CANANEA
EN LLAMAS
INTRODUCCION
Desde el inicio de la
urbanización de la Cananea moderna que inició prácticamente con el Siglo XX,
cuando fueron construidos una gran cantidad de casas y edificios, muchos de
ellos de madera y otros de ladrillo con pisos y caballetes de madera para el
techo, la ciudad ha sufrido un sinnúmero de incendios de todos tamaños por la
facilidad con que arde la madera que además era muy común cubrirla,
principalmente pisos, con aceite de deshecho para que duraran más y no la
atacara la polilla. Además, el incipiente uso de la energía eléctrica, donde la
introducción del cableado se hacía sin protección provocaba con mucha
frecuencia cortos circuitos que fueron causa de muchos incendios a principios
de siglo. De esta manera, una vez iniciado un incendio los edificios y casas
eran fácilmente devoradas por las llamas, incendiándose las construcciones
vecinas en muchos de los casos, sobre todo en el área comercial donde convivían
edificios pared con pared, donde además, muchos de ellos servían como casas
habitación en las segundas plantas o en los sótanos, con otro agravante, que
coexistían comercios que vendían mercancías altamente inflamables como
mueblerías, tiendas de ropa, zapaterías, teatros con butacas de madera y
grandes cortinajes, películas de celuloide, etc.
En este escrito
trataremos de documentar los grandes incendios ocurridos en las primeras cuatro
décadas del Siglo XX, ya que, curiosamente, entre más reciente es la fecha del suceso
(1930-1980) es más difícil documentar los eventos sucedidos en Cananea, ya que
la mayor parte del material hemerográfico generado en la ciudad, o ha
desaparecido, o se lo han llevado a la capital del estado donde duerme el sueño
de los justos en bodegas y en el mejor de los casos tiene uno que trasladarse
hasta allá para poder consultarlos en alguna biblioteca, ya que no han sido
digitalizados, o si lo fueron, no se han puestos a disposición del público en
general por internet, como sucede en otros estados y universidades del país y
del mundo. A veces, con algo de suerte, puede uno acceder a periódicos antiguos
gracias a la labor de coleccionistas privados e historiadores o aficionados a
la historia. Por eso pues, nos centraremos en los incendios ocurridos en estas
primeras décadas, posteriormente, de conseguir la información, seguiremos
documentando los que tuvieron lugar en fechas posteriores.
Es posible que
hubiesen ocurrido muchos incendios durante estas primeras décadas del Siglo XX,
sin embargo, la gran mayoría de ellos no están documentados o la información se
ha perdido o no está disponible. Muchas de ellos es probable que no quedaran
documentados, ya sea por tratarse solo de alguna casa o edificio que careciese de
importancia desde el punto de vista periodístico. Hay dos casos de incendios
sucedidos con diferencia de unos cuantos días en 1921, de los cuales solo
encontramos una pequeña nota en periódicos de la época, por lo que estos
incendios no serán descritos. Así mismo, por la misma causa el incendio en la
Mina Oversight tampoco será descrito. En la siguiente tabla se hace una
relación de los incendios importantes, desde el punto de pérdidas humanas y
materiales de los cuales al menos se mencionan en algún medio hemerográfico o
bibliográfico.
Grandes
incendios ocurridos en las primeras 4 décadas del Siglo XX.
LUGAR
|
UBICACION
|
FECHA
|
Maderería
de la 4C
|
8va
Este entre Av. Sinaloa y Av. Chihuahua
|
01/06/1906
|
Molino
de Cepillado de la 4C
|
El
Ronquillo dentro de la 4C
|
11/06/1907
|
Mina
Oversight
|
Chivatera
(Pueblos Minero)
|
13/06/1910
|
Caballerizas
de Henry Woods
|
Sin
datos (Cerca de Parque Juárez)
|
15/09/1910
|
Casi
una manzana
|
Sin
datos (El Ronquillo)
|
24/11/1921
|
72
casas
|
Sin
datos (El Ronquillo)
|
01/12/1921
|
Cine
Lírico
|
Av.
Juárez entre Calles 2da y 3ra Oeste
|
24/05/1922
|
Casa
de Fuerza de la Demócrata
|
La
Demócrata
|
23/05/1922
|
Cine
Royal y Banco de Cananea
|
Calle
3ra Oeste y Av. Juárez
|
24/05/1922
|
Buenavista
|
Campos
Mineros
|
26/01/1927
|
La
Bonanza
|
Av.
Juárez entre Calle 4ta y 5ta Oeste
|
05/05/1937
|
Este documento está
dedicado al H. Cuerpo de Bomberos de Cananea, como un homenaje adelantado a la
fecha en que se festeja el Día del Bombero en México (22 de agosto), especialmente
para los caídos en el cumplimiento de su deber; por la labor y servicio que han
prestado a la ciudad por cerca de 115 años, siempre arriesgando sus vidas para
salvar la de otros, incluyendo su patrimonio.
Departamento de bomberos al inicio del Siglo XX. |
MADERERIA
DE LA MESA DE LA 4C
Durante la huelga de Cananea, los obreros, después de
infructuosas negociaciones por la mañana y parte de la tarde con la Cananea
Consolidated Copper Company (4C), el 1 de junio de 1906 a eso de las 3:00 de la
tarde marcharon rumbo a La Mesa, cuando la manifestación de mineros llega a la
maderería y George A. Metcalf después de su fallido intento por rechazar a los
obreros con agua, dispara sobre la multitud matando a una persona,
posteriormente es perseguido por la multitud, donde muere a pedradas y con
piquetes de candelabros mineros puntiagudos, después de matar a otro obrero de
un balazo; los obreros enfurecidos prenden fuego a la oficina de la maderería. William
D. Metcalf armado se precipitó por las escaleras y tomando una de las
callejuelas o pasillos, disparó varios tiros sobre la multitud, misma que lo
persiguió, es alcanzado y lucharon con él y muriendo de un disparo.
Otro día, en la revisión de los escombros de la
maderería, se encontraron los restos de tres cuerpos casi totalmente calcinados
en
una esquina de un edificio. Uno
de los calcinados era Ed Howard originario de Santa Bárbara, CA., quien tenía
un día trabajando en la maderería, los otros dos no pudieron ser identificados.
Se calcula que en este enfrentamiento murieron al menos 13 personas, incluyendo
a los 3 calcinados y un número indeterminado de heridos entre mexicanos y
americanos.
Maderería en llamas la tarde del 1 de junio de 1906. |
Ruinas de la maderería 2 de junio de 1906.
(Arizona Historical
Society. Tomada de:Sonnichsen, C. L.)
|
ALMACEN
EN EL RONQUILLO DE LA 4C
El martes 11 de junio
de 1907, alrededor de la 8:00 p.m. suenan las alarmas de incendio en Cananea,
el fuego había iniciado dentro de las instalaciones de la Cananea Consolidated
Copper Company (4C), en una parte de la maderería de El Ronquillo localizada al
sur de la fundición, específicamente en el antiguo edificio donde estaba el
área de cepillado de madera cuyo equipo había sido trasladado a otras
instalaciones y temporalmente se usaba como almacén de mercancías y área de embalaje
de muebles de la tienda de raya.
Almacén General y área quemada (Foto de 1902, Tomada de: Sosa Ballesteros, 2003). |
Oficina de Ensayes quemada (Foto de 1902, Tomada de: Sosa Ballesteros, 2003). |
Los bomberos de El
Ronquillo inmediatamente se presentaron cuando se dio la primera alarma, pero
cuando sonó la segunda alarma los bomberos de El Pueblo, La Mesa y Chivatera corrieron
hacia la zona del incendio. Todos los habitantes de los Campos Mineros y de
Cananea: mexicanos y americanos; hombres, mujeres y niños formaban una gran
multitud que se apresuró hacia ese sector de la ciudad y todo el mundo se aproximó
a los edificios ardiendo como si fueran polillas que se acercan a la luz. Todos
querían ver el fuego tan cerca como fuera posible. En media hora una masa
sólida de gente se extendía desde el área del incendio hasta La Mesa por la Av.
Juárez.
Los departamentos de
bomberos de El Ronquillo y La Mesa fueron lo que iniciaron rápidamente el
rociado del agua sobre fuego, pero un aumento en el viento hizo que el fuego se
propagara al almacén general donde había aceites, papel y una gran cantidad de
materiales flamables que hicieron que a pesar de la rápida respuesta de los bomberos
de las distintas áreas de la ciudad, en pocos minutos el fuego se extendió al
taller de maquinaria, oficina de ensayes, oficina de teléfono y otros edificios
menores y las llamas alcanzaron más de 30 m de altura y se
iluminaron las colinas de alrededor con un resplandor rojizo. Era uno de esos
incendios muy espectaculares jamás vistos en Cananea y cualquiera que esté
familiarizado con la zona de El Ronquillo de Cananea puede apreciar lo grande
que era la multitud que se congregó en la Av. Juárez en ese sector de la
ciudad. Por un momento se pensó que todas las instalaciones de la empresa en
esa zona estaban en riesgo, ya que de repente se da la alarma de que había
dinamita y otros explosivos en el almacén general, formándose una estampida entre
los mirones más cercanos al quererse poner fuera del alcance de una posible
explosión, sin embargo, la explosión no ocurre y esto no tuvo mayores
consecuencias.
Los bomberos de
Chivatera, La Mesa y El Ronquillo hicieron un excelente trabajo, de no ser por
ellos y decenas de mexicanos que les ayudaron, por cuya intrepidez en el combate
del fuego, les granjeó gran admiración general, ya que es probable que el fuego
hubiese arrasado con otras áreas de no ser por esta ayuda. Así mismo, se aumentó
la presión del agua, se duplicaron esfuerzos y así se evitó la propagación de
las llamas a la oficina del Superintendente de Minas Kirk en el norte y hacia
el antiguo edificio del restaurante Davis en el este del incendio, aunque este último
al parecer si tuvo daños menores. Los soldados estuvieron vigilando de cerca la
evolución del fuego. Las llamas ardieron por todos lados hasta la medianoche en
que el fuego fue controlado.
Hacia el final del
incendio los hombres trabajaban bajo un ambiente muy caliente con llamas
abrasadoras. Uno de los mayores inconvenientes bajo los que tuvieron que
trabajar los bomberos, era la caída de cables con corriente eléctrica, sin
embargo, el servicio de luz en la ciudad se mantuvo sin interrupción.
El Dr. Ricketts,
superintendente de la 4C, al día siguiente declaró que las pérdidas ascendían conservadoramente
a $150,000 dólares y que serían casi totalmente cubiertas por el seguro. Ninguna
de las áreas operativas salió afectada y trabajaban normalmente, solo estaban
afectadas las áreas de almacén, donde todo el inventario se había perdido y ya
se trabaja en la solicitudes de compra con entrega urgente para reponerlos. Todos
los archivos y documentos de importancia correspondiente a estas áreas lograron
ser salvados. El teléfono solo estuvo suspendido por muy poco tiempo y se
esperaba que todas las áreas estuvieran regularizadas en pocos días, ya que
inclusive la mayor parte de la maquinaria del taller había logrado salvarse, y
lo mejor de todo, a pesar de lo aparatoso del incendio, es que no hubo pérdidas
humanas. El origen del incendio no se supo pero creían que había sido producto
de un corto circuito, provocado por las ratas que roían el forro de los cables
eléctricos que aún no era de plástico como en tiempo posteriores, ni se usaba
proteger los cables con algún tipo de ducto.
CABALLERIZA
DE HENRY WOODS
Durante el festejo
del centenario de la Independencia de México que se celebraba por todo lo alto
en Cananea el viernes 15 de septiembre de 1910 y que había empezado desde
temprano en el mineral, a eso de las 11:00 p.m. durante la quema de los fuegos
pirotécnicos, un cohete cayó en la gran caballeriza y granero propiedad de Henry
Woods, aunque no se menciona la ubicación suponemos que se encontraba cerca de
la Plaza Juárez.
En el establo había
25 caballos que lograron salvarse todos, mientras que en el granero había muchas
toneladas de heno y alimento para los animales, una gran cantidad de arneses y una
serie de carros, carruajes y calesas, además de un coche fúnebre con valor de $
2,000 dólares, quedando todo consumido por las llamas.
La estructura era de madera
con dos plantas y se quemó con asombrosa rapidez. Era propiedad de Marion
Williams quien la rentaba a Woods y tenía un valor de $1,500 dólares. Woods se
encontraba en Bisbee al momento del incendio y cuando fue notificado de su
desgracia casi se derrumba, ya que sus pérdidas se estimaban en unos $6,000 dólares.
Afortunadamente no se reportaron desgracias personales.
CASA
DE FUERZA DE LA DEMOCRATA
La Demócrata formaba
parte de los Campos o Pueblos Mineros localizados al oeste de Cananea, al igual
que todos estos pueblos, fue fundada a principios del Siglo XX por unos
alemanes, después pasaría a manos de William C. Greene (4C), quien
posteriormente la vende a la Demócrata Mining Company. Se localizaba a unos dos
kilómetros del centro de Cananea y era un pequeño barrio localizado a un
costado del camino que bordeaba rumbo a Buenavista. Inicialmente las casas
estuvieron ocupados por empleados americanos, posteriormente fueron ocupadas por
operarios mexicanos de las minas y concentradora. En este Campo Minero estaba
instalada una planta de generación de energía eléctrica a la que se denominaba
Casa de Fuerza, con la que se abastecía de electricidad las necesidades de la
empresa.
Mina La Demócrata en 1905. (Tomada de: Sosa Ballesteros, 2003) |
Este incendio inició
el martes 23 de mayo de 1922 por la tarde, en la casa de un mexicano que estaba
muy cerca de la Casa de Fuerza y las llamas se propagaron hacia los edificios de
la planta de suministro de energía y al almacén de la Demócrata Mining Company.
El fuego que se inició en la mencionada casa, se extendió con tal rapidez que
el departamento de bomberos voluntarios fue incapaz de combatir el fuego con el
inadecuado equipo que tenían. Ambos edificios fueron casi totalmente
destruidos, con una pérdida de alrededor de $ 250.000 dólares.
La Demócrata Mining
Company era una de las inversiones más cuantiosas en el distrito de Cananea (después
de la 4C) y era propiedad de un grupo de capitalistas de Cincinnati, Ohio, de
los cuales Eugene Hoffman era el mayor accionista. Un día antes del incendio, Hoffman
había llegado a Bisbee desde Indianápolis, Indiana, y a la mañana siguiente siguió
para Cananea para una inspección a la mina. Hoffman estaba cenando en la casa
de Harry McKay, gerente de la Demócrata, cuando la alarma empezó a sonar,
corrieron al exterior tratando de ver donde era el incendio y ambos
inmediatamente descubrieron que el fuego estaba en los edificios de la
Demócrata. Inmediatamente se unieron a otros en un intento por poner las llamas
bajo control, pero la falta de equipo adecuado impidió que este pudiera ser
controlado a tiempo. Un dato peculiar, por decirlo de alguna forma, fue que el
incendio ocurrió sólo alrededor de una hora después de la llegada a Cananea de
Hoffman, quien murió en el intento de controlar el incendio de las
instalaciones de la minera.
TEATRO
LIRICO
Una de la primeras
salas para la exhibición de películas mudas en Cananea fue el Teatro Lírico (Aunque
se denominaba teatro, solo funcionaba como cine). Estaba localizado en El
Ronquillo, al lado este de donde hasta hace algunos lustros estaba ubicada la mueblería
La Francesa, a la mitad de la acera sur de la Av. Juárez entre 2da y 3ra Oeste,
en el mero corazón comercial de la ciudad. El teatro estaba construido de
madera en su mayor parte y ladrillo en el frente. Abrió sus puertas al público
el 26 de mayo de 1916, perteneciendo al Circuito del Pacífico propiedad de los
griegos Juan Panas y Enrique Azcona, y en Cananea era administrado por Jim
Marineso.
El teatro, en este
lugar, terminó sus días el miércoles 24 de mayo de 1922 cuando a eso de la
11:00 p.m. se incendió y aunque no se supo cuál fue la causa del incendio, es probable
que haya sido un corto circuito en el cableado eléctrico, solo se supo que comenzó
en la parte trasera del teatro. Los miembros del cuerpo de bomberos voluntarios
y cientos de residentes acudieron al lugar del incendio cuando sonó la alarma. Donald
Marshall, jefe de electricistas de la Cananea Consolidated Copper Company, y
cuatro mexicanos fueron de los primeros en llegar al edificio, atrás llegarían
George Cumberpatch jefe del departamento de bomberos de Cananea y varios ayudantes.
Las llamas ya habían
invadido gran parte del edificio y bloqueaban el acceso al interior del
edificio. Marshall y 4 mexicanos que lo ayudaban, trataban de romper la puerta
principal del teatro para introducir las mangueras para combatir las llamas
cuando una gran cantidad de películas y negativos de fotos estallaron (Las
películas eran rollos de celuloide enlatadas. El celuloide es el nombre
comercial de un material plástico de nitrato de celulosa altamente inflamable).
La explosión enterró todo el frente del teatro hasta la calle, Marshall y los 4
mexicanos no tuvieron ninguna posibilidad de escapar. Con un estruendo la pared
cayó sobre ellos, dejándolos bajo un montón de ladrillos y escombros. Varios bomberos
voluntarios de inmediato se dieron a la tarea de buscarlos bajo los escombros, pero
sus esfuerzos fueron infructuosos. Los cinco hombres murieron instantáneamente
y sus cuerpos no pudieron ser recuperados hasta que el incendio estuvo bajo
control, ya que el intenso calor no permitía permanecer en el sitio.
La parte de la pared
que se derrumbó golpeó a Cumberpatch y violentamente lo arrojó al suelo rompiéndole
un brazo y causándole severos hematomas. Los ladrillos y trozos de mortero
fueron lanzados más de 15 metros por la explosión de las películas y un camión
de bomberos estacionado cerca del teatro recibió una lluvia de ladrillos y escombros
dejándolo muy dañado. Un americano que estaba parado cerca del camión, de puro
milagro no salió lastimado, porque varios mexicanos que también estaban cerca,
no corrieron con la misma suerte y salieron muy golpeados y magullados por la
lluvia de proyectiles.
La explosión esparció
el fuego a los edificios colindantes y durante seis horas, ya que el incendio
pudo ser controlado hasta las cinco de la mañana del siguiente día, voluntarios
lucharon contra lo que parecía ser un resplandor que destruiría toda la zona
comercial de la Ciudad. Al amanecer, se encontró que seis edificios estaban reducidos
a cenizas o con las paredes derrumbadas. Cuando finalmente el fuego pudo ser
controlado muchos hombres y niños que habían estado luchando contra las llamas,
agotados se derrumbaron en la acera y en la calle. Un funcionario de la ciudad
que desde el inicio del fuego se instaló en una cantina cercana a la escena del
fuego, llenaba sus bolsillos con botellas, durante toda la noche caminó entre
los bomberos y voluntarios, entregando agua y otros hidratantes para los que
parecían estar a punto del agotamiento.
La mayoría de los
edificios comerciales que se quemaron no tenían seguro y los que tenían era de
muy bajo nivel. La estimación de las pérdidas se calculó en un monto de $200,000
dólares, que para muchos era una cifra conservadora, ya que las pérdidas en uno
solo de los edificios que se quemaron, propiedad de un comerciante chino, se
calculaban en unos $50,000 dólares.
En el incendio,
además de Donald Marshall, mueren Candelario Zúñiga “El Bato”, Antonio Yépiz,
otro de apellido Rosas y un cuarto cuyo nombre no fue posible encontrar.
Marshall había sido
residente de Cananea durante varios años y a su muerte deja a la viuda y varios
hijos. Los preparativos para su traslado a Bisbee se hicieron en la agencia
funeraria Hennessy-Allison Undertaking Company de esta ciudad, para llevar el
cuerpo a Naco. Se decía que Marshall había nacido en Inglaterra y se informó que
los funcionarios de la 4C se habían ofrecido enviar el cuerpo a Inglaterra,
pero la señora Marshall dijo que su esposo había expresado el deseo de que se
le enterrase en los Estados Unidos, por lo que su viuda, de Naco llevó el
cuerpo a Douglas donde los servicios funerarios se celebrarían la tarde del
domingo 28 de mayo a las 02:30 p.m., bajo los auspicios de la logia masónica de
Douglas.
A. G. McGregor,
Presidente de la Cámara de Comercio de Bisbee, la noche del sábado 27 de mayo
envió un telegrama a Ramón González, Presidente Municipal de Cananea, que
decía:
"Cananea
tiene la simpatía de todos los residentes del Distrito de Warren por la pérdida
de vidas y de propiedades de los desastrosos incendios. Bisbee está dispuesto a
ayudar a su vecina ciudad de cualquier manera posible. Por favor avise si hay
algo que podamos hacer."
A lo que el
Presidente Municipal respondió:
"Agradezco
las condolencias con respecto al incendio que se produjo en la noche del 24 de
mayo donde cuatro mexicanos murieron mientras prestaban sus servicios en la
lucha contra el fuego. Estaban sin trabajo y dejan familias que necesitan
ayuda. Si desean ayudarles, se lo agradezco."
Rápidamente en
Bisbee, a través de la Cámara de Comercio se juntaron $100 dólares para ayudar
a los familiares de los cuatro mexicanos muertos en el incendio, mismos que
hicieron llegar a Ramón González, Presidente Municipal de Cananea, para que
fueron entregados a los deudos.
El Teatro Lírico
después del incendio no volvió a ser reconstruido en el mismo lugar, temporalmente
fue instalado en la Av. Obregón y 3ra Este, y se le denominaba Teatro
Liriquito; posteriormente fue trasladado a la acera norte de la Av. Sonora
entre 2da y 3ra Este. No se sabe en qué fechas se hicieron estos cambios, ni
cuando dejó de operar definitivamente, pero en septiembre de 1942 todavía estaba
funcionando.
Corrido que se compuso el 7 de julio de 1922 con motivo del incendio del Teatro Lírico, el autor es Alberto “El Sibori” Fernández. |
Teatro Lírico en la Av. Sonora entre 2da y 3ra Este, donde terminó definitivamente de funcionar probablemente a mediados del Siglo XX (Tomada de: Sosa Ballesteros, 2003). |
TEATRO
ROYAL Y BANCO DE CANANEA
El Teatro Royal de El
Ronquillo se localizaba en la acera poniente de la Calle 3ra Oeste, entre Av.
Juárez y Callejón Hidalgo, en lo que ahora es el estacionamiento de Bancomer
(antes Banco de Cananea). Este teatro fue construido probablemente en 1910 para
la presentación de obras teatrales y originalmente se llamaba Teatro Cananea, y
al menos hasta octubre de 1912 todavía se anunciaba con este nombre, después se
le cambió el nombre a Teatro Sonora y finalmente se le denomina Teatro Royal.
No se sabe en qué fecha se hicieron los cambios, pero Sosa Ballesteros dice que
el Teatro Royal se fundó en 1922, aunque es probable que sea el año en que toma
su nombre final e inicia también como cine.
El Teatro Royal, junto
con el Teatro Lírico, fue uno de las instalaciones formales más antiguas de
Cananea para ver películas mudas. Era una construcción totalmente de madera
revestida con cemento y había sido construido por unos americanos. Al igual que
el Teatro Royal de Buenavista, al parecer que pertenecía a la Royal Ausement
Co. propiedad de los griegos Panas y Demos. Dicen la crónicas que era muy
elegante con grandes espejos en la entrada, los asientos de galería tenían
respaldos y luneta estaba elegantemente adornado. Como las películas que se
exhibían eran mudas, estas eran ambientadas por una pianola que tocaba
Guillermina Luna y diariamente se ofrecían dos funciones: de 1:30 a 5:00 p.m. y
la segunda de 6:00 a 11:00 p.m. Y para el anecdotario, la última película que
se proyectó en este cine fue La Caída de Troya cuya trama trata sobre el
incendio realizado por los soldados de Agamenón una vez tomada la legendaria ciudad
que describe Homero en La Ilíada. Se dice también, que ya para ese entonces,
afuera del cine, había una persona de ascendencia griega que vendía palomitas
de maíz a los cinéfilos.
Dicen la crónicas que
después de terminada la función del lunes 20 de abril de 1925, después de las 11:00
p.m. inició un incendio en Cananea, cuyo origen no está muy claro, ya que hay
varias teorías que narran el posible lugar de inicio del incendio. Una fuente
dice que inició en una planchaduría de chinos que era de madera y que por eso
el fuego se extendió rápidamente. Basilio Hage aventura dos teorías: 1) Que inició
en la planta alta del antiguo Banco de Cananea en donde tenía el consultorio el
Dr. Lapsley y 2) Se rumoraba que inició en el teatro, ya que sus dueños se
encontraban en quiebra al haber invertido mucho dinero en equiparlo lujosamente
y decidieron quemarlo para cobrar el seguro. En lo que coinciden las fuentes es
acerca de la zona donde inicia el incendio: las inmediaciones del Teatro Royal
y del Banco de Cananea.
Otro factor que
ayudaría a la rápida propagación del fuego, fue que en esos días había en la
región una inestabilidad atmosférica y en la zona había vientos muy fuertes que
hicieron imposible el control del incendio. Sosa Ballesteros, sin decir donde
inicia el incendio, comenta que el Dr. Lapsley tenía en su consultorio una bala
de cañón que al estallar hace que el incendio se propague hacia Cananea Vieja.
Sin embargo, todo parece indicar que el factor viento fue la principal causa de
la propagación del incendio, de acuerdo a las crónicas de los periódicos de la
época, mismos que no mencionan la explosión de la bala.
El incendio empezó a
ser combatido por el departamento de bomberos de Compañía Minera, creyéndose
que sería extinguido rápidamente, aprestándose también, para combatirlo, una
gran cantidad de los habitantes de Cananea, encabezados por los bomberos. Para
esto, varios edificios de la misma manzana ya estaban ardiendo y al brincar las
llamas el bordo de las vías del ferrocarril por la acción del viento, se
propaga el incendio hasta la Calle Primera y Av. Obregón en la zona del Tanque Negro.
El periódico Hispano América de San Francisco, Cal. menciona que las
instalaciones de la Estación del Ferrocarril Sud-Pacífico y la mayor parte de
los almacenes de la zona industrial sufrieron serios daños, lo que indica que
las llamas brincaron hasta la zona de la estación, probablemente sin dañar la
zona intermedia entre la Calle Primera y la Calle 8va Este, aunque es extraño
por la distancia de más de un kilómetro que existe entre el Tanque Negro y la
estación del ferrocarril.
El periódico El Tucsonense
describiendo la situación que sufría la gente el martes 21 de abril, narraba:
“Para
la tarde del martes, hora en que empezaba a caer también una lluvia
insignificante en aquel mineral después de haber soplado un huracán por cerca
de dos días, más de 200 familias estaban acampadas, muchas de ellas con
pequeñitos infantes, a la inclemencia del tiempo en los cerros, habiendo huido
del incendio que como mancha de aceite, propagada por el huracán, se comunicaba
de un punto a otro por medio de los grandes chisporroteos provenientes de los
lugares incendiados.”
Finalmente el
incendio logra ser controlado hasta otro día con la ayuda de los bomberos
locales, los de Naco y una gran cantidad de habitantes de la ciudad. Como un
panorama dantesco se describía que se quemó toda la manzana de la Av. Juárez
entre las Calles 3ra y 4ta Oeste, que gran parte de Cananea Vieja eran montón
de ruinas, quemándose también la ladera de la cuesta de Greene hasta el Tanque
Negro.
En el aspecto de
desgracias humanas, murieron un total de 4 personas, entre ellos un hombre, una
mujer y un niño mexicanos, además de un comerciante chino; y hubo 40 heridos.
En lo material, entre los edificios quemados estaban el Teatro Royal y el Banco
de Cananea; unas 17 tiendas de mayoreo y menudeo; 230 casas en su mayoría de
Cananea Vieja; daños a la estación del ferrocarril y algunos almacenes de la
compañía minera en esa misma zona de la estación. En lo económico, las pérdidas
se estimaron en más de un millón de dólares.
Manzana quemada entre 3ra y 4ta Oeste. A la derecha se observa el Teatro Royal y el Banco de Cananea, (Tomada de: Sosa Ballesteros, 2012). |
Cerca de 2000
personas fueron alojadas en casas particulares, iglesias, escuelas, edificios
públicos, instalaciones de la 4C y de la Demócrata Mining Company. Las Cámaras
de Comercio de todo Sonora, estuvieron también trabajando activamente para el
envío inmediato de elementos para ayudar a los damnificados. La Casa Obregón de
Navojoa envió una buena cantidad de implementos para auxiliar a Cananea. La
Cruz Roja de Cananea y la Cruz Roja de Bisbee estuvieron trabajando arduamente
proporcionando auxilio a los damnificados.
El Presidente de la
República Plutarco Elías Calles giró instrucciones para que de forma inmediata
se pusiera a disposición de la Comisión de Auxilio formada por el Gobierno del
Estado la suma de $150,000 pesos, además de los auxilios que se estaban
impartiendo por la Comisión de Auxilio Local, para aliviar la situación de las
víctimas. El Gobierno Federal también estuvo distribuyendo pases para que cambiasen
de residencia los que quisieran, pues había familias que se encontraban en
Cananea provenientes de otros lugares, sin que el jefe de familia tuviera empleo
fijo en ese momento y su casa se había quemado.
En esta foto de antes de 1925 se observa el Banco de Cananea y el Teatro Royal a su izquierda, en su estado original antes del incendio. |
BUENVISTA
(EL PUEBLO)
El Campo Minero de
Buenavista, Pueblo Viejo o El Pueblo como coloquialmente se le nombraba, formaba
parte de los 11 campos mineros, conocidos también como Pueblos Mineros, entre
los que se encontraban La Chivatera, La Campana, La Veta, La Demócrata, Puertecitos,
etc. que distaban unos de otros centenas de metros y fueron fundados, casi
todos, a principios del Siglo XX por William C. Greene, como dueño de casi
todas las minas que se explotaban hacia la primera década de 1900. Estos
Pueblos Mineros nacen como una necesidad de tener cerca de las minas a la
mayoría de los trabajadores para tener un mejor control y “aprovechamiento”
sobre sus tiempos.
Buenavista se
localizaba (hoy día todos estos pueblos mineros han desaparecido) a poco más de
tres kilómetros al oeste del centro de Cananea, siendo el más grande de todos
estos pueblos. Se ubicaba sobre un lomerío ubicado en las estribaciones de la
Sierra de Cananea a donde acudían gentes de los demás en busca de todo tipo de
servicios, ya que aquí era donde existían las tiendas más grandes de la zona,
había cine, iglesia, registro civil, cuerpo de bomberos, policía, cárcel,
escuela, clubes sociales e instalaciones deportivas. Dice Jesús Morales que
estaba formada por 25 manzanas bien alineadas a pesar de que estaban en terreno
irregular, donde la mayor parte de las casas estaban construidas de madera.
Población de Buenavista o Pueblo Nuevo. |
No fue posible
localizar información acerca de la hora, lugar y causas, pero el 26 de enero de
1927 en Buenavista inicia un incendio en el que se quemaron más de 50 casas de
los trabajadores, en el que solo evitó que se incendiara la población entera,
el hecho de que no soplaba viento que hubiera propagado el fuego. Por suerte, no
hubo ningún tipo de desgracias personales, salvo las pérdidas materiales. Además
de las casas, durante este incendio también se quemó el Cine Minero que al
parecer operaba, al menos, desde 1922. La gente para huir de las llamas se refugió
en el cerro pelón de color rojo que se localiza al noroeste de donde se
encontraba Buenavista.
Av. Madero en Buenavista consumida por el fuego, Enero de 1927.
(Foto Bertha Aranda de Mange. Tomada de Sosa Ballesteros, 2003)
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LA
BONANZA
Dado que existe muy
poca información bibliográfica y hemerográfica sobre este incendio, su
descripción será esencialmente el relato que hace Don Basilio Hage Almada en su
libro Mi Anecdotario, donde relata sus vivencias personales durante este
incendio que le tocó presenciar a la edad de 9 años, hecho que lo deja marcado
para siempre, al ser su familia una de las más afectadas moral y económicamente
por la pérdida de su patrimonio. La información será complementada con la
escasa información que muestran los diarios de la época.
Dice Don Basilio que
después de la celebración de las fiestas del 5 de mayo de 1937, como a las
11:00 p.m. empezaron a sonar las alarmas de incendio y que por el número de
pitazos en Cananea se sabía en qué sector de la ciudad se localizaba. El incendio
había iniciado en el sótano de la Tienda de ropa “La Bonanza”, localizada en la
acera sur de la Av. Juárez entre 4ta y 5ta Oeste, propiedad de Pedro R. Méndez,
situada a unos 50 metros de la esquina de la 4ta Oeste. En ese sótano, dice,
guardaban pacas de zacate y que los pisos de la tienda eran de madera cubiertos
con aceite
de deshecho de los motores de los carros.
Zona del incendio del 5 de mayo de 1937 (Foto de 1906). |
El incendió se
extendió rápidamente, primero se dirigió hacia el oeste quemando varios
edificios, entre los que se encontraba el estudio fotográfico de Arturo L. Díaz,
la tienda de Francisco Zaragoza, el comercio y vivienda de la familia de Fermín
Zumuano conocida como “La Casa Colorada”, la oficina del Tenedor de Libros
Eduardo “Sordo” Castillo y parte de la tienda de Francisco Concolino. De
improviso el viento cambió de dirección y sopló hacia el oriente ardiendo la
colchonería “Sonora” donde trabajaban los Sallard y la Fonda “El Mexicano” que
se encontraba atrás de la colchonería; la tienda de abarrotes “El Pavo” de Ángel
Salazar y Odilón Araujo, la fábrica de zapatos “La Mexicana” propiedad de
Dolores Romero, posteriormente empezó a quemarse la mueblería “El Progreso” de
un señor Goldsmith de Nogales, AZ y administrada por Daniel Torres Millán,
mientras que los propietarios de este edificio eran Carlos y Salvador Jury,
tíos de Don Basilio, quienes también vivían en Nogales, AZ.
Finalmente el
incendio se extiende hasta la Calle 4ta Oeste y Av. Juárez, y empiezan a
quemarse las propiedades de la Familia Hage Almada, primero la antigua vivienda
en cuya planta baja estuvo la primera tienda de la familia y que ocasionalmente
funcionaba como almacén, y finalmente, la vecina Ferretería denominada Torre
Eiffel junto con la casa habitación que se localizaba en la segunda planta del
comercio.
En la acera norte de
la Av. Juárez, sobre la elevación donde actualmente se ubica la Colonia Correo
Viejo, sobre unos antiguos cimientos, se congregaron una gran cantidad de
observadores, en cuyos rostros, dice Don Basilio, se reflejaba el resplandor
del fuego y embobados algunos sonreían, mientras que otros platicaban mirando
el incendio. Por supuesto, nunca faltan las gentes que quieran aprovecharse de
estos momentos de confusión, y arriesgando sus vidas, se presentaron algunos
saqueadores que robaron algunas de las pertenencias de la Familia Hage.
De acuerdo a las
crónicas las pérdidas fueron cuantiosas, pero decían que fácilmente hubieran
sido mucho mayores si ese día hubiera soplado el viento como cuando se incendió
la cuadra comercial donde fue remodelado el Banco de Cananea, S. A. en el año
de 1925.
Ruinas de la casa de la Fam. Hage Almada después del incendio. El Divino Rostro fue una las varias cosas que fueron saqueadas de la casa de la familia. |
Zona quemada entre el 5 y 6 de mayo de 1937. |
BIBLIOGRAFIA
Hage
Almada, Basilio.- Mi Anecdotario, Cananea de Mis Recuerdos. Edición personal.
Cananea, Son. 2002.
Hage
Almada, Basilio.- La Escuela de Mi Vida. Memorias. 2011.
Madero
Villegas, Martha P. y Arellano Rendón, Gaspar. Cronología Histórica de los
Medios de Comunicación en Cananea, Sonora (prensa, cine, radio y televisión).
Tesis para obtener la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Universidad
de Sonora. Hermosillo, Son. 1996.
Morales
Tapia, Jesús.- Los Campos Mineros de Cananea. Editado por Compañía Minera de
Cananea, S.A. 1ra. Edición. México 1985.
Sosa Ballesteros, Julio.- La Cananea,
La Ciudad del Cobre. Tomo II. 2003.
Sosa Ballesteros, Julio.- Historia de
la Minería en Cananea. Primera Edición, 2012.
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Daily Review, July 02,1911.
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El
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El
Tucsonense, Enero 29, 1927.
El
Intruso, Mayo 7, 1937.
El
Tucsonense, Mayo 11, 1937
GREAT nO ENTIENDO COMO ESTO NO TIENE COMENTARIOS...DEBERIA TENER MAS DE 100 ...LA GENTE ES FLOJA, NO LE GUSTA LEER.
ResponderBorrarGREAT nO ENTIENDO COMO ESTO NO TIENE COMENTARIOS...DEBERIA TENER MAS DE 100 ...LA GENTE ES FLOJA, NO LE GUSTA LEER.
ResponderBorrarExcelente informacion, soy de ahi y no la conocia, gracias excelente trabajo
ResponderBorrarQue orgullo que mi bisabuelo don Alberto Fernández "El Sibori" sea el autor de ese corrido sobre el incendio del teatro lírico. Comentaré con mis tías abuelas sobre esto, no se si sea de su conocimiento. Me llena de honor este hombre, aunque no tuve el gusto de conocerlo. Me encataría que alguno de los que conoció su vida y trayectoría le dedicara algunas lineas para conocer más de mi bisabuelo que creo que es digno de ello, y todo un ícono para Cananea. Personalmente lo poco que conozco de él fue a través de mis tías abuelas (sus hijas) y de mis tíos. Este blog debería ser de Cananea para el mundo, y es curioso como llegué, venía buscando la historia del tanque negro y miren, me encuentro con una joya de mi bisabelo "El Sibori."
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