viernes, 10 de abril de 2015

CANANEA EN LA HISTORIA (ETAPA REVOLUCIONARIA 1914-1920).
Gustavo A. Moreno Martínez moremar@prodigy.net.mx
Que hay algo grave, muy grave, es cosa segura, y quienes miran con indiferencia la situación actual, cometen imperdonable error y contraen una seria responsabilidad para ante la historia. Los pequeños movimientos que se han operado hasta ahora en Cananea, Aguascalientes, Chihuahua y aún en esta misma capital, precursores de los que se preparan en otros grandes centros del país, bajo la cuestión obrera, no son más que ensayos de fuerza, de expansión, de virilidad, para saber con lo que se cuenta y calcular hasta dónde se puede llegar.
Rafael de Zayas Enríquez (Agosto de 1906)
Introducción
En la entrega anterior se incluyó la historia de Cananea durante la revolución mexicana, hasta la visita de Carranza a Sonora y Cananea en septiembre-octubre 1913. En esta cuarta entrega de “Cananea en la Historia”, se hará un recorrido por la etapa revolucionaria de 1914-1920, hasta la muerte de Carranza y la ascensión al gobierno de la república de Álvaro Obregón.
La etapa revolucionaria 1914-1920.
Después de la estancia de Carranza en la entidad, durante 1914 Sonora se convirtió en un sólido bastión del constitucionalismo, lo cual cambió las condiciones políticas estatales y favoreció al gobierno local; de tal suerte que éste realizó un arbitraje en los conflictos entre los trabajadores y las empresas mineras. Para estas fechas las compañías ya habían aprendido a negociar con los distintos contingentes revolucionarios.
En abril de 1914 la 4C, como medida de presión para lograr mayor apoyo del gobierno local, decretó un cierre de operaciones (lock–out) y retiró a la mayoría de los empleados estadounidense. Un aire de zozobra y tensión se respiraba en Cananea, ante ello, Maytorena que estaba de vuelta en el poder estatal, no tuvo más salida que pactar un compromiso de protección con James S. Douglas, el gerente general de las 4C.
El 15 de julio de 1914 Victoriano Huerta presentó su renuncia y el 20 de agosto, después de haberse firmado la rendición incondicional a través de los Tratados de Teoloyucan, Carranza llegó a la Ciudad de México y desde ese momento se hizo cargo del Poder Ejecutivo Federal. Equivocadamente se creyó que con estos hechos la revolución llegaba a su fin, pero fue entonces que sobrevino la lucha de facciones entre villista, carrancistas y zapatistas, que ni la Convención de Aguascalientes, ni la intervención del presidente de Estados Unidos pudieron impedir.
 Venustiano Carranza con Obregón a su derecha, entrando a la Cd. de México el 20 de agosto de 1914 (Foto: INEHRM, 1985)
Ese compromiso de protección que realizó Maytorena en abril se evidenció aún más en agosto del mismo año, cuando nuevamente un paro afectó las labores de las 4C; pero esta vez no se debía al lock–out empresarial, sino a consecuencia de un movimiento anarcosindicalista. El gobernador Maytorena no dudó en actuar enérgicamente contra los mineros y en esos términos le ordenó a Salvador Alvarado, quien expulsó de los trabajadores que profesaban ideas anarcosindicalistas, aunque es probable que la salida haya sido negociada, ya que Alvarado tenía sus raíces revolucionarias en esta misma corriente. También, antes, al inicio de ese año, el gerente Douglas había logrado que el prefecto Platt de Arizpe, desterrara a 20 miembros de la Federación de Mineros de Estados Unidos, que hubieran llegado a Cananea para realizar labor político–sindical entre los obreros.
Como resultado de la Convención de Aguascalientes, el 1 de noviembre de 1914, Eulalio Gutiérrez fue nombrado Presidente Provisional de la República y asumió el cargo el 6 de noviembre. Este nombramiento provoca la escisión de los convencionistas, y villistas y zapatistas rompen con Carranza provocando la guerra de facciones que afectaría gran parte del país, incluyendo Sonora, donde Maytorena se une a Villa, mientras Ignacio L. Pesqueira, Plutarco E. Calles y Álvaro Obregón permanecen con Carranza.
 
Eulalio Gutiérrez Ortiz Presidente de México por la Convención de Aguascalientes.

Ignacio L. Pesqueira, Plutarco Elías Calles, Álvaro Obregón y José M. Maytorena
Gutiérrez había nombrado comandante militar del Estado de Sonora a Juan G. Cabral y le dio instrucciones para que desde el territorio sonorense iniciara operaciones sobre el Estado de Sinaloa. Cabral viaja a Chihuahua por ferrocarril con 2000 hombres y de allí, el 27 de enero de 1915, viaja a Nogales y se presenta con Maytorena para que le entregue la comandancia, pero este se niega argumentando que el presidente Gutiérrez había sido destituido por la Convención y que el nombramiento no había sido ratificado por el Jefe Supremo de Operaciones. Cabral regresa a Chihuahua y ordena la movilización de sus hombres a Casas Grandes, de allí cruzan a Sonora por el Cañón de El Púlpito, llegando a Cananea el 19 de febrero donde instalan su cuartel de operaciones bajo el mando interino de Federico Morales, mientras Cabral regresaba a Nogales a insistir en la entrega de la comandancia; sin embargo, la realidad era que ya se había iniciado la guerra de facciones y como Maytorena se había aliado a Villa, es hasta que este último autorizó, el 4 de marzo, es que se le entrega la Comandancia Militar a Cabral.
A su regreso a Cananea, Cabral encontró que sus fuerzas habían sufrido algunas deserciones y que los jefes subalternos estaban minados por agentes maytorenistas, y decepcionado de esta conducta, dimitió el mando en Morales y el día 10 de marzo de 1915 se fue a Estados Unidos. Otra versión dice que no se le entregó el mando y que fue expulsado de Sonora por los maytorenista. Como sea, por medio de un manifiesto explicó su conducta y la mediación del Dr. Ramón Puente no fue suficiente para hacerlo desistir de su propósito de abandonar la plaza e irse a Ray, Arizona, donde aún conservaba una tienda que administraba la esposa de Pedro F. Bracamonte.
Desde finales de 1914 el ambiente político de Sonora estaba muy alterado, debido a la lucha por el poder que sostenían Maytorena y Plutarco E. Calles. Esta pelea que inicialmente se mantuvo en roces sin trascendencia, finalmente se transformó en una abierta guerra civil después del rompimiento de los convencionistas con Carranza. Al finalizar el año y al unirse Maytorena a la causa que representaba el Gral. Villa, Sonora quedó bajo el fuego cruzado de dos bandos. Esta situación se prolongó hasta agosto de 1915, cuando las fuerzas callistas ganaron la batalla.
Por supuesto, las zonas mineras quedaron inmersas dentro de este escenario de guerra y todas las empresas extranjeras localizadas en el norte del estado operaron bajo condiciones adversas desde diciembre de 1914 hasta octubre de 1915. Los enfrentamientos entre las facciones de Calles y Maytorena dejaron como saldo, entre otras cosas, puentes quemados que interrumpían la comunicación entre Cananea-Agua Prieta-Nacozari, lo que impedía el movimiento y la exportación de metales hacia Estados Unidos y la entrada de mercancías, provocando escasez de víveres en la región.
Las 4C en Cananea y la Moctezuma en Nacozari cerraron operaciones en octubre de 1915 en medio de un abandono masivo de estadounidenses y mexicanos. Esta situación fue la secuela de la incertidumbre vivida durante todo el año. Cananea fue tomada por las fuerzas de Villa, mientras que Nacozari la ocupó Plutarco E. Calles quien tomó provisiones y el ferrocarril. Otro problema que enfrentaban las empresas fue el pago de impuestos, los derechos aduanales y los impuestos federales de ensaye de metales lo pagaban por partida doble, pues cada facción revolucionaria les pasaba la cuenta.
El 19 octubre de 1915 el presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson, reconoció al de Carranza como gobierno de facto en México, procediendo al intercambio de embajadores y prohibiendo la venta de armas a fuerzas armadas contrarias al constitucionalismo, medida que enfureció a Villa ya que era el principal afectado por esta medida. Además, Estados Unidos apoya a los Carrancistas cuando en noviembre ataca Agua Prieta y Villa es derrotado. Por ello planeó su represalia y decidió atacar Columbus el 9 de marzo de 1916. Uno de sus asistentes, Arturo Ruiz Quintana, declararía en una entrevista que la causa del ataque a Columbus era que el día 2 de enero de 1916 llegaron hasta el carro “pullman” de Villa, parado en la estación de Chihuahua, los hermanos Arturo y Samuel Ravel, dueños de la tienda “La Comercial” en Columbus. Le ofrecieron a Villa venderle armas y pertrechos de los que andaba muy escasos. Ellos pidieron 50,000 dólares. Villa contestó: No, treinta mil, y puso sobre la mesa un saco lleno de monedas de oro, pero las armas nunca fueron entregadas y estos provocaría el enojo de Villa. Igual, todos estos elementos juntos habrían motivado la incursión de Villa a Columbus.
Después del reconocimiento a Carranza, por parte de Estados Unidos, Villa viaja a Sonora donde trata de tomar Agua Prieta, es derrotado los primeros días de noviembre de 1915 y se repliega a Naco, donde permanece unos días, después se traslada a Nogales dejando al Gral. José E. Rodríguez en Naco al mando de sus hombres en la retaguardia. Villa en su viaje a Nogales, llega a Cananea, arribaba sin avituallamientos para alimentar a su ejército y era menester buscar la forma de mantenerlo en condiciones de ataque. Villa ordena al Col. Jesús Beltrán que se presente en Cananea a conseguir pertrechos al mando de unos 150 hombres. Beltrán se apronta en las 4C, la ocupa y exige al Gerente General que les entregaran $25,000 dólares como impuesto por la producción de la mina y otros suministros para la alimentación de sus hombres, incluyendo ganado en pie de la Cananea Cattle Company. Días después, el Gral. José E. Rodríguez deja Naco y se traslada a la estación en el entronque donde se junta la vía de Naco a Cananea y de Cananea a Nogales (Villaverde). Rodríguez entraría a Cananea y llega al Banco Mercantil de Cananea (Banco de Cananea) y exige que le entreguen $50,000 pesos plata del banco y $43,000 de las 4C, aunque no está claro si le fue entregado lo que pedía.
Al triunfo de Venustiano Carranza sobre las facciones de Villa y Orozco se disiparon los temores de las compañías mineras y se creó un clima de estabilidad política, aplicando en todo el país una legislación para activar la minería y con ello cancelar focos revolucionarios. Además buscó gravar la producción minera y, lo más importante, recuperar el derecho del Estado mexicano sobre los recursos del subsuelo. En este contexto, actuaron los gobernantes sonorenses durante 1915–1918. Al proyecto carrancista se le agregaron, de manera local, un conjunto de medidas que buscaban dar protección a los trabajadores de las haciendas, pero principalmente a los que laboraban en las empresas mineras.
Sin embargo, en Cananea surgirían nuevos problemas después que a mediados de noviembre de 1915, los villistas dejan Cananea y abandonan las instalaciones de la 4C, esta argumenta que habían sido dañadas y que las pérdidas ocasionadas durante la ocupación villista ascendían a más de 230,000 dólares.
Posteriormente, a mediados de 1916, Estados Unidos decreta un embargo de los envíos de explosivos a las mineras de Sonora, argumentando que era utilizada por las facciones en pugna, considerándolos artículos de guerra, lo que obligó al cierre de las empresas mineras de Cananea, Nacozari y El Tigre, provocando que los empleados americanos abandonaran estas poblaciones en forma generalizada, situación que se resolvería hasta mediados de julio, fecha en que los americanos iniciaron el retorno a sus áreas de trabajo, sin embargo, en Cananea se empezaron a dar muestras de inconformidad contra los americanos, ya que esto coincide con el licenciamiento del Ejército Constitucionalista en Sonora y solo en Fronteras, Cuchuta y Nacozari se habían licenciado cuatro mil soldados de caballería y en los próximos días, el mismo número de soldados serían licenciados en Cananea, Magdalena y Hermosillo, lo que sin duda provocaría una gran demanda de empleo, principalmente en los centros mineros más grandes, como Cananea y Nacozari, lugares donde todavía eran empleados un gran número de americanos.
A la llegada de americanos el lunes 17 de julio, de acuerdo a los refugiados, una turba de cananenses atacó el tren, tratando de forzar su salida, pero las autoridades militares intervinieron y escoltaron a los estadounidenses a zona segura. Los americanos empezaron a salir de Cananea hacia Estados Unidos desde el 20 de julio en la noche, ya que los disturbios en esta población habían escalado a tal grado que civiles habían saqueado la tienda de la compañía Minera de Cananea en Puertecitos el martes 18 de julio por la noche y que estaban sometiendo a los americanos a numerosas humillaciones, a pesar de la protección militar, sin embargo, esto no fue generalizado y duró muy pocos días.
Otro aspecto que se estaba sumando a toda esta problemática que prevalecía en Sonora, pero particularmente en los grandes minerales del norte del estado, era la devaluación que estaba sufriendo el peso frente al dólar, ya que en 1915 el dólar se cotizaba a $11.16 y para mediados de 1916 se había duplicado y se cotizaba a $23.83, lo que iba directamente contra los bolsillos de los mexicanos, sobre todo en las poblaciones fronterizas o cercanas a la frontera, como Cananea donde casi todo se cotizaba en dólares.
A las contribuciones políticas y económicas de Carranza, se suma también el inicio de la Primera Guerra Mundial, surgiendo un atractivo mercado para el cobre, aumentando la demanda y subiendo el precio. Para agosto de 1916, tanto Cananea como Nacozari vivían un auge en la producción de cobre, obligando a las empresas mineras a operar a máxima capacidad.
Durante el periodo comprendido entre 1915 y 1918, Calles y De la Huerta (Adolfo de la Huerta es nombrado el 28 de abril 1916 gobernador interino de Sonora) impusieron en todo el estado de Sonora una doble política: por una parte, exigían a las empresas, mediante decretos, el establecimiento de un salario mínimo; la indemnización del trabajador por accidentes en el trabajo y el reparto de utilidades. Por otro lado, se diseñaron mecanismos que pretendían ejercer un control sobre los trabajadores. La medida institucional más sobresaliente se dio durante el interinato de Adolfo de la Huerta en octubre de 1916, al emitir el decreto número 71 para la creación de la Cámara Obrera y, de esta forma, amortizar las relaciones entre las empresas y la clase obrera, donde el gobierno de Sonora jugaba un papel mediador. La Cámara quedó constituida el 1 de enero de 1917, con un delegado por cada mil obreros o fracción mayor de 500; cinco de los diez obreros que integraron la mesa directiva provenían de Cananea.
Para 1917 la violencia de la revolución se había alejado de Sonora, y como ya se mencionó, Sonora entra en una etapa de cambios políticos, sociales y económicos. Los personajes más sobresalientes de la revolución en el estado empiezan a ocupar puestos políticos a nivel federal y estatal.
El general Álvaro Obregón, quien se había desempeñado en la primera etapa del gobierno de Carranza como Ministro de Guerra y Marina, se sublevó al verse en desventaja en su lucha por la candidatura oficial para las siguientes elecciones federales y mandó darle muerte a Carranza el 21 de mayo de 1920, después que este apoya la candidatura de Ignacio L. Bonillas. A la muerte de Carranza, Adolfo de la Huerta es nombrado Presidente Provisional, quien entrega la presidencia a Álvaro Obregón el 30 de noviembre de 1920.
Funerales de Venustiano Carranza, rodeado de seguidores y cubierto con la bandera de México.
Ya pasada la etapa revolucionaria en Sonora, y por supuesto en Cananea, pocas cosas importantes habrían de ocurrir en Cananea que no estuvieran ligadas a la minería, las minas y los mineros. A partir de esta época, los temas sobre hechos sobresalientes, mineros o no, serán narrados de manera particular, según sea el caso, de acuerdo a la información disponible.
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