sábado, 14 de abril de 2018

LA PRIMERA CRISIS DE SALUD EN CANANEA: 1902.
Gustavo A. Moreno Martínez moremar@prodigy.net.mx


INTRODUCCION

Cinco años después de la muerte del General Ignacio Pesqueira Cananea estaba casi desierto, de acuerdo a estadísticas en 1891 contaba con solo 100 habitantes. En septiembre de 1899 William C. Greene crea la Cananea Consolidated Copper Company (4C) y esta gran empresa genera una gran demanda de mano de obra de todo tipo de disciplinas y niveles, por lo que Cananea se convierte en un foco de atracción laboral muy importante a nivel nacional e internacional. Para principios de 1900 la población era de 891 habitantes y para 1902, según crónicas periodísticas, la población era de entre 10 mil y 12 mil habitantes, es decir, tuvo una explosión demográfica de entre el 1,000% y 1,300% en solo dos años, de estos habitantes, entre 4 mil y 5 mil trabajaban en la 4C de acuerdo a diferentes fuentes.
Para principios de 1901, Cananea ya contaba con dos barrios bien identificados: Cananea Vieja y El Ronquillo. El primero funcionaba principalmente como dormitorio de los habitantes más antiguos y desfavorecidos, mientras que el segundo funcionaba como incipiente zona comercial, de servicios y dormitorio de empleados americanos, pero pronto empezaría a ser invadido y habitado por empleados mexicanos de bajos recursos económicos.
En El Ronquillo, al menos desde 1896 ya existía La Comisaría y el Hotel Club de los americanos, para principios de 1901 la Cananea Stores (Tienda de Raya) abre al público y sería el inicio del desarrollo de El Ronquillo como una zona comercial de otro nivel, que Greene quería libre de gente pobre e invasores.
Este espectacular crecimiento económico y urbano de Cananea atrajo a todo tipo de inversionistas y personas que buscaban hacer fortuna, otros simplemente buscaban empleo para sobrevivir a las difíciles condiciones de vida a las que los tenía sometido el porfirismo en sus lugares de origen. De la misma manera, fue un gran imán para personas, que a pesar de lo lejano, veían en Cananea un sitio para hacer negocios o desarrollar sus habilidades, como sucedió con migrantes americanos, franceses, alemanes, italianos, checoslovacos, libaneses, chinos, japoneses; prestadores de servicios de todo tipo, desde lavanderos, cocineros, comerciantes, mecánicos; y por supuesto, servicios de todo género de ingenierías, legales y contables.
Con el pueblo comiendo de su mano, el siguiente gran problema de Greene fue ocuparse de las personas que venían a trabajar para la 4C. Después de la publicidad inicial en los periódicos de Arizona y Sonora buscando trabajadores, comenzó la afluencia y la gente comenzó a llegar. Solo muy pocos de los recién llegados pudieron ser alojados adecuadamente en los dos barrios locales, pero la gran mayoría para ser alojados se tuvo que improvisar rápidamente y el resultado fue una ciudad de carpas y chozas. Las tiendas fueron proporcionadas por la 4C, pensiones para mineros, cabañas para los hombres a cargo, una tienda de la empresa, luego un banco,
Para agosto de 1901 el crecimiento de la población estaba desbordando a la infraestructura, ya que el 22 de agosto llegan a Cananea 200 operarios, la mayoría con familia, contratados en Hermosillo y Guaymas para trabajar en la construcción de la vía angosta del ferrocarril que comunicaría todas las minas con la concentradora y la fundición. Pero Cananea no estaba lista para recibir a 500 o 600 personas de un golpe y la 4C tuvo que proporcionar tiendas de lona a las familias para que se resguardaran, mismas que fueron instaladas en su mayoría en El Ronquillo, mientras que los solteros se hospedaban en precarias casas de asistencia. Mientras tanto, la compañía estaba buscando la contratación de al menos 20 albañiles para la construcción de casas y la reedificación de las más antiguas, motivos todos estos, por lo que en Cananea había un gran entusiasmo por el desbordado crecimiento que estaba teniendo y la oportunidad para muchos de obtener empleo, mientras que para los inversionistas y prestadores de servicios era la oportunidad de ganar mucho dinero.
El Ronquillo a principios del Siglo XX. Foto tomada hacia el noroeste, al fondo la sierra de La Mariquita 1900-1901. En primer plano se observa lo que después serían Las Tres Marías (Foto: D.P.).
Cananea, como todas las ciudades antiguas y modernas que sufren este tipo de explosión demográfica tan acelerada, no están preparadas para recibir masas migrantes tan grandes como las que llegaban a la ciudad en busca de trabajo y, por supuesto, iniciaron los problemas de todo tipo: hacinamiento, delincuencia, insalubridad y con esto las enfermedades encontraron un caldo de cultivo que pronto empezarían a pasar factura a la población, a la empresa y a las recién nombradas autoridades municipales encabezadas por Francisco Larrañaga como presidente municipal y el Dr. Filiberto Vázquez Barroso como funcionario de salud, este último, sería el siguiente presidente municipal, a quien le tocaría enfrentar de lleno la crisis de planeación urbana y de salud pública en 1902. Las siguientes fotografías ilustran la situación de emergencia del hospedaje y la vivienda en la zona de El Ronquillo hacia 1901-1902.
Hospedaje, camas para seis, sin alimentos (Foto: DR®UACJ).
Invasores en El Ronquillo de Cananea (Foto: G. Moreno).

LA CRISIS DE SALUD

Desde principios de 1901 todo el país enfrentaba una crisis sanitaria debido a la pobreza en que estaban sumidos la mayor parte de los mexicanos y que debido a la movilidad de la población buscando donde satisfacer sus mínimas necesidades alimenticias, las enfermedades estaban causando numerosas muertes a lo largo y ancho del país. Tal era el caso que para finales de abril de ese año, las autoridades de salubridad federales publicaban la información siguiente:

“Importante aviso al público.”
“Por acuerdo del Consejo Superior de Salubridad, se recuerda a las personas que ejercen la medicina en la capital, a los directores de colegios, a los de fábricas e industrias y a los dueños o encargados de los hoteles, mesones, casas de huéspedes, etc., la obligación que a cada uno de ellos les imponen los artículos 206 y 208 del Código Sanitario sancionados por el 295; artículos que a la letra dicen:”

“Artículo 206.- Las personas que ejerzan la medicina están obligados a dar parte inmediatamente al Consejo Superior de Salubridad, de cualquier caso que observen de cólera asiático confirmado o sospechoso, de tifo, fiebre tifoidea, viruela, escarlatina o de alguna afección diftérica.”

“Artículo 208.- Los directores de colegios, a los de fábricas e industrias y a los dueños o encargados de los hoteles, mesones o cualquier otro establecimiento donde haya aglomeraciones de individuos, estarán obligados igualmente a dar parte al Consejo de cualquier caso de esas enfermedades que se presenten en dichos establecimientos.”

Para agosto de ese mismo año lo que sucedía en la Cd. de México era el reflejo de lo que acontecía en el resto del país en cuestión de salud, según lo publicado en la prensa de la época, como lo muestra la información siguiente:

“Durante el mes de agosto último, el número de casos de tifo de que tuvo conocimiento el Consejo Superior de Salubridad, ascendió a 349, cifra que comparada con la que arroja la estadística del mes de julio, acusa un aumento de ocho casos observados……Las defunciones causadas por el tifo fueron 95.”

Todo parece indicar que la movilidad transfronteriza de los migrantes de sur a norte y viceversa, hacía que la propagación de las enfermedades afectara a México y cuando menos algunos estados del sur de Estados Unidos, como lo demuestra la siguiente publicación a finales de febrero de 1902 en un periódico americano:

E. T. Wilson, cuñado de J. W. Blakenship, murió en el hotel Cananea el sábado por la tarde a eso de las 2 p.m. de neumonía tifoidea. El Sr. Wilson estuvo enfermo diez días y se hizo todo lo posible para ayudarlo. El Sr. Wilson llegó a Cananea desde el norte del estado de Arizona en busca de salud, pero en lugar de mejorar, empeoró y la muerte alivió sus sufrimientos el sábado por la noche. El funeral se realizó el domingo y contó con la presencia de toda la colonia estadounidense y un gran número de sus amigos mexicanos.

Solo menos de dos meses después, para mediados de abril de ese mismo año, al parecer la situación de salud ya se había convertido en un serio problema de salud pública en ambos lados de la frontera como nos muestra otra publicación en un diario:

“Neumonía en Bisbee y Cananea”

“La prevalencia de la neumonía en este momento casi se puede llamar una epidemia, dice el Bisbee Daily Review. Los médicos dicen que en varios años no habían tenido que lidiar con tantos casos como ahora y eso les llama la atención.

De Cananea llegan informes que indican que neumonía está causando numerosas muertes en ese lugar. En algunos días hasta diez personas han muerto solo de esta enfermedad.

El Dr. Sweet, médico de la compañía Copper Queen, dice: "Un error que se comete es creer que la neumonía es el resultado de un severo enfriamiento en los pulmones. He conocido casos en los que el paciente ha tenido neumonía sin que haya sido precedida ni siquiera por el mínimo resfriado.

No se puede dar ninguna razón positiva para la prevalencia de neumonía en Bisbee en este momento. La enfermedad es el resultado de un microbio.”

Sin embargo, a pesar de que circulaban informes de la prevalencia de una crisis de salud de carácter epidémico causa por la que estaban muriendo cientos según la información que circulaba en la sociedad local y al norte de la frontera, la 4C se negaba a reconocer la emergencia sanitaria que prevalecía en la ciudad y con fecha 21 de mayo de 1902 Anson W. Burchard, segundo vicepresidente de la 4C, envía a los diarios americanos el comunicado siguiente:

"Ciertos antiguos empleados insatisfechos de esta compañía están haciendo circular maliciosamente un informe de que una epidemia prevalece en este campo. Los informes son absolutamente sin fundamento.

Ninguna epidemia de ningún tipo prevalece aquí desde el 15 de junio de 1901 hasta el 22 de abril de 1902.

El año actual, el número total de muertes aquí en una población de alrededor de diez mil fue de 103, de las cuales nueve fueron accidentales, cuarenta y uno de fiebres, veintiocho de enfermedades de órganos digestivos y cincuenta y seis de enfermedades de los órganos respiratorios .

De los anteriores, veintitrés muertes ocurrieron en el hospital de la compañía y doce fueron de pacientes tratados por médicos del hospital fuera del hospital. Seis de estos fueron accidentales, nueve de fiebres y once de enfermedad de los órganos respiratorios.

Los médicos del hospital tratan alrededor del setenta y cinco por ciento de todos los casos de enfermedad en el campamento.

Del 22 de abril hasta la fecha ha habido treinta y cuatro muertes en el campo, de las cuales diecisiete fueron enfermedades de los órganos respiratorios, cinco por fiebres, cinco por intoxicación alcohólica, de estas cuatro fueron tratadas por médicos del hospital Dos muertes ocurrieron en el hospital y dos afuera".

Con esa misma fecha, 21 de mayo, varios periódicos en California y Texas publicaban que Cananea se estaba despoblando debido a la epidemia de una enfermedad a la que los médicos le llamaban corazón negro, debido a la mancha negra que se formaba en el pecho después de la muerte de los enfermos. Las crónicas de lo que estaba pasando en Cananea eran de la manera siguiente:

“El campamento de la empresa Greene Consolidated Mining en La Cananea, Sonora, está siendo rápidamente despoblado por una terrible enfermedad que ha estallado recientemente.

Los tres médicos en el campamento no pueden lidiar con eso y le han dado el nombre de corazón negro, debido al círculo negro que se forma alrededor del corazón directamente después de que la víctima sucumbe.

Hombres fuertes y sanos están muriendo por docenas, y muchos están abandonando el lugar.

La última la víctima duró solo cinco días, y no se sabe que haya sobrevivido una persona después de haber sido atacada.”

Aunque la emergencia sanitaria y de salud en Cananea era una realidad, algunas de las publicaciones sobre este tema eran muy exageradas, como lo muestra la publicación siguiente.

“El Paso Times informa que hay una epidemia de fiebre en Cananea, similar a la fiebre manchada (tifo exantemático), y que casi todas las personas que han sido atacadas murieron. The Times dice que ha habido más de trescientas muertes por esta enfermedad en los últimos meses, y los médicos de la compañía parecen ser incapaces de controlarlo.”

Obviamente a la 4C y a las autoridades de Cananea no les convenía la manera en que se estaba dilucidando en los medios, sobre todo estadounidenses, la emergencia sanitaria por la que estaba pasando la ciudad e inmediatamente tomaron medidas para contrarrestar y minimizar la publicitación de la emergencia y mandaron publicar el 25 de mayo en el Bisbee Daily Review, un periódico que para entonces ya era incondicional de la 4C y por supuesto de William C. Greene, la información siguiente:

“NO EXISTE EPIDEMIA EN CANANEA”

“En su edición del 21 de mayo, Los Ángeles Times publica un telegrama de El Paso de aproximadamente media columna de longitud, que habla de la prevalencia de una terrible enfermedad en La Cananea conocida como "corazón negro".

Un representante del Bisbbe Daily Review acaba de regresar de Cananea, y de una investigación personal, luego de revisar los registros oficiales del juez mexicano del municipio, afirma que no hay una apariencia de verdad en el artículo referido. De hecho, no existe tal enfermedad conocida como "corazón negro". y no ha habido muertes en el campamento, de ninguna manera descrita por este corresponsal en El Paso. La primera declaración hecha en el artículo del Times, que fue investigada por un representante de Review, fue la siguiente:

La tasa de mortalidad durante varias semanas ha sido de tres a cinco por día. La población flotante está abandonando rápidamente la ciudad, y entre los residentes se manifiesta una gran alarma por temor a la despoblación del campamento".

En México, el juez civil de cada municipio debe registrar la muerte de cada persona, indicando su nombre, edad y causa de la misma, y no se permite enterrar a ninguna persona hasta que primero se haya registrado la muerte, y se obtenga un permiso de entierro del juez. Los registros en Cananea muestran que durante las últimas semanas, desde el primero de abril hasta el 23 de mayo, ha habido sesenta y dos muertes. Este es el récord de todo el municipio, que incluye las minas, Cananea Vieja, Nuevo Cananea, aserraderos y el campamento de cortadores de madera, y de este número, doce eran estadounidenses y cincuenta eran mexicanos.

Los estadounidenses que murieron en Cananea desde el 1 de abril fueron W. H Britton, James Broylis, Mat Coyne, Edward Lochney, Alfred Schultz, John Cunuy, H. M. Watson, James Browder, Henry E. Garbane, Thos. H. Smith, Edward Dillon, Joseph Stuts, R. 'Watson. De este número, la mayoría de los casos fueron el resultado de la neumonía, que fue la enfermedad predominante en casi todos los campamentos del sur de Arizona al mismo tiempo.

La tasa de mortalidad en Cananea desde el 1 de julio de 1901 hasta el 22 de abril de 1902 fue la siguiente:

TIPO DE ENFERMEDAD
MUERTOS
Fiebre
41
Enfermedades de órganos digestivos
28
Muerte por nacimiento de un niño
4
Heridas
1
Alcoholismo
5
Enfermedad pulmonar
56
Accidentes
9
Enfermedades nerviosas
4
Enfermedades de órganos urinarios
2
Reumatismo
1
Quirúrgico
3
Nacido muerto
2
Enfermedades de los órganos de circulación
5
Casos no diagnosticado
4
Total
165
Las estadísticas anteriores se obtuvieron en Cananea de las autoridades mexicanas, y a una tasa de 165 por diez meses sería una tasa de mortalidad de veinte por cada mil habitantes en Cananea, estimando la población en diez mil en todo el municipio. Esta tasa en comparación con otras comunidades es pequeña.
En cuanto a la historia del "corazón negro" no hay nada en eso, más que la imaginación activa de un reportero fantasioso. En lugar de que la enfermedad en Cananea se limitara a la clase estadounidense, los registros muestran que en un total de sesenta y dos muertes, cincuenta eran mexicanos y doce eran estadounidenses.

Las historias que han aparecido en documentos externos, sin duda se deben a historias circuladas por empleados insatisfechos que han llegado a El Paso desde Cananea.

Sin duda, el departamento de hospitales de Cananea no ha sido todo lo que se requería. Los alojamientos han estado abarrotados y durante la prevalencia de la neumonía en el campamento, los dos médicos fueron gravados al máximo.

Cananea, en comparación con otros campamentos mineros en Arizona, ha surgido en un día. Los estadounidenses y los mexicanos se han apresurado allí por cientos, cuando no había absolutamente ningún alojamiento. Los hombres eran sus propios cocineros, y las condiciones sanitarias estaban lejos de ser favorables. La compañía ha intentado seguir el ritmo del crecimiento del campamento ofreciendo mejores alojamientos para los hombres, mejores instalaciones hospitalarias y mejores condiciones sanitarias, pero con la enorme cantidad de trabajos de construcción que necesariamente deben completarse, la empresa se ha visto obligada a retrasar el trabajo con los edificios exteriores.

El primero de junio se habrá completado el nuevo hospital de dos pisos, que es la institución más moderna del tipo que se haya erigido en cualquier campamento minero.

El edificio es de ladrillo enyesado y amueblado con los últimos electrodomésticos conocidos por la ciencia médica. En el primer piso hay dos oficinas para los médicos asistentes, a ambos lados de un amplio pasillo. La siguiente habitación en el lado derecho es el dispensario, que se abre a la habitación del administrador. A la izquierda de la sala adyacente al consultorio del médico hay una sala para cirugía menor que se abre al quirófano. La sala en el primer piso conduce a una sala quirúrgica, que es de 35 x 55 pies. El segundo piso está dedicado a salas privadas para casos especiales, y la sala de enfermedades de 40 x 55 pies. Los cuartos de baño se encuentran en el primer y segundo piso, también son cómodas salas para descansar y fumar. Todo para el hospital se ordenó nuevo, y cuando se abra, que será el 1 de junio, será una institución modelo.

Este artículo está escrito para contradecir los falsos informes que han circulado por todo el país, de los cuales la historia del "corazón negro" es una simple muestra.”

Dado que Cananea se estaba convirtiendo en un centro de negocios y residencial de primer nivel, por todos los medios se seguía tratando de minimizar la crisis sanitaria y de salud, ya que no podían permitir que los inversionistas y obreros dejaran de llegar, la ciudad había entrado en un vorágine de desarrollo y cada persona relacionada con negocios que salía de Cananea minimizaba la situación declarando a los medios, sobre todo al Bisbee Daily Review, que los informes eran falsos, como lo demuestra esta nota del 27 de mayo:

 “C. C. Goodwin, ex concejal de Tucson, estuvo ayer aquí en su camino de Cananea a Tucson. Ahora es gerente del negocio de licores de Frank Proctor en Cananea. "Nunca hubo una falsificación mayor", dijo él, "que este informe de una epidemia en Cananea. Los hombres que mueren allí son casi invariablemente duros bebedores. Ahora que el clima es más cálido no habrá mucha neumonía. Los hombres mientras estaban borrachos dormían afuera durante las noches, y agarraron resfriados severos que generalmente resultaron en neumonía. Nuevo Cananea será el centro de negocios y residencial en unos pocos meses. Se construirá una línea de tranvía desde la fundición hasta Nuevo Cananea para llevar a los hombres hacia y desde su trabajo."

Sin embargo, los rumores de la epidemia habían llegado hasta Washington, a quienes realmente les preocupó la situación que se vivía en Cananea y Bisbee, de tal forma que mediante telegrama del 3 de junio de 1902, el Dr. Hill Hastings, Cirujano Asistente Autorizado del United States Marine Hospital Service (U. S. M. H. S.) con base en Los Angeles, fue comisionado para que se trasladara de forma incógnita a Cananea y Bisbee para investigar si los reportes que circulaban en los periódicos eran reales o inventados. El Dr. Hastings llega a Cananea tres días después, la tarde del día 6 de junio e inmediatamente se pone en contacto con los doctores Lang y R. C. Van Dorn, jefe y asistente de cirugía del Hospital del Ronquillo. Después de revisar a todos los pacientes que había que había en el hospital en ese momento y de entrevistarse con el Dr. Filiberto Vázquez Barroso, funcionario de salud municipal en ese momento, con quien reviso las estadísticas de mortandad y los informes de salud municipal, el Dr, Hastings se traslada a Naco, Arizona el día 8 de junio donde se entrevista con el Dr. W. E. Lindley, quien había sido nombrado oficial de salud del condado cuando surgieron los rumores de la epidemia en Cananea, quien había hecho dos viajes a Cananea, pero le comenta que no había encontrado nada sospechoso. Después se traslada a Bisbee donde se entrevista con el Dr. A. R. Hickman, cirujano a cargo del hospital de Copper Queen Mine, con quien revisó los pacientes, estadísticas e informes de salud de la ciudad. Después de este recorrido por Cananea, Naco y Bisbee, el Dr. Hastings regresa el día 11 de junio a Los Angeles desde donde emite un informe que se trascribe íntegramente a continuación:

“Investigación de fiebre tifoidea reportada en La Cananea, México.”

“Los Angeles, Cal., 16 de junio de 1902.”

“Señor: En obediencia al telegrama del Buró del 3 de junio de 1902, dejé Los Angeles, Cal., al día siguiente para La Cananea, Distrito de Sonora, México, con el propósito de investigar los rumores de fiebre tifoidea en ese distrito minero.

Llegué a La Cananea la tarde del 6 de junio y llamé a los principales cirujanos de la Compañía Minera La Cananea, los Dres. Van Dorn y Lang, que me ofrecieron muchas cortesías y ofrecieron muchas facilidades para examinar la salud del campamento. Examiné a todos los pacientes en el hospital de la compañía, que es un hospital nuevo de dos pisos, inusualmente bien designado para la institución de ese campo de minería. Había solo 12 pacientes en el hospital, 4 médicos y 8 cirujanos. De los casos médicos hubo 2 casos de neumonía y 2 casos de tifoidea. Hubo 2 casos de viruela cuidadosamente aislados del campamento, ambos en la etapa descamativa. Había muy poca enfermedad en el campamento en este momento. Durante mayo, los cirujanos dijeron que habían tenido muchos casos de neumonía fatal, pero ninguna enfermedad que haya despertado sospecha de fiebre tifoidea. Me mostraron extractos de los documentos de El Paso, Texas, que describen una enfermedad fatal llamada "corazón negro" que se decía que prevalecía en La Cananea. Afirmaron que los rumores fueron difundidos por mineros descontentos que habían sido dados de alta. Durante los últimos seis meses tuvieron 30 casos de viruela, sin muertes. Todos los casos se aislaron y todos los expuestos se vacunaron. Se usaron más de 2,400 tubos de vacuna de virus con glicerina. Seguidamente, llamé al funcionario de salud mexicano Dr. Barros (Filiberto Vazquez Barroso), quien estaba ausente. Devolvió la llamada al día siguiente y extendió la carta de cortesía para que inspeccionara el informe de salud mexicano de ese distrito. La población del distrito es de aproximadamente 12,000, principalmente mexicanos. Ningún cuerpo puede ser enterrado sin un certificado de los funcionarios mexicanos. El número de muertes registradas desde enero de 1902 es el siguiente: enero 9; Febrero 17; Marzo 33; Abril 35; Mayo 35 y junio 9, haciendo un total de 138. Esta no es una tasa de mortalidad alta para un campamento minero de 12,000 habitantes, donde se obtienen condiciones que no conducen a una buena salud. La principal causa de muerte fue la enfermedad del tracto pulmonar. En marzo, abril y principios de mayo el clima es inclemente en esta sección, y se registraron muchas muertes por neumonía. Los casos fueron típicos, se dijo; no hubo erupción y nada indicativo de tifus u otra enfermedad que requiera cuarentena. Durante la primera parte del invierno hubo muchos casos de influenza, pero no hubo muertes. En algunos de estos casos, hubo erupciones de roséola (Erupción cutánea formada por pequeñas manchas de color rosáceo que aparece como consecuencia de diversas enfermedades infecciosas y de intoxicaciones) de dos o tres días de duración, que rápidamente fallecieron, no se volvieron petequiales (pequeños derrames vasculares cutáneos) y no estuvieron acompañadas de fiebre alta o síntomas alarmantes.

Salí de La Cananea el 8 de junio para Naco, Arizona, en la frontera con México y llamé al Dr. W. E. Lindley, que había sido nombrado oficial de salud del condado durante los rumores de "corazón negro" en La Cananea. Él había hecho dos viajes a La Cananea, me dijo, para estudiar el asunto, y se había reunido con la comitiva de ese lugar durante la prevalencia de la viruela, para evitar que las enfermedades contagiosas cruzaran la frontera. Dijo que no había encontrado nada sospechoso, y no vio nada que sugiriera el tifus.

Luego fui a Bisbee, Ariz., a la Copper Queen Mine por escenario. La población de esta mina es de 7,000. El Dr. A. R. Hickman, el cirujano a cargo, me mostró a todos los pacientes en su hospital, unos doce, seis de los cuales eran casos de reconocimiento médico. En esta mina había habido la misma mortalidad por neumonía, pero ninguna enfermedad sospechosa de tifus o cualquier otra enfermedad que requiera cuarentena, excepto algunos casos de viruela. El Dr. Hickman me describió una muerte por fiebre. Ese fue el único caso que podría haber excitado cualquier sospecha. Fue lo siguiente: Un minero, nativo de los Estados Unidos, de 35 años, murió una semana antes de mi llegada. Se enfermó con escalofrío, fiebre alta y vómitos, y gradualmente empeoró. No hubo diarrea ni delirio, pero el estado general se asemejaba a la fiebre tifoidea. El bazo estaba visiblemente agrandado. Veinticuatro horas antes de la muerte se desarrolló una afección que se asemeja a la púrpura hemorrágica, comenzando en las partes más dependientes del cuerpo, cubriendo pronto casi todo el cuerpo, incluida la cara. Había una gran hemorragia en la piel, con manchas de piel sin sangre en el medio; sin petequias. Dos abscesos, celulitis profunda, desarrollados sobre ambos codos y en las nalgas. El paciente murió seis días después del inicio. El examen post mortem no mostró cambios internos distintos a la ampliación de las manchas de Peyer y agrandamiento del bazo. Hubo una ingestión hipostática de los pulmones. Cultivos de los abscesos sobre los codos fueron hechos por el Dr. Brown. Estos mostraron puro cultivo de bacilos tifoideos, me dijeron. No hubo cambios inflamatorios en el cerebro o la médula. Se hizo un cultivo a partir del fluido espinal y mostró estreptococos. Los cirujanos de la mina acordaron un diagnóstico de tifoidea en un minero mal alimentado, con invasión de la sangre por gérmenes de tifoidea hasta el punto de producir una septicemia tifoidal. No había habido otros casos como este en el campamento y ninguno se había desarrollado desde entonces. Los informes de La Cananea no se habían considerado veraces.”

“Me reincorporé a mi estación en Los Angeles, Cal., el 11 de junio de 1902.”

“Respetuosamente, Hill Hastings.
Passed Assistant Surgeon, U. S. M. H. S.”

Este informe nos indica claramente que se trataba de una epidemia de tifoidea y aunque nunca llegó a Cananea, seguramente sirvió a las autoridades americanas para poner mayores controles en la frontera y en ciudades como Bisbee que mantenían permanente contacto con Cananea y otras poblaciones al sur de la frontera. La epidemia de tifoidea que la 4C y las autoridades municipales estuvieron negando durante varios meses, para finales de agosto seguía siendo una realidad como lo confirma la publicación siguiente:

Detalles de la muerte de Charles J. Butler, en Bisbee el domingo por la mañana han sido recibidos por sus familiares en Prescott. Falleció en Cananea la semana pasada con problemas estomacales, y mientras sufría la enfermedad dejó Bisbee, donde una inflamación aguda se apoderó de él y expiró allí después en muy poco tiempo. La enfermedad que resultó ser fatal para el Sr. Butler ha sido epidémica en Cananea durante más de dos años, cientos de personas murieron a causa de ella, y hasta el presente parece desconcertar la habilidad de la fraternidad médica. Los restos del Sr. Butler llegarán a Prescott en el tren de mañana desde el sur, ya las 2 en punto el funeral tendrá lugar desde la residencia de sus parientes en 141 Grove Avenue North, en West Prescott. Todos los amigos del fallecido y la familia están invitados.

Todo parece que las condiciones de hacinamiento e insalubres en que se vivía en El Ronquillo y pueblos mineros al oeste de Cananea, incluyendo el deficiente servicio de agua potable prevaleciente por lo menos hasta mediados de 1902 hicieron que las quejas de los vecinos fueran constantes y que las publicaciones en los periódicos y los informes oficiales empezaran a coincidir sobre la emergencia sanitaria y las tasas de mortalidad, como lo observa el ya para entonces, Presidente Municipal, Filiberto Vázquez Barroso quien sustituyó a Francisco Larrañaga antes de que terminara el primer año de su mandato, por lo que fue al Dr. Vázquez Barroso a quien le correspondió, primero enfrentar como responsable de salubridad los problemas de contaminación del agua, la hacinación y vivienda precaria que propiciaban enfermedades como la neumonía, influenza, paludismo, tifoidea y viruela, esta última en menor proporción; y después, dar el primer informe de trabajo del naciente municipio de Cananea, donde al respecto de la problemática sanitaría informaba lo siguiente:
“La mortalidad aumentó de abril a junio (1902) por la neumonía que encontró campo adecuado a su desarrollo a causa de las carpas antihigiénicas en que viven amontonados los habitantes de El Ronquillo y se pudo notar que el mayor número de casos graves fue en las cercanías del infecto arroyo que atraviesa dicha comisaría…..El agua, a la cual se ha imputado el origen de las enfermedades del aparato digestivo en esta población se ha cuidado últimamente de mejorar su calidad y actualmente tenemos agua potable de Puertecitos y en la Cananea Vieja, utilizando la de cobre solo en usos de aseo.”

Además, agregaba, que en ese mismo periodo el Ayuntamiento tuvo que hacerse cargo de la inhumación de los cadáveres de personas sin posibilidades monetaria, señalando por otra parte, que las enfermedades podrían incrementar su frecuencia y gravedad, sí no se remediaba drásticamente el modo de vivir de la mayor parte de los obstinados en permanecer en El Ronquillo.

Pero la gente que se había asentado e invadido ambos lados del arroyo que cruza el barrio de El Ronquillo no duraría mucho en el lugar, ya que Greene estaba empeñado en hacer de ese barrio, un centro comercial, habitacional y de servicios al estilo americano, cosa que lograría, ya que para finales de ese mismo año se habían terminado varios edificios que albergarían el hospital, negocios, asociaciones y dormitorios de sus empleados americanos. Para principios de 1903, cuando Greene ya había concluido la mayoría de sus proyectos en la zona de El Ronquillo, el barrio ya se encontraba libre de invasiones, a quien pudo desalojar con ayuda de todas las autoridades municipales, quienes en la práctica eran sus empleados, ya que él los ponía y les pagaba.
Para mediados del mes de enero de 1903 la crisis sanitaria y de salubridad se había reducido sustancialmente y seguía en proceso la desocupación de esa parte de El Ronquillo. Al respecto de esto, con fecha 16 de enero de 1903, se publica lo siguiente:
“Se ha producido una marcada disminución de la enfermedad y se informan pocos casos nuevos. Las medidas enérgicas adoptadas por las autoridades para erradicar la epidemia han dado excelentes resultados. Se han producido algunas muertes además de las que ya se informaron.”
En el segundo informe del Presidente Municipal Dr. Vázquez Barroso leído el 16 de septiembre de 1903, al respecto de la desocupación de los terrenos invadidos de El Ronquillo decía:
“Como esperábamos hace un año, casi en totalidad se cambiaron los vecinos de la Comisaría del Ronquillo a los lotes del Ayuntamientos o de la Compañía. Diaria y constante ha sido la labor que se ha tenido que librar con elementos tan heterogéneos y disímbolos como son los de este lugar; pues, como decía yo hace un año, “afluyen a este Mineral personas de todas nacionalidades, y en ese oleaje de humanidad que lucha por la existencia, vienen en general escorias sociales que son siempre un amago para la seguridad,” y cábeme la grata satisfacción de que todos los ciudadanos honrados han contribuido esmeradamente a extirpar el elemento pernicioso, que hoy, por fortuna, esta reducido a su mínima expresión, relativamente.”
Para entonces la crisis sanitaria y de salubridad ya habían pasado, sólo casos aislados se seguían presentando de aquellas enfermedades que habían alcanzado dimensiones epidémicas durante 1902.
BIBLIOGRAFÍA

A.E.G.E.S..- Informe leído por el presidente de Cananea Filiberto Vázquez Barroso el 16 de septiembre de 1902. Expediente 30, Legajo 1719. Sonora, 1902.

A.E.G.E.S..- Informe leído por el presidente de Cananea Filiberto Vázquez Barroso el 16 de septiembre de 1903. Expediente 14, Legajo 1808. Sonora, 1903.

Meyer, Eugenia et al.- La Lucha Obrera en Cananea 1906. Secretaría del Trabajo y Previsión Social. Gobierno del Estado de Sonora. INAH/SEP. México, 1980.

Secretaría de Gobernación.- Código Sanitario de los Estados Unidos Mexicanos. México, 1894.

United States Marine Hospital Service.- Investigation of reported typhus fever at La Cananea, Mexico. Reports of the Surgeon-General Public Health and Marine-Hospital Service, 1902.

HEMEROGRAFIA
La Voz de México, Abril 28, 1901.
The Oasis, July 06, 1901.
La Voz de México, Noviembre 7, 1901
Bisbee Daily Review, December 15, 1901.
The Topeka State Journal, March 03, 1902.
The Evening Transcript, May 22, 1902.
Western Liberal., May 23, 1902.
Bisbee Daily Review, May 25, 1902.
Bisbee Daily Review, May 27, 1902.
Bisbee Daily Review, June 11, 1902.
Arizona Republican, July 11, 1902.
Arizona Weekly Journal-Miner, August 27, 1902.
Mohave County Miner, August 30, 1902.
Bisbee Daily Review, January 16, 1903.