casi como esclavos, además que no estaban,
en su totalidad, de acuerdo con la evangelización y la destrucción de sus creencias
y cosmogonía del universo.
La primera guerra de rebelión en contra de los españoles
en la región fue en 1649, cuando el alcalde mayor, capitán Simón Lazo de Vega, tomó
las primeras medidas de represión a
solicitad del padre rector Ignacio Molarja (Molarza), ya que los misioneros Gerónimo
de Canal y Pedro Pantoja habían penetrado hasta la región de Cuchubacoachi (Bacoachi)
y fueron mal recibidos por los Pimas, con motivo de estas quejas Lazo de Vega somete
a los Pimas de Bacoachi y Cucuribascai. El segundo movimiento importante de
rebelión de los Pimas Altos, empezó su planeación desde 1685, pero fue descubierta
en 1686, donde se involucraba a las rancherías de Cananea, Guachuca, Cocóspera,
Mototicachi y Topelella, encabezado por el cacique o gobernador Pima al que por
sobrenombre llamaban Canito, quien pretendía vengar la muerte de un hermano,
muerto a manos de los españoles. Canito contaba con la alianza de otras tribus,
como los Janos, Jacomes y Sumas, indígenas de lo que ahora es el norte de
Chihuahua y sur de Nuevo México.
La historia escrita de esta zona se remonta a finales
siglo XVII cuando el territorio era ocupado por indios Pimas y era una simple
ranchería donde aún no se habían asentado los españoles, pero se dan las
primeras rebeliones en contra del yugo español. El Padre Eusebio Kino
recorrería esta Zona de la Alta Pimería y describiría a Cananea como un simple
y tranquilo asentamiento Pima merodeado por apaches, describiendo a los indígenas
como personas de buena estatura, complexión robusta, morenos y que algunos andaban
con mantas de algodón pintadas de rojo y amarillo.
De acuerdo a las crónicas del Padre Kino y otros
evangelistas, la zona de Cananea era una zona fronteriza entre Pimas y Ópatas,
estos últimos ocupaban una extensa zona hacia el suroriente de Bacoachi y hacia
al oriente. Posteriormente, fue una zona donde convergían Pimas, Ópatas y Apaches,
una vez que estos últimos, fueron desplazados hacia el suroeste al ver
restringidos sus terrenos de caza, por la persecución y ocupación, primero por
los españoles durante la conquista de las provincias norteñas de la Nueva
España, y después por el ejército estadounidense durante la invasión y
posterior conquista del oeste, de lo que ahora es Estados Unidos.
En 1690 el gobernador de la Nueva Vizcaya Juan Isidro
Pardiñas Villar, recibe una carta de los comerciantes y mineros de Nacozari, donde
solicitan el establecimiento de un presidio en el Valle de La Cananea, pero
Diego de Quirós, alcalde mayor de Sinaloa, opinó que la compañía volante de
Sonora no se debía establecer en Cananea, sino en Cabullona, ese mismo año se
establecería el Presidio de Fronteras (Santa
Rosa de Corodéhuachi) unos 30 km al sur de Cabullona, por lo que Cananea
seguiría desprotegida de las incursiones de los apaches.
De esta manera en la región transcurren unos 70 años en
el que florecían la minería y ganadería en otras zonas, menos en Cananea, y es hasta
que se descubren las minas en 1760 según una versión, en 1762 según otra, que
Cananea adquiere interés para los españoles. La versión de que las minas fueron
descubiertas en 1762, dice que fueron encontradas por un soldado español, quien
había sido informado de su existencia, por un indio Pima a quien protegía y era
su padrino. A partir de entonces, Cananea empieza a tener importancia, pero poco
después los trabajos estaban en decadencia por la falta de seguridad y de la
tecnología adecuada para su beneficio. Con fecha 15 de febrero de 1763 se busca
establecer un Real de Minas por el Gob. José Tienda, sin embargo las etnias del
lugar lo impidieron, sobre todo los continuos ataques de los apaches. En 1780
en su viaje de San Fe, Nuevo México a Arizpe, Sonora, Juan Bautista de Anza
hace un descanso en el mineral de Cananea, antes de tomar rumbo a Arizpe vía
Bacanuchi.