sábado, 2 de mayo de 2015

CANANEA EN LLAMAS
Gustavo A. Moreno Martínez moremar@prodigy.net.mx
INTRODUCCION
Desde el inicio de la urbanización de la Cananea moderna que inició prácticamente con el Siglo XX, cuando fueron construidos una gran cantidad de casas y edificios, muchos de ellos de madera y otros de ladrillo con pisos y caballetes de madera para el techo, la ciudad ha sufrido un sinnúmero de incendios de todos tamaños por la facilidad con que arde la madera que además era muy común cubrirla, principalmente pisos, con aceite de deshecho para que duraran más y no la atacara la polilla. Además, el incipiente uso de la energía eléctrica, donde la introducción del cableado se hacía sin protección provocaba con mucha frecuencia cortos circuitos que fueron causa de muchos incendios a principios de siglo. De esta manera, una vez iniciado un incendio los edificios y casas eran fácilmente devoradas por las llamas, incendiándose las construcciones vecinas en muchos de los casos, sobre todo en el área comercial donde convivían edificios pared con pared, donde además, muchos de ellos servían como casas habitación en las segundas plantas o en los sótanos, con otro agravante, que coexistían comercios que vendían mercancías altamente inflamables como mueblerías, tiendas de ropa, zapaterías, teatros con butacas de madera y grandes cortinajes, películas de celuloide, etc.
En este escrito trataremos de documentar los grandes incendios ocurridos en las primeras cuatro décadas del Siglo XX, ya que, curiosamente, entre más reciente es la fecha del suceso (1930-1980) es más difícil documentar los eventos sucedidos en Cananea, ya que la mayor parte del material hemerográfico generado en la ciudad, o ha desaparecido, o se lo han llevado a la capital del estado donde duerme el sueño de los justos en bodegas y en el mejor de los casos tiene uno que trasladarse hasta allá para poder consultarlos en alguna biblioteca, ya que no han sido digitalizados, o si lo fueron, no se han puestos a disposición del público en general por internet, como sucede en otros estados y universidades del país y del mundo. A veces, con algo de suerte, puede uno acceder a periódicos antiguos gracias a la labor de coleccionistas privados e historiadores o aficionados a la historia. Por eso pues, nos centraremos en los incendios ocurridos en estas primeras décadas, posteriormente, de conseguir la información, seguiremos documentando los que tuvieron lugar en fechas posteriores.
Es posible que hubiesen ocurrido muchos incendios durante estas primeras décadas del Siglo XX, sin embargo, la gran mayoría de ellos no están documentados o la información se ha perdido o no está disponible. Muchas de ellos es probable que no quedaran documentados, ya sea por tratarse solo de alguna casa o edificio que careciese de importancia desde el punto de vista periodístico. Hay dos casos de incendios sucedidos con diferencia de unos cuantos días en 1921, de los cuales solo encontramos una pequeña nota en periódicos de la época, por lo que estos incendios no serán descritos. Así mismo, por la misma causa el incendio en la Mina Oversight tampoco será descrito. En la siguiente tabla se hace una relación de los incendios importantes, desde el punto de pérdidas humanas y materiales de los cuales al menos se mencionan en algún medio hemerográfico o bibliográfico.
Grandes incendios ocurridos en las primeras 4 décadas del Siglo XX.
LUGAR
UBICACION
FECHA
Maderería de la 4C
8va Este entre Av. Sinaloa y Av. Chihuahua
01/06/1906
Molino de Cepillado de la 4C
El Ronquillo dentro de la 4C
11/06/1907
Mina Oversight
Chivatera (Pueblos Minero)
13/06/1910
Caballerizas de Henry Woods
Sin datos (Cerca de Parque Juárez)
15/09/1910
Casi una manzana
Sin datos (El Ronquillo)
24/11/1921
72 casas
Sin datos (El Ronquillo)
01/12/1921
Cine Lírico
Av. Juárez entre Calles 2da y 3ra Oeste
24/05/1922
Casa de Fuerza de la Demócrata
La Demócrata
23/05/1922
Cine Royal y Banco de Cananea
Calle 3ra Oeste y Av. Juárez
24/05/1922
Buenavista
Campos Mineros
26/01/1927
La Bonanza
Av. Juárez entre Calle 4ta y 5ta Oeste
05/05/1937

Este documento está dedicado al H. Cuerpo de Bomberos de Cananea, como un homenaje adelantado a la fecha en que se festeja el Día del Bombero en México (22 de agosto), especialmente para los caídos en el cumplimiento de su deber; por la labor y servicio que han prestado a la ciudad por cerca de 115 años, siempre arriesgando sus vidas para salvar la de otros, incluyendo su patrimonio.
Departamento de bomberos al inicio del Siglo XX. 
MADERERIA DE LA MESA DE LA 4C
Durante la huelga de Cananea, los obreros, después de infructuosas negociaciones por la mañana y parte de la tarde con la Cananea Consolidated Copper Company (4C), el 1 de junio de 1906 a eso de las 3:00 de la tarde marcharon rumbo a La Mesa, cuando la manifestación de mineros llega a la maderería y George A. Metcalf después de su fallido intento por rechazar a los obreros con agua, dispara sobre la multitud matando a una persona, posteriormente es perseguido por la multitud, donde muere a pedradas y con piquetes de candelabros mineros puntiagudos, después de matar a otro obrero de un balazo; los obreros enfurecidos prenden fuego a la oficina de la maderería. William D. Metcalf armado se precipitó por las escaleras y tomando una de las callejuelas o pasillos, disparó varios tiros sobre la multitud, misma que lo persiguió, es alcanzado y lucharon con él y muriendo de un disparo.
Otro día, en la revisión de los escombros de la maderería, se encontraron los restos de tres cuerpos casi totalmente calcinados en una esquina de un edificio. Uno de los calcinados era Ed Howard originario de Santa Bárbara, CA., quien tenía un día trabajando en la maderería, los otros dos no pudieron ser identificados. Se calcula que en este enfrentamiento murieron al menos 13 personas, incluyendo a los 3 calcinados y un número indeterminado de heridos entre mexicanos y americanos.

Maderería en llamas la tarde del 1 de junio de 1906.
Ruinas de la maderería 2 de junio de 1906.
(Arizona Historical Society. Tomada de:Sonnichsen, C. L.)
ALMACEN EN EL RONQUILLO DE LA 4C
El martes 11 de junio de 1907, alrededor de la 8:00 p.m. suenan las alarmas de incendio en Cananea, el fuego había iniciado dentro de las instalaciones de la Cananea Consolidated Copper Company (4C), en una parte de la maderería de El Ronquillo localizada al sur de la fundición, específicamente en el antiguo edificio donde estaba el área de cepillado de madera cuyo equipo había sido trasladado a otras instalaciones y temporalmente se usaba como almacén de mercancías y área de embalaje de muebles de la tienda de raya.
Almacén General y área quemada (Foto de 1902, Tomada de: Sosa Ballesteros, 2003).
Oficina de Ensayes quemada (Foto de 1902, Tomada de: Sosa Ballesteros, 2003). 
Los bomberos de El Ronquillo inmediatamente se presentaron cuando se dio la primera alarma, pero cuando sonó la segunda alarma los bomberos de El Pueblo, La Mesa y Chivatera corrieron hacia la zona del incendio. Todos los habitantes de los Campos Mineros y de Cananea: mexicanos y americanos; hombres, mujeres y niños formaban una gran multitud que se apresuró hacia ese sector de la ciudad y todo el mundo se aproximó a los edificios ardiendo como si fueran polillas que se acercan a la luz. Todos querían ver el fuego tan cerca como fuera posible. En media hora una masa sólida de gente se extendía desde el área del incendio hasta La Mesa por la Av. Juárez.
Los departamentos de bomberos de El Ronquillo y La Mesa fueron lo que iniciaron rápidamente el rociado del agua sobre fuego, pero un aumento en el viento hizo que el fuego se propagara al almacén general donde había aceites, papel y una gran cantidad de materiales flamables que hicieron que a pesar de la rápida respuesta de los bomberos de las distintas áreas de la ciudad, en pocos minutos el fuego se extendió al taller de maquinaria, oficina de ensayes, oficina de teléfono y otros edificios menores y las llamas alcanzaron más de 30 m de altura y se iluminaron las colinas de alrededor con un resplandor rojizo. Era uno de esos incendios muy espectaculares jamás vistos en Cananea y cualquiera que esté familiarizado con la zona de El Ronquillo de Cananea puede apreciar lo grande que era la multitud que se congregó en la Av. Juárez en ese sector de la ciudad. Por un momento se pensó que todas las instalaciones de la empresa en esa zona estaban en riesgo, ya que de repente se da la alarma de que había dinamita y otros explosivos en el almacén general, formándose una estampida entre los mirones más cercanos al quererse poner fuera del alcance de una posible explosión, sin embargo, la explosión no ocurre y esto no tuvo mayores consecuencias.
Los bomberos de Chivatera, La Mesa y El Ronquillo hicieron un excelente trabajo, de no ser por ellos y decenas de mexicanos que les ayudaron, por cuya intrepidez en el combate del fuego, les granjeó gran admiración general, ya que es probable que el fuego hubiese arrasado con otras áreas de no ser por esta ayuda. Así mismo, se aumentó la presión del agua, se duplicaron esfuerzos y así se evitó la propagación de las llamas a la oficina del Superintendente de Minas Kirk en el norte y hacia el antiguo edificio del restaurante Davis en el este del incendio, aunque este último al parecer si tuvo daños menores. Los soldados estuvieron vigilando de cerca la evolución del fuego. Las llamas ardieron por todos lados hasta la medianoche en que el fuego fue controlado.
Hacia el final del incendio los hombres trabajaban bajo un ambiente muy caliente con llamas abrasadoras. Uno de los mayores inconvenientes bajo los que tuvieron que trabajar los bomberos, era la caída de cables con corriente eléctrica, sin embargo, el servicio de luz en la ciudad se mantuvo sin interrupción.
El Dr. Ricketts, superintendente de la 4C, al día siguiente declaró que las pérdidas ascendían conservadoramente a $150,000 dólares y que serían casi totalmente cubiertas por el seguro. Ninguna de las áreas operativas salió afectada y trabajaban normalmente, solo estaban afectadas las áreas de almacén, donde todo el inventario se había perdido y ya se trabaja en la solicitudes de compra con entrega urgente para reponerlos. Todos los archivos y documentos de importancia correspondiente a estas áreas lograron ser salvados. El teléfono solo estuvo suspendido por muy poco tiempo y se esperaba que todas las áreas estuvieran regularizadas en pocos días, ya que inclusive la mayor parte de la maquinaria del taller había logrado salvarse, y lo mejor de todo, a pesar de lo aparatoso del incendio, es que no hubo pérdidas humanas. El origen del incendio no se supo pero creían que había sido producto de un corto circuito, provocado por las ratas que roían el forro de los cables eléctricos que aún no era de plástico como en tiempo posteriores, ni se usaba proteger los cables con algún tipo de ducto.
CABALLERIZA DE HENRY WOODS
Durante el festejo del centenario de la Independencia de México que se celebraba por todo lo alto en Cananea el viernes 15 de septiembre de 1910 y que había empezado desde temprano en el mineral, a eso de las 11:00 p.m. durante la quema de los fuegos pirotécnicos, un cohete cayó en la gran caballeriza y granero propiedad de Henry Woods, aunque no se menciona la ubicación suponemos que se encontraba cerca de la Plaza Juárez.
En el establo había 25 caballos que lograron salvarse todos, mientras que en el granero había muchas toneladas de heno y alimento para los animales, una gran cantidad de arneses y una serie de carros, carruajes y calesas, además de un coche fúnebre con valor de $ 2,000 dólares, quedando todo consumido por las llamas.
La estructura era de madera con dos plantas y se quemó con asombrosa rapidez. Era propiedad de Marion Williams quien la rentaba a Woods y tenía un valor de $1,500 dólares. Woods se encontraba en Bisbee al momento del incendio y cuando fue notificado de su desgracia casi se derrumba, ya que sus pérdidas se estimaban en unos $6,000 dólares. Afortunadamente no se reportaron desgracias personales.
CASA DE FUERZA DE LA DEMOCRATA
La Demócrata formaba parte de los Campos o Pueblos Mineros localizados al oeste de Cananea, al igual que todos estos pueblos, fue fundada a principios del Siglo XX por unos alemanes, después pasaría a manos de William C. Greene (4C), quien posteriormente la vende a la Demócrata Mining Company. Se localizaba a unos dos kilómetros del centro de Cananea y era un pequeño barrio localizado a un costado del camino que bordeaba rumbo a Buenavista. Inicialmente las casas estuvieron ocupados por empleados americanos, posteriormente fueron ocupadas por operarios mexicanos de las minas y concentradora. En este Campo Minero estaba instalada una planta de generación de energía eléctrica a la que se denominaba Casa de Fuerza, con la que se abastecía de electricidad las necesidades de la empresa.
Mina La Demócrata en 1905. (Tomada de: Sosa Ballesteros, 2003)
Este incendio inició el martes 23 de mayo de 1922 por la tarde, en la casa de un mexicano que estaba muy cerca de la Casa de Fuerza y las llamas se propagaron hacia los edificios de la planta de suministro de energía y al almacén de la Demócrata Mining Company. El fuego que se inició en la mencionada casa, se extendió con tal rapidez que el departamento de bomberos voluntarios fue incapaz de combatir el fuego con el inadecuado equipo que tenían. Ambos edificios fueron casi totalmente destruidos, con una pérdida de alrededor de $ 250.000 dólares.
La Demócrata Mining Company era una de las inversiones más cuantiosas en el distrito de Cananea (después de la 4C) y era propiedad de un grupo de capitalistas de Cincinnati, Ohio, de los cuales Eugene Hoffman era el mayor accionista. Un día antes del incendio, Hoffman había llegado a Bisbee desde Indianápolis, Indiana, y a la mañana siguiente siguió para Cananea para una inspección a la mina. Hoffman estaba cenando en la casa de Harry McKay, gerente de la Demócrata, cuando la alarma empezó a sonar, corrieron al exterior tratando de ver donde era el incendio y ambos inmediatamente descubrieron que el fuego estaba en los edificios de la Demócrata. Inmediatamente se unieron a otros en un intento por poner las llamas bajo control, pero la falta de equipo adecuado impidió que este pudiera ser controlado a tiempo. Un dato peculiar, por decirlo de alguna forma, fue que el incendio ocurrió sólo alrededor de una hora después de la llegada a Cananea de Hoffman, quien murió en el intento de controlar el incendio de las instalaciones de la minera.
TEATRO LIRICO
Una de la primeras salas para la exhibición de películas mudas en Cananea fue el Teatro Lírico (Aunque se denominaba teatro, solo funcionaba como cine). Estaba localizado en El Ronquillo, al lado este de donde hasta hace algunos lustros estaba ubicada la mueblería La Francesa, a la mitad de la acera sur de la Av. Juárez entre 2da y 3ra Oeste, en el mero corazón comercial de la ciudad. El teatro estaba construido de madera en su mayor parte y ladrillo en el frente. Abrió sus puertas al público el 26 de mayo de 1916, perteneciendo al Circuito del Pacífico propiedad de los griegos Juan Panas y Enrique Azcona, y en Cananea era administrado por Jim Marineso.
El teatro, en este lugar, terminó sus días el miércoles 24 de mayo de 1922 cuando a eso de la 11:00 p.m. se incendió y aunque no se supo cuál fue la causa del incendio, es probable que haya sido un corto circuito en el cableado eléctrico, solo se supo que comenzó en la parte trasera del teatro. Los miembros del cuerpo de bomberos voluntarios y cientos de residentes acudieron al lugar del incendio cuando sonó la alarma. Donald Marshall, jefe de electricistas de la Cananea Consolidated Copper Company, y cuatro mexicanos fueron de los primeros en llegar al edificio, atrás llegarían George Cumberpatch jefe del departamento de bomberos de Cananea y varios ayudantes.
Las llamas ya habían invadido gran parte del edificio y bloqueaban el acceso al interior del edificio. Marshall y 4 mexicanos que lo ayudaban, trataban de romper la puerta principal del teatro para introducir las mangueras para combatir las llamas cuando una gran cantidad de películas y negativos de fotos estallaron (Las películas eran rollos de celuloide enlatadas. El celuloide es el nombre comercial de un material plástico de nitrato de celulosa altamente inflamable). La explosión enterró todo el frente del teatro hasta la calle, Marshall y los 4 mexicanos no tuvieron ninguna posibilidad de escapar. Con un estruendo la pared cayó sobre ellos, dejándolos bajo un montón de ladrillos y escombros. Varios bomberos voluntarios de inmediato se dieron a la tarea de buscarlos bajo los escombros, pero sus esfuerzos fueron infructuosos. Los cinco hombres murieron instantáneamente y sus cuerpos no pudieron ser recuperados hasta que el incendio estuvo bajo control, ya que el intenso calor no permitía permanecer en el sitio.
 
Películas de celuloide enlatadas.
La parte de la pared que se derrumbó golpeó a Cumberpatch y violentamente lo arrojó al suelo rompiéndole un brazo y causándole severos hematomas. Los ladrillos y trozos de mortero fueron lanzados más de 15 metros por la explosión de las películas y un camión de bomberos estacionado cerca del teatro recibió una lluvia de ladrillos y escombros dejándolo muy dañado. Un americano que estaba parado cerca del camión, de puro milagro no salió lastimado, porque varios mexicanos que también estaban cerca, no corrieron con la misma suerte y salieron muy golpeados y magullados por la lluvia de proyectiles.
La explosión esparció el fuego a los edificios colindantes y durante seis horas, ya que el incendio pudo ser controlado hasta las cinco de la mañana del siguiente día, voluntarios lucharon contra lo que parecía ser un resplandor que destruiría toda la zona comercial de la Ciudad. Al amanecer, se encontró que seis edificios estaban reducidos a cenizas o con las paredes derrumbadas. Cuando finalmente el fuego pudo ser controlado muchos hombres y niños que habían estado luchando contra las llamas, agotados se derrumbaron en la acera y en la calle. Un funcionario de la ciudad que desde el inicio del fuego se instaló en una cantina cercana a la escena del fuego, llenaba sus bolsillos con botellas, durante toda la noche caminó entre los bomberos y voluntarios, entregando agua y otros hidratantes para los que parecían estar a punto del agotamiento.
La mayoría de los edificios comerciales que se quemaron no tenían seguro y los que tenían era de muy bajo nivel. La estimación de las pérdidas se calculó en un monto de $200,000 dólares, que para muchos era una cifra conservadora, ya que las pérdidas en uno solo de los edificios que se quemaron, propiedad de un comerciante chino, se calculaban en unos $50,000 dólares.
En el incendio, además de Donald Marshall, mueren Candelario Zúñiga “El Bato”, Antonio Yépiz, otro de apellido Rosas y un cuarto cuyo nombre no fue posible encontrar.
Marshall había sido residente de Cananea durante varios años y a su muerte deja a la viuda y varios hijos. Los preparativos para su traslado a Bisbee se hicieron en la agencia funeraria Hennessy-Allison Undertaking Company de esta ciudad, para llevar el cuerpo a Naco. Se decía que Marshall había nacido en Inglaterra y se informó que los funcionarios de la 4C se habían ofrecido enviar el cuerpo a Inglaterra, pero la señora Marshall dijo que su esposo había expresado el deseo de que se le enterrase en los Estados Unidos, por lo que su viuda, de Naco llevó el cuerpo a Douglas donde los servicios funerarios se celebrarían la tarde del domingo 28 de mayo a las 02:30 p.m., bajo los auspicios de la logia masónica de Douglas.
A. G. McGregor, Presidente de la Cámara de Comercio de Bisbee, la noche del sábado 27 de mayo envió un telegrama a Ramón González, Presidente Municipal de Cananea, que decía:
"Cananea tiene la simpatía de todos los residentes del Distrito de Warren por la pérdida de vidas y de propiedades de los desastrosos incendios. Bisbee está dispuesto a ayudar a su vecina ciudad de cualquier manera posible. Por favor avise si hay algo que podamos hacer."
A lo que el Presidente Municipal respondió:
"Agradezco las condolencias con respecto al incendio que se produjo en la noche del 24 de mayo donde cuatro mexicanos murieron mientras prestaban sus servicios en la lucha contra el fuego. Estaban sin trabajo y dejan familias que necesitan ayuda. Si desean ayudarles, se lo agradezco."
Rápidamente en Bisbee, a través de la Cámara de Comercio se juntaron $100 dólares para ayudar a los familiares de los cuatro mexicanos muertos en el incendio, mismos que hicieron llegar a Ramón González, Presidente Municipal de Cananea, para que fueron entregados a los deudos.
El Teatro Lírico después del incendio no volvió a ser reconstruido en el mismo lugar, temporalmente fue instalado en la Av. Obregón y 3ra Este, y se le denominaba Teatro Liriquito; posteriormente fue trasladado a la acera norte de la Av. Sonora entre 2da y 3ra Este. No se sabe en qué fechas se hicieron estos cambios, ni cuando dejó de operar definitivamente, pero en septiembre de 1942 todavía estaba funcionando.
Corrido que se compuso el 7 de julio de 1922 con motivo del incendio del Teatro Lírico, el autor es Alberto “El Sibori” Fernández.
Teatro Lírico en la Av. Sonora entre 2da y 3ra Este, donde terminó definitivamente de funcionar probablemente a mediados del Siglo XX (Tomada de: Sosa Ballesteros, 2003).
TEATRO ROYAL Y BANCO DE CANANEA
El Teatro Royal de El Ronquillo se localizaba en la acera poniente de la Calle 3ra Oeste, entre Av. Juárez y Callejón Hidalgo, en lo que ahora es el estacionamiento de Bancomer (antes Banco de Cananea). Este teatro fue construido probablemente en 1910 para la presentación de obras teatrales y originalmente se llamaba Teatro Cananea, y al menos hasta octubre de 1912 todavía se anunciaba con este nombre, después se le cambió el nombre a Teatro Sonora y finalmente se le denomina Teatro Royal. No se sabe en qué fecha se hicieron los cambios, pero Sosa Ballesteros dice que el Teatro Royal se fundó en 1922, aunque es probable que sea el año en que toma su nombre final e inicia también como cine.
El Teatro Royal, junto con el Teatro Lírico, fue uno de las instalaciones formales más antiguas de Cananea para ver películas mudas. Era una construcción totalmente de madera revestida con cemento y había sido construido por unos americanos. Al igual que el Teatro Royal de Buenavista, al parecer que pertenecía a la Royal Ausement Co. propiedad de los griegos Panas y Demos. Dicen la crónicas que era muy elegante con grandes espejos en la entrada, los asientos de galería tenían respaldos y luneta estaba elegantemente adornado. Como las películas que se exhibían eran mudas, estas eran ambientadas por una pianola que tocaba Guillermina Luna y diariamente se ofrecían dos funciones: de 1:30 a 5:00 p.m. y la segunda de 6:00 a 11:00 p.m. Y para el anecdotario, la última película que se proyectó en este cine fue La Caída de Troya cuya trama trata sobre el incendio realizado por los soldados de Agamenón una vez tomada la legendaria ciudad que describe Homero en La Ilíada. Se dice también, que ya para ese entonces, afuera del cine, había una persona de ascendencia griega que vendía palomitas de maíz a los cinéfilos.
 
Teatro Royal probablemente alrededor de 1922.
Dicen la crónicas que después de terminada la función del lunes 20 de abril de 1925, después de las 11:00 p.m. inició un incendio en Cananea, cuyo origen no está muy claro, ya que hay varias teorías que narran el posible lugar de inicio del incendio. Una fuente dice que inició en una planchaduría de chinos que era de madera y que por eso el fuego se extendió rápidamente. Basilio Hage aventura dos teorías: 1) Que inició en la planta alta del antiguo Banco de Cananea en donde tenía el consultorio el Dr. Lapsley y 2) Se rumoraba que inició en el teatro, ya que sus dueños se encontraban en quiebra al haber invertido mucho dinero en equiparlo lujosamente y decidieron quemarlo para cobrar el seguro. En lo que coinciden las fuentes es acerca de la zona donde inicia el incendio: las inmediaciones del Teatro Royal y del Banco de Cananea.
Otro factor que ayudaría a la rápida propagación del fuego, fue que en esos días había en la región una inestabilidad atmosférica y en la zona había vientos muy fuertes que hicieron imposible el control del incendio. Sosa Ballesteros, sin decir donde inicia el incendio, comenta que el Dr. Lapsley tenía en su consultorio una bala de cañón que al estallar hace que el incendio se propague hacia Cananea Vieja. Sin embargo, todo parece indicar que el factor viento fue la principal causa de la propagación del incendio, de acuerdo a las crónicas de los periódicos de la época, mismos que no mencionan la explosión de la bala.
El incendio empezó a ser combatido por el departamento de bomberos de Compañía Minera, creyéndose que sería extinguido rápidamente, aprestándose también, para combatirlo, una gran cantidad de los habitantes de Cananea, encabezados por los bomberos. Para esto, varios edificios de la misma manzana ya estaban ardiendo y al brincar las llamas el bordo de las vías del ferrocarril por la acción del viento, se propaga el incendio hasta la Calle Primera y Av. Obregón en la zona del Tanque Negro. El periódico Hispano América de San Francisco, Cal. menciona que las instalaciones de la Estación del Ferrocarril Sud-Pacífico y la mayor parte de los almacenes de la zona industrial sufrieron serios daños, lo que indica que las llamas brincaron hasta la zona de la estación, probablemente sin dañar la zona intermedia entre la Calle Primera y la Calle 8va Este, aunque es extraño por la distancia de más de un kilómetro que existe entre el Tanque Negro y la estación del ferrocarril.
El periódico El Tucsonense describiendo la situación que sufría la gente el martes 21 de abril, narraba:
“Para la tarde del martes, hora en que empezaba a caer también una lluvia insignificante en aquel mineral después de haber soplado un huracán por cerca de dos días, más de 200 familias estaban acampadas, muchas de ellas con pequeñitos infantes, a la inclemencia del tiempo en los cerros, habiendo huido del incendio que como mancha de aceite, propagada por el huracán, se comunicaba de un punto a otro por medio de los grandes chisporroteos provenientes de los lugares incendiados.”
Finalmente el incendio logra ser controlado hasta otro día con la ayuda de los bomberos locales, los de Naco y una gran cantidad de habitantes de la ciudad. Como un panorama dantesco se describía que se quemó toda la manzana de la Av. Juárez entre las Calles 3ra y 4ta Oeste, que gran parte de Cananea Vieja eran montón de ruinas, quemándose también la ladera de la cuesta de Greene hasta el Tanque Negro.
En el aspecto de desgracias humanas, murieron un total de 4 personas, entre ellos un hombre, una mujer y un niño mexicanos, además de un comerciante chino; y hubo 40 heridos. En lo material, entre los edificios quemados estaban el Teatro Royal y el Banco de Cananea; unas 17 tiendas de mayoreo y menudeo; 230 casas en su mayoría de Cananea Vieja; daños a la estación del ferrocarril y algunos almacenes de la compañía minera en esa misma zona de la estación. En lo económico, las pérdidas se estimaron en más de un millón de dólares.
Manzana quemada entre 3ra y 4ta Oeste. A la derecha se observa el Teatro Royal y el Banco de Cananea, (Tomada de: Sosa Ballesteros, 2012).
Cerca de 2000 personas fueron alojadas en casas particulares, iglesias, escuelas, edificios públicos, instalaciones de la 4C y de la Demócrata Mining Company. Las Cámaras de Comercio de todo Sonora, estuvieron también trabajando activamente para el envío inmediato de elementos para ayudar a los damnificados. La Casa Obregón de Navojoa envió una buena cantidad de implementos para auxiliar a Cananea. La Cruz Roja de Cananea y la Cruz Roja de Bisbee estuvieron trabajando arduamente proporcionando auxilio a los damnificados.
El Presidente de la República Plutarco Elías Calles giró instrucciones para que de forma inmediata se pusiera a disposición de la Comisión de Auxilio formada por el Gobierno del Estado la suma de $150,000 pesos, además de los auxilios que se estaban impartiendo por la Comisión de Auxilio Local, para aliviar la situación de las víctimas. El Gobierno Federal también estuvo distribuyendo pases para que cambiasen de residencia los que quisieran, pues había familias que se encontraban en Cananea provenientes de otros lugares, sin que el jefe de familia tuviera empleo fijo en ese momento y su casa se había quemado.
 En esta foto de antes de 1925 se observa el Banco de Cananea y el Teatro Royal a su izquierda, en su estado original antes del incendio.
En esta otra foto de alrededor de 1928 se observa como el Banco de Cananea fue remodelado después del incendio, quitándole la planta alta, además se observa que el Teatro Royal ya no está, fue demolido y nunca se volvió a construir.
BUENVISTA (EL PUEBLO)
El Campo Minero de Buenavista, Pueblo Viejo o El Pueblo como coloquialmente se le nombraba, formaba parte de los 11 campos mineros, conocidos también como Pueblos Mineros, entre los que se encontraban La Chivatera, La Campana, La Veta, La Demócrata, Puertecitos, etc. que distaban unos de otros centenas de metros y fueron fundados, casi todos, a principios del Siglo XX por William C. Greene, como dueño de casi todas las minas que se explotaban hacia la primera década de 1900. Estos Pueblos Mineros nacen como una necesidad de tener cerca de las minas a la mayoría de los trabajadores para tener un mejor control y “aprovechamiento” sobre sus tiempos.
Buenavista se localizaba (hoy día todos estos pueblos mineros han desaparecido) a poco más de tres kilómetros al oeste del centro de Cananea, siendo el más grande de todos estos pueblos. Se ubicaba sobre un lomerío ubicado en las estribaciones de la Sierra de Cananea a donde acudían gentes de los demás en busca de todo tipo de servicios, ya que aquí era donde existían las tiendas más grandes de la zona, había cine, iglesia, registro civil, cuerpo de bomberos, policía, cárcel, escuela, clubes sociales e instalaciones deportivas. Dice Jesús Morales que estaba formada por 25 manzanas bien alineadas a pesar de que estaban en terreno irregular, donde la mayor parte de las casas estaban construidas de madera.
Población de Buenavista o Pueblo Nuevo.
No fue posible localizar información acerca de la hora, lugar y causas, pero el 26 de enero de 1927 en Buenavista inicia un incendio en el que se quemaron más de 50 casas de los trabajadores, en el que solo evitó que se incendiara la población entera, el hecho de que no soplaba viento que hubiera propagado el fuego. Por suerte, no hubo ningún tipo de desgracias personales, salvo las pérdidas materiales. Además de las casas, durante este incendio también se quemó el Cine Minero que al parecer operaba, al menos, desde 1922. La gente para huir de las llamas se refugió en el cerro pelón de color rojo que se localiza al noroeste de donde se encontraba Buenavista.
Av. Madero en Buenavista consumida por el fuego, Enero de 1927.
(Foto Bertha Aranda de Mange. Tomada de Sosa Ballesteros, 2003)
LA BONANZA
Dado que existe muy poca información bibliográfica y hemerográfica sobre este incendio, su descripción será esencialmente el relato que hace Don Basilio Hage Almada en su libro Mi Anecdotario, donde relata sus vivencias personales durante este incendio que le tocó presenciar a la edad de 9 años, hecho que lo deja marcado para siempre, al ser su familia una de las más afectadas moral y económicamente por la pérdida de su patrimonio. La información será complementada con la escasa información que muestran los diarios de la época.
Dice Don Basilio que después de la celebración de las fiestas del 5 de mayo de 1937, como a las 11:00 p.m. empezaron a sonar las alarmas de incendio y que por el número de pitazos en Cananea se sabía en qué sector de la ciudad se localizaba. El incendio había iniciado en el sótano de la Tienda de ropa “La Bonanza”, localizada en la acera sur de la Av. Juárez entre 4ta y 5ta Oeste, propiedad de Pedro R. Méndez, situada a unos 50 metros de la esquina de la 4ta Oeste. En ese sótano, dice, guardaban pacas de zacate y que los pisos de la tienda eran de madera cubiertos con aceite de deshecho de los motores de los carros.
Zona del incendio del 5 de mayo de 1937 (Foto de 1906).
El incendió se extendió rápidamente, primero se dirigió hacia el oeste quemando varios edificios, entre los que se encontraba el estudio fotográfico de Arturo L. Díaz, la tienda de Francisco Zaragoza, el comercio y vivienda de la familia de Fermín Zumuano conocida como “La Casa Colorada”, la oficina del Tenedor de Libros Eduardo “Sordo” Castillo y parte de la tienda de Francisco Concolino. De improviso el viento cambió de dirección y sopló hacia el oriente ardiendo la colchonería “Sonora” donde trabajaban los Sallard y la Fonda “El Mexicano” que se encontraba atrás de la colchonería; la tienda de abarrotes “El Pavo” de Ángel Salazar y Odilón Araujo, la fábrica de zapatos “La Mexicana” propiedad de Dolores Romero, posteriormente empezó a quemarse la mueblería “El Progreso” de un señor Goldsmith de Nogales, AZ y administrada por Daniel Torres Millán, mientras que los propietarios de este edificio eran Carlos y Salvador Jury, tíos de Don Basilio, quienes también vivían en Nogales, AZ.
Finalmente el incendio se extiende hasta la Calle 4ta Oeste y Av. Juárez, y empiezan a quemarse las propiedades de la Familia Hage Almada, primero la antigua vivienda en cuya planta baja estuvo la primera tienda de la familia y que ocasionalmente funcionaba como almacén, y finalmente, la vecina Ferretería denominada Torre Eiffel junto con la casa habitación que se localizaba en la segunda planta del comercio.
En la acera norte de la Av. Juárez, sobre la elevación donde actualmente se ubica la Colonia Correo Viejo, sobre unos antiguos cimientos, se congregaron una gran cantidad de observadores, en cuyos rostros, dice Don Basilio, se reflejaba el resplandor del fuego y embobados algunos sonreían, mientras que otros platicaban mirando el incendio. Por supuesto, nunca faltan las gentes que quieran aprovecharse de estos momentos de confusión, y arriesgando sus vidas, se presentaron algunos saqueadores que robaron algunas de las pertenencias de la Familia Hage.
De acuerdo a las crónicas las pérdidas fueron cuantiosas, pero decían que fácilmente hubieran sido mucho mayores si ese día hubiera soplado el viento como cuando se incendió la cuadra comercial donde fue remodelado el Banco de Cananea, S. A. en el año de 1925.
Ruinas de la casa de la Fam. Hage Almada después del incendio. El Divino Rostro fue una las varias cosas que fueron saqueadas de la casa de la familia.
Zona quemada entre el 5 y 6 de mayo de 1937.
BIBLIOGRAFIA
Hage Almada, Basilio.- Mi Anecdotario, Cananea de Mis Recuerdos. Edición personal. Cananea, Son. 2002.
Hage Almada, Basilio.- La Escuela de Mi Vida. Memorias. 2011.
Madero Villegas, Martha P. y Arellano Rendón, Gaspar. Cronología Histórica de los Medios de Comunicación en Cananea, Sonora (prensa, cine, radio y televisión). Tesis para obtener la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Universidad de Sonora. Hermosillo, Son. 1996.
Morales Tapia, Jesús.- Los Campos Mineros de Cananea. Editado por Compañía Minera de Cananea, S.A. 1ra. Edición. México 1985.
Sosa Ballesteros, Julio.- La Cananea, La Ciudad del Cobre. Tomo II. 2003.
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El Tucsonense, Abril 23, 1925
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El Tucsonense, Enero 29, 1927.
El Intruso, Mayo 7, 1937.

El Tucsonense, Mayo 11, 1937

4 comentarios:

  1. GREAT nO ENTIENDO COMO ESTO NO TIENE COMENTARIOS...DEBERIA TENER MAS DE 100 ...LA GENTE ES FLOJA, NO LE GUSTA LEER.

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  2. GREAT nO ENTIENDO COMO ESTO NO TIENE COMENTARIOS...DEBERIA TENER MAS DE 100 ...LA GENTE ES FLOJA, NO LE GUSTA LEER.

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  3. Excelente informacion, soy de ahi y no la conocia, gracias excelente trabajo

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  4. Que orgullo que mi bisabuelo don Alberto Fernández "El Sibori" sea el autor de ese corrido sobre el incendio del teatro lírico. Comentaré con mis tías abuelas sobre esto, no se si sea de su conocimiento. Me llena de honor este hombre, aunque no tuve el gusto de conocerlo. Me encataría que alguno de los que conoció su vida y trayectoría le dedicara algunas lineas para conocer más de mi bisabuelo que creo que es digno de ello, y todo un ícono para Cananea. Personalmente lo poco que conozco de él fue a través de mis tías abuelas (sus hijas) y de mis tíos. Este blog debería ser de Cananea para el mundo, y es curioso como llegué, venía buscando la historia del tanque negro y miren, me encuentro con una joya de mi bisabelo "El Sibori."

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