CANANEA EN LA HISTORIA (ETAPA
REVOLUCIONARIA 1914-1920).
Que hay algo grave, muy grave, es cosa segura, y
quienes miran con indiferencia la situación actual, cometen imperdonable error
y contraen una seria responsabilidad para ante la historia. Los pequeños
movimientos que se han operado hasta ahora en Cananea, Aguascalientes, Chihuahua
y aún en esta misma capital, precursores de los que se preparan en otros grandes
centros del país, bajo la cuestión obrera, no son más que ensayos de fuerza, de
expansión, de virilidad, para saber con lo que se cuenta y calcular hasta dónde
se puede llegar.
Rafael de Zayas Enríquez (Agosto de 1906)
Introducción
En
la entrega anterior se incluyó la historia de Cananea durante la revolución
mexicana, hasta la visita de Carranza a Sonora y Cananea en septiembre-octubre
1913. En esta cuarta entrega de “Cananea en la Historia”, se hará un recorrido por
la etapa revolucionaria de 1914-1920, hasta la muerte de Carranza y la
ascensión al gobierno de la república de Álvaro Obregón.
La etapa revolucionaria 1914-1920.
Después de la estancia de Carranza en la entidad, durante
1914 Sonora se convirtió en un sólido bastión del constitucionalismo, lo cual
cambió las condiciones políticas estatales y favoreció al gobierno local; de
tal suerte que éste realizó un arbitraje en los conflictos entre los
trabajadores y las empresas mineras. Para estas fechas las compañías ya habían
aprendido a negociar con los distintos contingentes revolucionarios.
En abril de 1914 la 4C, como medida de presión para
lograr mayor apoyo del gobierno local, decretó un cierre de operaciones (lock–out)
y retiró a la mayoría de los empleados estadounidense. Un aire de zozobra y tensión
se respiraba en Cananea, ante ello, Maytorena que estaba de vuelta en el poder
estatal, no tuvo más salida que pactar un compromiso de protección con James S.
Douglas, el gerente general de las 4C.
El 15 de julio de 1914 Victoriano Huerta presentó su
renuncia y el 20 de agosto, después de haberse firmado la rendición incondicional
a través de los Tratados de Teoloyucan, Carranza llegó a la Ciudad de México y
desde ese momento se hizo cargo del Poder Ejecutivo Federal. Equivocadamente se
creyó que con estos hechos la revolución llegaba a su fin, pero fue entonces
que sobrevino la lucha de facciones entre villista, carrancistas y zapatistas, que
ni la Convención de Aguascalientes, ni la intervención del presidente de
Estados Unidos pudieron impedir.
Venustiano Carranza con Obregón a su derecha, entrando a la Cd. de México el 20 de agosto de 1914 (Foto: INEHRM, 1985) |
Ese compromiso de protección que realizó Maytorena en
abril se evidenció aún más en agosto del mismo año, cuando nuevamente un paro
afectó las labores de las 4C; pero esta vez no se debía al lock–out
empresarial, sino a consecuencia de un movimiento anarcosindicalista. El
gobernador Maytorena no dudó en actuar enérgicamente contra los mineros y en
esos términos le ordenó a Salvador Alvarado, quien expulsó de los trabajadores
que profesaban ideas anarcosindicalistas, aunque es probable que la salida haya
sido negociada, ya que Alvarado tenía sus raíces revolucionarias en esta misma
corriente. También, antes, al inicio de ese año, el gerente Douglas había logrado
que el prefecto Platt de Arizpe, desterrara a 20 miembros de la Federación de
Mineros de Estados Unidos, que hubieran llegado a Cananea para realizar labor
político–sindical entre los obreros.
Como resultado de la Convención de Aguascalientes, el 1
de noviembre de 1914, Eulalio Gutiérrez fue nombrado Presidente Provisional de
la República y asumió el cargo el 6 de noviembre. Este nombramiento provoca la
escisión de los convencionistas, y villistas y zapatistas rompen con Carranza
provocando la guerra de facciones que afectaría gran parte del país, incluyendo
Sonora, donde Maytorena se une a Villa, mientras Ignacio L. Pesqueira, Plutarco
E. Calles y Álvaro Obregón permanecen con Carranza.
Eulalio
Gutiérrez Ortiz Presidente de México por la Convención de Aguascalientes.
Ignacio
L. Pesqueira, Plutarco Elías Calles, Álvaro Obregón y José M. Maytorena
Gutiérrez había nombrado comandante militar del Estado de
Sonora a Juan G. Cabral y le dio instrucciones para que desde el territorio sonorense
iniciara operaciones sobre el Estado de Sinaloa. Cabral viaja a Chihuahua por
ferrocarril con 2000 hombres y de allí, el 27 de enero de 1915, viaja a Nogales
y se presenta con Maytorena para que le entregue la comandancia, pero este se
niega argumentando que el presidente Gutiérrez había sido destituido por la
Convención y que el nombramiento no había sido ratificado por el Jefe Supremo de
Operaciones. Cabral regresa a Chihuahua y ordena la movilización de sus hombres
a Casas Grandes, de allí cruzan a Sonora por el Cañón de El Púlpito, llegando a
Cananea el 19 de febrero donde instalan su cuartel de operaciones bajo el mando
interino de Federico Morales, mientras Cabral regresaba a Nogales a insistir en
la entrega de la comandancia; sin embargo, la realidad era que ya se había
iniciado la guerra de facciones y como Maytorena se había aliado a Villa, es
hasta que este último autorizó, el 4 de marzo, es que se le entrega la
Comandancia Militar a Cabral.
A su regreso a Cananea, Cabral encontró que sus fuerzas
habían sufrido algunas deserciones y que los jefes subalternos estaban minados
por agentes maytorenistas, y decepcionado de esta conducta, dimitió el mando en
Morales y el día 10 de marzo de 1915 se fue a Estados Unidos. Otra versión dice
que no se le entregó el mando y que fue expulsado de Sonora por los
maytorenista. Como sea, por medio de un manifiesto explicó su conducta y la
mediación del Dr. Ramón Puente no fue suficiente para hacerlo desistir de su
propósito de abandonar la plaza e irse a Ray, Arizona, donde aún conservaba una
tienda que administraba la esposa de Pedro F. Bracamonte.
Desde finales de 1914 el ambiente político de Sonora
estaba muy alterado, debido a la lucha por el poder que sostenían Maytorena y
Plutarco E. Calles. Esta pelea que inicialmente se mantuvo en roces sin
trascendencia, finalmente se transformó en una abierta guerra civil después del
rompimiento de los convencionistas con Carranza. Al finalizar el año y al unirse
Maytorena a la causa que representaba el Gral. Villa, Sonora quedó bajo el
fuego cruzado de dos bandos. Esta situación se prolongó hasta agosto de 1915,
cuando las fuerzas callistas ganaron la batalla.
Por supuesto, las zonas mineras quedaron inmersas dentro de
este escenario de guerra y todas las empresas extranjeras localizadas en el norte
del estado operaron bajo condiciones adversas desde diciembre de 1914 hasta
octubre de 1915. Los enfrentamientos entre las facciones de Calles y Maytorena
dejaron como saldo, entre otras cosas, puentes quemados que interrumpían la
comunicación entre Cananea-Agua Prieta-Nacozari, lo que impedía el movimiento y
la exportación de metales hacia Estados Unidos y la entrada de mercancías,
provocando escasez de víveres en la región.
Las 4C en Cananea y la Moctezuma en Nacozari cerraron
operaciones en octubre de 1915 en medio de un abandono masivo de
estadounidenses y mexicanos. Esta situación fue la secuela de la incertidumbre
vivida durante todo el año. Cananea fue tomada por las fuerzas de Villa, mientras
que Nacozari la ocupó Plutarco E. Calles quien tomó provisiones y el
ferrocarril. Otro problema que enfrentaban las empresas fue el pago de
impuestos, los derechos aduanales y los impuestos federales de ensaye de
metales lo pagaban por partida doble, pues cada facción revolucionaria les pasaba
la cuenta.
El 19 octubre de 1915 el presidente de Estados Unidos,
Woodrow Wilson, reconoció al de Carranza como gobierno de facto en México,
procediendo al intercambio de embajadores y prohibiendo la venta de armas a
fuerzas armadas contrarias al constitucionalismo, medida que enfureció a Villa
ya que era el principal afectado por esta medida. Además, Estados Unidos apoya
a los Carrancistas cuando en noviembre ataca Agua Prieta y Villa es derrotado. Por
ello planeó su represalia y decidió atacar Columbus el 9 de marzo de 1916. Uno
de sus asistentes, Arturo Ruiz Quintana, declararía en una entrevista que la
causa del ataque a Columbus era que el día 2 de enero de 1916 llegaron hasta el
carro “pullman” de Villa, parado en la estación de Chihuahua, los hermanos
Arturo y Samuel Ravel, dueños de la tienda “La Comercial” en Columbus. Le
ofrecieron a Villa venderle armas y pertrechos de los que andaba muy escasos.
Ellos pidieron 50,000 dólares. Villa contestó: No, treinta mil, y puso sobre la mesa un saco lleno de monedas de
oro, pero las armas nunca fueron entregadas y estos provocaría el enojo de
Villa. Igual, todos estos elementos juntos habrían motivado la incursión de
Villa a Columbus.
Después del reconocimiento a Carranza, por parte de
Estados Unidos, Villa viaja a Sonora donde trata de tomar Agua Prieta, es derrotado
los primeros días de noviembre de 1915 y se repliega a Naco, donde permanece
unos días, después se traslada a Nogales dejando al Gral. José E. Rodríguez en Naco al mando de
sus hombres en la retaguardia. Villa en su viaje a Nogales, llega a Cananea,
arribaba sin avituallamientos para alimentar a su ejército y era menester
buscar la forma de mantenerlo en condiciones de ataque. Villa ordena al Col.
Jesús Beltrán que se presente en Cananea a conseguir pertrechos al mando de
unos 150 hombres. Beltrán se apronta en las 4C, la ocupa y exige al Gerente
General que les entregaran $25,000 dólares como impuesto por la producción de
la mina y otros suministros para la alimentación de sus hombres, incluyendo
ganado en pie de la Cananea Cattle Company. Días después, el Gral. José E. Rodríguez deja Naco y se
traslada a la estación en el entronque donde se junta la vía de Naco a Cananea
y de Cananea a Nogales (Villaverde). Rodríguez entraría a Cananea y llega al
Banco Mercantil de Cananea (Banco de Cananea) y exige que le entreguen $50,000
pesos plata del banco y $43,000 de las 4C, aunque no está claro si le fue entregado
lo que pedía.
Al triunfo de Venustiano Carranza sobre las facciones de
Villa y Orozco se disiparon los temores de las compañías mineras y se creó un
clima de estabilidad política, aplicando en todo el país una legislación para
activar la minería y con ello cancelar focos revolucionarios. Además buscó
gravar la producción minera y, lo más importante, recuperar el derecho del
Estado mexicano sobre los recursos del subsuelo. En este contexto, actuaron los
gobernantes sonorenses durante 1915–1918. Al proyecto carrancista se le
agregaron, de manera local, un conjunto de medidas que buscaban dar protección
a los trabajadores de las haciendas, pero principalmente a los que laboraban en
las empresas mineras.
Sin embargo, en Cananea surgirían nuevos problemas
después que a mediados de noviembre de 1915, los villistas dejan Cananea y
abandonan las instalaciones de la 4C, esta argumenta que habían sido dañadas y
que las pérdidas ocasionadas durante la ocupación villista ascendían a más de
230,000 dólares.
Posteriormente, a mediados de 1916, Estados Unidos
decreta un embargo de los envíos de explosivos a las mineras de Sonora,
argumentando que era utilizada por las facciones en pugna, considerándolos
artículos de guerra, lo que obligó al cierre de las empresas mineras de
Cananea, Nacozari y El Tigre, provocando que los empleados americanos
abandonaran estas poblaciones en forma generalizada, situación que se
resolvería hasta mediados de julio, fecha en que los americanos iniciaron el
retorno a sus áreas de trabajo, sin embargo, en Cananea se empezaron a dar
muestras de inconformidad contra los americanos, ya que esto coincide con el
licenciamiento del Ejército Constitucionalista en Sonora y solo en Fronteras,
Cuchuta y Nacozari se habían licenciado cuatro mil soldados de caballería y en
los próximos días, el mismo número de soldados serían licenciados en Cananea,
Magdalena y Hermosillo, lo que sin duda provocaría una gran demanda de empleo,
principalmente en los centros mineros más grandes, como Cananea y Nacozari,
lugares donde todavía eran empleados un gran número de americanos.
A la llegada de americanos el lunes 17 de julio, de
acuerdo a los refugiados, una turba de cananenses atacó el tren, tratando de
forzar su salida, pero las autoridades militares intervinieron y escoltaron a
los estadounidenses a zona segura. Los americanos empezaron a salir de Cananea
hacia Estados Unidos desde el 20 de julio en la noche, ya que los disturbios en
esta población habían escalado a tal grado que civiles habían saqueado la tienda
de la compañía Minera de Cananea en Puertecitos el martes 18 de julio por la
noche y que estaban sometiendo a los americanos a numerosas humillaciones, a
pesar de la protección militar, sin embargo, esto no fue generalizado y duró
muy pocos días.
Otro aspecto que se estaba sumando a toda esta
problemática que prevalecía en Sonora, pero particularmente en los grandes
minerales del norte del estado, era la devaluación que estaba sufriendo el peso
frente al dólar, ya que en 1915 el dólar se cotizaba a $11.16 y para mediados
de 1916 se había duplicado y se cotizaba a $23.83, lo que iba directamente
contra los bolsillos de los mexicanos, sobre todo en las poblaciones
fronterizas o cercanas a la frontera, como Cananea donde casi todo se cotizaba
en dólares.
A las contribuciones políticas y económicas de Carranza,
se suma también el inicio de la Primera Guerra Mundial, surgiendo un atractivo
mercado para el cobre, aumentando la demanda y subiendo el precio. Para agosto
de 1916, tanto Cananea como Nacozari vivían un auge en la producción de cobre,
obligando a las empresas mineras a operar a máxima capacidad.
Durante el periodo comprendido entre 1915 y 1918, Calles
y De la Huerta (Adolfo de la Huerta es nombrado el 28 de abril 1916 gobernador
interino de Sonora) impusieron en todo el estado de Sonora una doble política:
por una parte, exigían a las empresas, mediante decretos, el establecimiento de
un salario mínimo; la indemnización del trabajador por accidentes en el trabajo
y el reparto de utilidades. Por otro lado, se diseñaron mecanismos que
pretendían ejercer un control sobre los trabajadores. La medida institucional
más sobresaliente se dio durante el interinato de Adolfo de la Huerta en
octubre de 1916, al emitir el decreto número 71 para la creación de la Cámara
Obrera y, de esta forma, amortizar las relaciones entre las empresas y la clase
obrera, donde el gobierno de Sonora jugaba un papel mediador. La Cámara quedó
constituida el 1 de enero de 1917, con un delegado por cada mil obreros o
fracción mayor de 500; cinco de los diez obreros que integraron la mesa
directiva provenían de Cananea.
Para 1917 la violencia de la revolución se había alejado
de Sonora, y como ya se mencionó, Sonora entra en una etapa de cambios
políticos, sociales y económicos. Los personajes más sobresalientes de la
revolución en el estado empiezan a ocupar puestos políticos a nivel federal y
estatal.
El general Álvaro Obregón, quien se
había desempeñado en la primera etapa del gobierno de Carranza como Ministro de
Guerra y Marina, se sublevó al verse en desventaja en su lucha por la
candidatura oficial para las siguientes elecciones federales y mandó darle
muerte a Carranza el 21 de mayo de 1920, después que este apoya la candidatura
de Ignacio L. Bonillas. A la muerte de Carranza, Adolfo de la Huerta es
nombrado Presidente Provisional, quien entrega la presidencia a Álvaro Obregón
el 30 de noviembre de 1920.
Funerales
de Venustiano Carranza, rodeado de seguidores y cubierto con la bandera de
México.
Ya pasada la etapa revolucionaria en Sonora, y por
supuesto en Cananea, pocas cosas importantes habrían de ocurrir en Cananea que
no estuvieran ligadas a la minería, las minas y los mineros. A partir de esta
época, los temas sobre hechos sobresalientes, mineros o no, serán narrados de
manera particular, según sea el caso, de acuerdo a la información disponible.
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